Parece inevitable que unas noticias se vayan asociando con otras, y cuando esto coincide con buenos análisis de las mismas que pueden entrelazarse se consigue llegar a tener una visión más clara de la realidad. Es lo que pasa al leer El País de ayer y encontrar por un lado el texto de Blanqueo de capitales contra la crisis, de José Manuel Gómez Benítez, y pocas páginas después el más extenso artículo de Míster Adelson y las Póker Barranquillas, de José María Izquierdo. El primero ofrece una visión más ámplia de a quiénes afecta la amnistía fiscal promovida por el gobierno, ya que aparte de quienes obteniendo dinero de manera legal luego lo esconden para no pagar impuestos hay que tener en cuenta la gran cantidad de dinero negro que se mueve en nuestro país (a partir de negocios de drogas, trata de personas, etc.) y que puede encontrar así una manera de blanquearse con relativa protección. Y el segundo marca la transición entre esta amnistía a quienes defraudan y el salto mortal hacia los brazos Mr. Eurovegas, haciendo saltar por los aires cuantas leyes sea necesario, al tiempo que empuja hasta el final estas dinámicas que, por otro lado, cuentan con el silencio cómplice de quienes respecto a otros temas se muestran como firmes defensores de la moral (y sobre todo cuestionadores de la ajena).
Dos lecturas necesarias, aunque bastante descorazonadoras. Pero así están haciendo las cosas quienes están instalados en la administración gubernamental.
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