En la noche, en medio de la tormenta,
nos hablamos,
nos contamos historias buscando compañía,
huyendo del miedo y la angustia.
De repente
el roce de una mano, de un cuerpo,
el calor de otra piel
en medio del vacío,
nos descubre unid@s.
Pero es luego,
al conseguir encender la hoguera,
cuando el cruce de voces y rostros
nos vuelve herman@s.
Por eso necesitamos la luz.
Por eso necesitamos la oscuridad.
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