Llega el momento de pasar de las convocatorias a los hechos. De hacer realidad la denuncia, el plantón, el "NO".
Quizás sea un buen momento también para poder atrevernos a mirar más allá de las consignas y encontrar de frente otras realidades que siguen ocultas bajo los discursos principales, incluso los más alternativos y críticos.
Porque mucho se ha hablado de la huelga y de hacerla avanzar respondiendo a los nuevos tiempos, de hacer huelga de consumo, huelga social, huelga precaria... Se insiste en que somos el 99% frente al 1% que tiene la riqueza, pretendiendo que puede haber un reconocimiento común y casi inmediato entre tod@s l@s que no estamos nadando en la abundancia, pero de esta manera ocultamos las barreras que hay entre quienes tienen algo que perder (o incluso lo han perdido ya) y quienes llevan demasiado tiempo soñando con poder ganar un futuro que nunca llega, entre la clase media cada vez más precarizada y la extrema pobreza invisibilizada que no puede dejar de luchar ni un segundo por su supervivencia cotidiana y su dignidad, siempre puestas en cuestión.
Para éstos últimos, la convocatoria puede resultar dificil de comprender y apoyar. Y esto les vuelve a dejar fuera, una vez más, de la búsqueda de alternativas, de la resistencia para crear un futuro mejor.
No estaría de más que aprovecháramos el #29M para hacer presentes estas realidades.
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