martes, 19 de junio de 2012

Deudas

Dentro de unos pocos días sale un amigo tras haber pasado nueve meses en prisión. Como se suele decir, habrá saldado sus deudas con la sociedad, y tendrá la oportunidad de empezar de nuevo. O mejor dicho, de empezar desde lo viejo. Porque aunque él haya pagado su deuda con la sociedad (lo que no va a impedir que quede ya marcado para siempre por su paso por prisión, como un estigma inborrable), la sociedad no parece muy dispuesta a hacer lo mismo. De hecho, parece que ni siquiera reconoce esa deuda, primer paso para poder resarcirla. La sociedad, es decir, nosotr@s, no reconocemos el daño que le hemos hecho a esta y a otras personas al no haber puesto todos los medios posibles para que cada niñ@ que pasa por la escuela pueda sacar el máximo provecho de la misma (en muchos casos, ni siquiera aprender a leer y a escribir, con las consecuencias que eso conlleva); no reconocemos el daño que le hemos hecho, a esta y a otras tantas personas, por haberle encerrado en un sistema meramente asistencial sin permitirle aportar lo mejor de si mismo a través de un trabajo con el que pudiera mantener a su familia y al mismo tiempo sentirse parte activa y productiva de la sociedad; no reconocemos el daño que produce, a estas y a otras tantas personas, un sistema de acceso a la vivienda que vuelve a esta inaccesible para quien no tenga dinero, salvo a través de la escasa vivienda de protección oficial, que se termina convirtiendo en una herramienta para la domesticación y sumisión del que es diferente; no reconocemos el daño que le hemos hecho a esta persona y a su familia, como a tantas otras familias, al encerrarle en la cárcel sin asegurar médios básicos y dignos de vida para su mujer y sus hij@s, que han pasado 9 meses en medio de la más absoluta precariedad.

No. Nadie se acercará a pagar nuestras deudas. Ni siquiera a disculparse. Además, se le recordará que tiene que "portarse bien" a partir de ahora y "no hacer tonterías". Pero se encontrará de nuevo dentro de un sistema en el que much@s darán respuestas tontas a problemas muy serios, y en el que pocos se portaran bien con él.

Un buen ejemplo a nivel más macro es el caso de la deuda griega, de la que tanto se habla, pero sin señalar la deuda que se está contrayendo con el pueblo griego, y que se está cobrando sus intereses con el aumento de suicidios, contagio del VIH, etc. ¿Alguien asumirá sus responsabilidades a este nivel?

Pensaba en todo esto esta tarde mientras leía una de las primeras carta del Subcomandante Marcos, que desde otra realidad muy diferente lanzaba preguntas ya hace más de 15 años que siguen haciendo eco por todas partes mientras se sigue persiguiendo y castigando a quienes no pueden soportar más tanta violencia como reciben cotidiana y continuamente:

"¿Quién tiene que pedir perdón y quién puede otorgarlo?

¿Los que durante años y años se sentaron ante una mesa llena y se saciaron mientras con nosotros se sentaba la muerte, tan cotidiana, tan nuestra que acabamos por dejar de tenerle miedo? ¿Los que nos llenaron las bolsas y el alma de declaraciones y promesas?

¿Los muertos, nuestros muertos, tan mortalmente muertos de muerte "natural", es decir, de sarampión, tosferina, dengue, cólera, tifoidea, mononucleosis, sarampión, tétanos, pulmonía, paludismo y otras lindezas gastrointestinales y pulmonares?

¿Nuestros muertos, tan mayoritariamente muertos, tan democráticamente muertos de pena porque nadie hacía nada, porque todos los muertos, nuestros muertos, se iban así nomás sin que nadie llevara la cuenta, sin que nadie dijera, por fin, el "¡YA BASTA!" que devolviera a esas muertes su sentido, sin que nadie pidiera a los muertos de siempre, nuestros muertos, que regresaran a morir otra vez pero ahora para vivir?

¿Los que nos negaron el derecho y don de nuestras gentes de gobernar y gobernarnos? ¿Los que negaron el respeto a nuestra costumbre, a nuestro color, a nuestra lengua? ¿Los que nos tratan como extranjeros en nuestra propia tierra y nos piden papeles y obediencia a una ley cuya existencia y justeza ignoramos?

¿Los que nos torturaron, apresaron, asesinaron y desaparecieron por el grave "delito" de querer un pedazo de tierra, no un pedazo grande, no un pedazo chico, sólo un pedazo de tierra, no un pedazo grande, no un pedazo chico, sólo un pedazo al que se le pudiera sacar algo para completar el estómago?

¿Quién tiene que pedir perdón y quién puede otorgarlo?

¿El presidente de la República? ¿Los secretarios de Estado? ¿Los senadores? ¿Los diputados? ¿Los gobernadores? ¿Los presidentes municipales? ¿Los policías? ¿El ejército federal? ¿Los grandes señores de la banca, la industria, el comercio y la tierra?

¿Los partidos políticos? ¿Los intelectuales? ¿Galio y Nexos? ¿Los medios de comunicación? ¿Los estudiantes? ¿Los maestros? ¿Los colonos? ¿Los obreros? ¿Los campesinos? ¿Los indígenas? ¿Los muertos de muerte inútil?

¿Quién tiene que pedir perdón y quién puede otorgarlo?"

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