miércoles, 6 de octubre de 2021

¿Y si el miedo ya cambió de bando?

Por todos lados se habla del auge de la (extrema) derecha, de cómo van señalando los temas que marcan la agenda política, comiéndose el espacio mediático, frente a la cual parece que no llegamos a articular narrativas que de verdad movilicen, sobre todo a las gentes jóvenes que se deslumbran ante el barniz antisistema del que presumen.

Pero este ruido quizás no nos permite ver las cosas tal y como están pasando... ¿Y si esta fachada de rebeldía no es más que una reacción atemorizada ante marejadas de fondo que están alumbrando nuevas maneras de ser y estar, tanto individual como colectivamente, como el feminismo y la acción política diversa, múltiple y dispersa desde el respeto y reconocimiento de todas y todos? ¿Y si no son más que reacciones defensivas desde una coraza que se resquebraja a pasos agigantados? ¿Y si no hay que inventar nuevas narrativas, sino sostener las que desde siempre nos lanzaron a encontrarnos en un abrazo y que siguen haciendo eco?


Es difícil, la verdad, tomar pie en estos tiempos con tan pocas certezas y de tanta confrontación. Buscamos credos que nos den seguridad, pero muchos nos inmovilizan, nos secuestran, nos atan. Por eso me emociona tanto escuchar, una y mil veces, la invitación que hace Silvio: 

"Yo quiero hacer un congreso del unido
Yo quiero rezar a fondo un "hijo nuestro"
Dirán que paso de moda la locura
Dirán que la gente es mala y no merece
Mas, yo partiré soñando travesuras
Acaso multiplicar panes y peces"



Si no creyera en el delirio, si no creyera en la esperanza... ¿qué cosa sería? No queda otra que seguir, desde donde estamos, haciendo posible el encuentro, el mirarnos cara a cara, el construir desde el abrazo que busca a quienes todavía faltan, pese a que a muchos les de pavor el horizonte hacia el que avanzamos.



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