Que Isaac Rosa escribe bien ya lo había comprobado en libros suyos anteriores, como "El vano ayer", así como su capacidad para aportar una mirada original, a veces sobre temas ya muy manidos. Sus columnas en Público eran un soplo de aire fresco dentro de los medio(cre)s de comunicación.
Pero su última novela va más allá de lo esperado. Por un lado, por el tema: el trabajo, ese del que tanto se habla pero que al mismo tiempo es tan desconocido más allá de la realidad concreta de cada un@. El trabajo como rutina, como medio de subsistencia, como posibilidad de realización, como imposición, como orgullo, como cárcel... Todo eso es el trabajo, según para quien y en qué momento.
El libro va conformando un recorrido coral por diferentes oficios y trabajos, expuestos a la luz del día, sin artificios, sin engaños. Jamás pensé que la narración de tareas mecánicas y repetitivas podría llegar a despertar interés, pero en este libro ocurre. Porque estos trabajos están llenos de vida, la vida de quiénes los realizan, y a través de esta encarnación es cómo el autor consigue que nos interroguemos sobre el papel que juega lo laboral en nuestras vidas y en el funcionamiento del mundo.
En estos tiempos de (contra)reformas laborales, este libro se hace tremendamente necesario. Igual que es necesario abrir espacios de reflexión y creación en torno a lo que es, o puede llegar a ser, una huelga. De ahí que alla que agradecer y aprovechar iniciativas como la de Toma la huelga.
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