“Yo he vivido siempre en crisis, desde que nací”. Así explica su situación Agustín. Él es un “caso social”, “en situación de exclusión”, padre de una “familia en situación de riesgo”. En diferentes informes técnicos sobre su situación se repiten estos términos, así como las descripciones de sus dificultades y necesidades: no tiene vivienda estable, no tiene empleo, su familia es numerosa y sus hijos necesitan apoyo para aprender lo necesario en la escuela, ha tenido una historia previa de consumo y problemas con la policía... Una larga lista que muchos podrían resumir en “pobre” o “marginado”.
Conocemos a Agustín desde hace muchos años. En concreto,
desde que siendo niño comenzó a participar en las Bibliotecas
de Calle que realizábamos en el barrio de chabolas en el que vivía.
Hemos sido testigos de momentos de gran dificultad, así como de sus esfuerzos
para conseguir superarlos. Siempre ha luchado por salir adelante y, sobre todo,
para conseguir que sus hijos no tengan que vivir lo que él ha vivido. A partir
de la relación que tenemos con él, es cierto que no podemos decir que ninguno
de los términos utilizados habitualmente para describir su situación sea
totalmente falso. Pero sí que tras ellos se esconde y niega gran parte de su
realidad, mucho más rica y compleja de lo que imaginamos cuando pensamos en
alguien simplemente “pobre”.
Porque Agustín es también poeta. Aunque no sabe leer ni escribir, tomando prestadas las manos de familiares y amigos ha escrito una buena cantidad de poemas que nos han emocionado a muchos, y que acabamos de recoger en un cartón-libro. No contento con eso, ha empezado a escribir algunos cuentos y ahora está experimentando con la escultura. Busca maneras para expresar su experiencia, su saber acumulado, y al mismo tiempo ésta es manera de intentar transformar el mundo: “Quiero que esto llegue a otros, que les emocione, y que les haga entender que todos somos personas iguales, que la riqueza no es lo importante”.
Hay muchos más como él, que habiendo sufrido la pobreza a lo largo de toda su vida desean aportar su saber y sus capacidades para mejorar las condiciones de vida de todos: Roberto, cuya labor ha sido siempre la chatarra, y que desde su experiencia nos habla de cuáles son la claves para que un trabajo sea digno; María, desahuciada de un piso de realojo y luchadora contra las incoherencias de las instituciones que gestionan la vivienda pública y contra las fallas que impiden que quienes tienen menos recursos accedan a una vivienda digna; Celia, a quien ha pesado tanto el no saber leer que ha tomado como una de sus principales objetivos en la vida el que sus hijos y los de sus vecinos en el barrio de chabolas en el que vivía pudieran acudir y aprovechar al máximo en el colegio. Y así tantos y tantos más...
Porque quienes viven en la pobreza están activos, luchando, inventando maneras de escapar de la dura realidad presente hacia un futuro de esperanza. Y son conscientes de que solos no pueden. Como dice Roberto: “Necesitamos ser más para tener más potencia”. Saben que hay muchas otras personas y grupos que también se movilizan en torno a lo que para ellos es fundamental: educación, trabajo, vivienda... Y nos proponen que busquemos la manera de hacer confluir estas luchas.
De ahí nace esta propuesta: Vida digna para tod@s: enredando iniciativas. Un proyecto que busca tender puentes entre los esfuerzos transformadores de quienes viven en la pobreza y los del resto de la sociedad. Para que sea posible hemos puesto en marcha un proceso de financiación colectiva en Goteo. ¿Nos ayudas a seguir sumando?
Porque Agustín es también poeta. Aunque no sabe leer ni escribir, tomando prestadas las manos de familiares y amigos ha escrito una buena cantidad de poemas que nos han emocionado a muchos, y que acabamos de recoger en un cartón-libro. No contento con eso, ha empezado a escribir algunos cuentos y ahora está experimentando con la escultura. Busca maneras para expresar su experiencia, su saber acumulado, y al mismo tiempo ésta es manera de intentar transformar el mundo: “Quiero que esto llegue a otros, que les emocione, y que les haga entender que todos somos personas iguales, que la riqueza no es lo importante”.
Hay muchos más como él, que habiendo sufrido la pobreza a lo largo de toda su vida desean aportar su saber y sus capacidades para mejorar las condiciones de vida de todos: Roberto, cuya labor ha sido siempre la chatarra, y que desde su experiencia nos habla de cuáles son la claves para que un trabajo sea digno; María, desahuciada de un piso de realojo y luchadora contra las incoherencias de las instituciones que gestionan la vivienda pública y contra las fallas que impiden que quienes tienen menos recursos accedan a una vivienda digna; Celia, a quien ha pesado tanto el no saber leer que ha tomado como una de sus principales objetivos en la vida el que sus hijos y los de sus vecinos en el barrio de chabolas en el que vivía pudieran acudir y aprovechar al máximo en el colegio. Y así tantos y tantos más...
Porque quienes viven en la pobreza están activos, luchando, inventando maneras de escapar de la dura realidad presente hacia un futuro de esperanza. Y son conscientes de que solos no pueden. Como dice Roberto: “Necesitamos ser más para tener más potencia”. Saben que hay muchas otras personas y grupos que también se movilizan en torno a lo que para ellos es fundamental: educación, trabajo, vivienda... Y nos proponen que busquemos la manera de hacer confluir estas luchas.
De ahí nace esta propuesta: Vida digna para tod@s: enredando iniciativas. Un proyecto que busca tender puentes entre los esfuerzos transformadores de quienes viven en la pobreza y los del resto de la sociedad. Para que sea posible hemos puesto en marcha un proceso de financiación colectiva en Goteo. ¿Nos ayudas a seguir sumando?
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