Desde la búsqueda de la coherencia. Por eso me sumo a esta propuesta en las primarias de Ahora en Común:
"Queremos, en fin, asaltar los cielos pero con los pies manchados del barro del extrarradio. Más que luchar por la ansiada centralidad del tablero, dejarnos el pellejo para que se tenga en cuenta a todas las personas que han quedado fuera de ese mismo tablero. Sí, se puede."
Enlace completo del registro en el proceso de primarias: https://www.votonline.es/registro
Una revolución al servicio de los ‘nadies’
Miguel Ángel Vázquez
Algunas personas me dicen que, al meternos en un proceso así, en unas primarias tan desproporcionadas, cuando el camino que apuesta por la confluencia ya ha sido dado por finiquitado desde algunos espacios, es un poco perder el Norte. Y quizá sea así, quién sabe. En cualquier caso, quizá se trate ni más ni menos que de eso, de perder un poco el Norte. Quizá esa sea la forma para que gane el Sur. El Sur como metáfora y símbolo de tantos “sures” que van creciendo al ritmo de la desigualdad global, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
Esa es quizá la principal motivación que nos mueve a las personas que formamos la candidatura Revolución de la Fraternidad a presentarnos a este proceso de primarias dentro de Ahora en Común: poner otros acentos, lanzar perspectivas que suelen quedar relegadas en las Elecciones Generales. Las 31 personas que integramos esta lista plural vivimos con intensidad la inquietud de plantear todas nuestras problemáticas desde una visión global para la construcción de Otro Mundo Posible.
Hemos entendido que el enemigo a batir para lograr una verdadera transformación sistémica no son los políticos locales de los que poco o nada depende, sino agentes supranacionales no elegidos democráticamente como el FMI, el BM o el G-8, que aplastan con sus políticas a pueblos enteros. Perder el Norte es, en nuestra metáfora, que “pierdan” estos para que un auténtico desarrollo sostenible sea posible.
Nos lo decía bien alto el 15-M en las calles y, desde la humildad, hemos querido escuchar. Por aquel entonces, en ese mayo histórico de 2011, era habitual leer la consigna en carteles y pancartas que decía que, si el problema es global, la solución también habría de serlo.
Las personas que formamos la Revolución de la Fraternidad no sólo no hemos olvidado está consigna sino que vemos en ella una senda clara para atajar de manera real los problemas que nos afectan y no como meros parches locales y temporales. De hecho, casi todas las personas candidatas llevamos años peleando la batalla por Otro Mundo Posible desde muy distintas trincheras siempre enfocadas desde esta visión amplia.
Personas como Carlos Prieto, jefe del departamento de Cooperación de Comillas; Teresa Cavero, directora de estudios de Intermón Oxfam; Julián Ríos, uno de los abogados más activos por los derechos de las personas migrantes; María José Marín, presidenta de SETEM España; Daniel García, activista por los derechos de las personas excluidas en Cuarto Mundo, o José Eizaguirre, director de Biotropía, han decidido hacer esta apuesta desde la confianza puesta en que el fin de la pobreza es una decisión política.
Así mismo, por coherencia y por nuestro compromiso, también hemos querido contar con la riqueza de tener entre nuestra lista a personas como Adilia Estrada, Alhagie Yerro, Sara Solano o Isaie Senghor. Activistas por los derechos de las personas migrantes, constructoras de un mundo más justo venidas desde Guatemala, Gambia, Perú o Senegal. Nuestra lucha por los derechos de las víctimas de las fronteras se quedaría coja (e incoherente) si no contase con su voz, con su trabajo y con su apoyo.
Hemos querido enfocar nuestra lucha desde una perspectiva de Derechos Humanos sobreponiendo estos a cualquier otra medida. La economía ha de ser una herramienta al servicio de estos y no el centro de toda nuestra vida política y social. Entendemos los Derechos Humanos como una realidad sometida a una justiciabilidad efectiva y exigible y no como una mera meta utópica.
Desde ahí, la lucha contra las pobrezas (infantil, energética, internacional…), la lucha por los derechos de las personas migrantes, la lucha por el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible o la lucha, irrenunciable, por el cierre inmediato de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) son una muestra de los puntos fundamentales en nuestra hoja de ruta.
¿Y por qué este nombre? ¿Por qué Revolución de la Fraternidad? La respuesta nos la da ni más ni menos que José Luis Sampedro, al que cito literalmente: “En el llamado Mundo Occidental se impulsó ciertamente la Libertad pero a costa de una intolerable desigualdad. En el mundo comunista se implantó a gran escala la Igualdad pero a costa de la Libertad. Lo que no se ha intentado en serio por ningún sistema es el fomento de la Fraternidad o, al menos, de la Solidaridad, a pesar de que la técnica moderna ha reducido el planeta a un solo mundo, pequeño navío moviéndose por el espacio.”
¿Y por qué hacer todo esto desde Ahora en Común? Entendemos que Ahora en Común, espacio en el que llevamos participando en distintas provincias desde su mismo nacimiento, es hoy por hoy el único espacio que garantiza una confluencia abierta y participativa. Aunque es profundamente mejorable, eso no puede ser motivo para abandonar un proceso impulsado por la ciudadanía que busca la unidad para transformar el sistema. Por el contrario, tiene que servirnos de acicate para lograr que el espacio sea lo más coherente posible, con una pluralidad de visiones y donde la ciudadanía tenga el protagonismo.
Sabemos, por experiencias municipalistas previas, que estos procesos requieren de un tiempo que ahora mismo no tenemos, pero justo por eso hay que apostar desde ya por un espacio que quiere llegar a ser un auténtico espacio ciudadano, abierto, participativo y de confluencia. Afortunadamente, la política no se acaba con las elecciones, aunque estas impongan su ritmo y su agenda.
En resumen, presentamos la candidatura Revolución de la Fraternidad con la intención de facilitar la confluencia con todas las fuerzas del cambio, visibilizar la pluralidad de Ahora en Común y poner el acento sobre cuestiones que suelen quedar en segundo lugar en el debate político. El compromiso con la lucha contra la pobreza, por los Derechos Humanos, por los Objetivos de Desarrollo Sostenible o por los derechos de las personas migrantes nos mueven a presentar una lista que clame por Otro Mundo Posible desde una perspectiva que combine la ecología política con la fraternidad.
Queremos, en fin, asaltar los cielos pero con los pies manchados del barro del extrarradio. Más que luchar por la ansiada centralidad del tablero, dejarnos el pellejo para que se tenga en cuenta a todas las personas que han quedado fuera de ese mismo tablero. Sí, se puede.
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