sábado, 27 de julio de 2013

Oasis

Hacía más de un año que no te veía. La última vez que nos vimos me despediste compartiendo tu agotamiento, tu incapacidad para seguir luchando, una vez que recibiste la noticia de que te iban a echar de tu casa, una pequeña casa de ladrillo en medio de un barrio de chabolas de mala fama. Un oasis en medio del dolor y el sufrimiento, de la violencia de la droga, un lugar donde durante mucho tiempo se siguió respirando el aroma de la lucha y la esperanza por conseguir otro futuro diferente para quienes vienen detrás de ti. Saber que esa casa, que ese espacio protegido construido a base de esfuerzo y tesón inmensos, iba a ser derruida, parecía que te destruía a ti también. Me fui sin saber si nos volveríamos a ver.

Ayer pasé de nuevo por allí, tras haber tratado de localizarte sin éxito por teléfono. Estaba convencido de que no encontraría más que las huellas del pasado. Sin embargo, ahí estabas, en medio de los escombros, esperándome: "Hace unos meses estuve ingresada, y conocí a un médico amigo tuyo. Me dio recuerdos para ti y le dije que te los daría, porque sabía que vendrías". No tenías dudas de que volvería, aunque había pasado mucho tiempo desde la última vez.

Yo, sin embargo, no supe confiar en tu capacidad de resistencia, de sobreponerte a las dificultades y de crear oasis en las circunstancias más adversas. Pero ahí estás, varios meses después de que hayan derruido tu casa, liberando espacios entre los escombros para poder seguir adelante con dignidad: una mesa, una gran sombrilla, varias sillas diespuestas a acoger a quien venga de fuera, algunos vasos para compartir algo fresco en medio de estos calores. Y un jardín. Un precioso jardín lleno de vida, de plantas y flores, cada una con su historia, de quién te la regaló o de cómo la conseguiste. "Esto es mi vida ahora". Un nuevo oasis en el que respirar, bien hondo, para poder continuar luchando, resistiendo.

Mientras el jardín siga en flor, seguirás siendo invencible. De hecho volví a reconocer en tu mirada la fuerza que hace tiempo habías perdido. Me preguntaste por nuestros proyectos, por nuestras luchas tanto tiempo compartidas. De nuevo en pie, de nuevo dispuesta a dar batalla: "No me queda otra opción desde que me tiraron la casa".


Un oasis para ti, un oasis para tod@s l@s que tanto necesitamos ejemplos como el tuyo para seguir creyendo que nunca está todo perdido.


Gracias.

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