Sin embargo, mirando más de cerca lo que ha pasado en este tiempo, me vuelve la sonrisa y la esperanza en estos días. Uno de los cambios que he vivido ha sido el pasar de vivir en la ciudad a hacerlo en un pueblo que, aunque cercano a esta, me ha permitido vivir y enredar de manera diferente y concreta mi cotidiano junto a otras personas con ganas de compartir. Otro, el haber podido participar en un proyecto de co-investigación y co-formación en salud comunitaria entre profesionales y personas en pobreza de Vallecas y Tetuán, puesto en marcha por el nuevo ayuntamiento madrileño. Y así podría seguir sumando encuentros, aprendizajes y redes que ayudan a sostener la vida, la mía y la tuya, la nuestra... La común, como dice este vídeo. Porque entre tantas propuestas que no hacen sino remarcar diferencias, buscar enfrentamientos y pelear fronteras, no queda otra que apostarlo todo a mirarnos a los ojos, reconociéndonos en lo que nos une, en lo que nos diferencia y en lo que podemos hacer conjuntamente si sumamos fuerzas, inteligencias y horizontes.
sábado, 25 de mayo de 2019
Lo común nos une
Hace 4 años escribía, a cuenta de las elecciones municipales de entonces, que por primera vez iba a votar con ilusión y ganas. Ahora, de cara a estas que asoman ya el próximo domingo, creía llegar de manera muy distinta, con un voto a la contra, de tratar de salvar los muebles, sin esa esperanza de cambio que tenía entones. Y es que en estos 4 años muchas cosas han cambiado, la verdad, y el peso de las frustraciones parecía ser grande y explicar el estar ahora más a la defensiva que otra cosa.
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