"Cuando llueve me mojo".
Una frase sencilla, que parece tonta, pero no lo es por quien me la dice.
"Cuando llueve me mojo".
Lleva más de un mes tratando de empadronarse en el lugar en el que vive ahora mismo, el soportal de un cajero automático. Pero no lo consigue porque la policía no va a atestiguar que se encuentra allí.
"Cuando llueve me mojo".
El soportal es pequeño, no protege apenas de la intemperie y de la lluvia.
"Cuando llueve me mojo".
Aún me resuena la frase, mientras me acurruco en mi cama, a salvo (¿o desconectado?) de las inclemencias del mundo que hay fuera.
Pero hoy no llueve.
Podemos dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario