domingo, 21 de enero de 2018

Cuestión de tiempo


Esta imagen es una de las más sugerentes que he encontrado nunca. En medio de una carretera, la vida en forma de árbol se abre paso sin complejos. Todo un símbolo anclado en el recuerdo desde que lo encontré en Cabo de Gata hace ya 8 años, que me conectaba con algo que no terminaba de identificar hasta ayer.

Y es que ayer, de nuevo en el pequeño escenario de Libertad 8, volví a encontrar a Rogelio Botanz, al que hacía ya mucho tiempo que no veía, mientras que durante unos años no nos perdíamos su visita mensual a Madrid. Su pasión, su compromiso, sus pies en la tierra para mirar siempre hacia adelante pero sabiendo lo que nos empuja desde la historia compartida, su invitación a viajar enamorándonos y mezclándonos con cada pueblo y sus gentes... Todo sigue, todo se mantiene.

Es difícil encontrar materiales que compartir de Rogelio en redes. Será quizás porque lo que propone son encuentros cara a cara, cuerpo a cuerpo, o porque su música se hilvana con las historias que la acompañan de manera que es difícil desenmarañar una cosa de otra . Hay que ir a mirarle a los ojos y dejarse embrujar por sus cuentos, sus bailes y sus amores. Simplemente con eso, es cuestión de tiempo, como dice él. Cuestión de tiempo que las semillas que va sembrando en cada encuentro vayan dando fruto, por muy difícil que parezca. Cuestión de lluvia y tiempo, dar tiempo, dejar hacer al sol... Tal y como dice la canción, tal y como refleja la imagen que me ha atrapado durante los últimos años y que de repente recuerdo que encaja con este "cuento-canción" que me contaba y cantaba Rogelio hace años y que ayer volví a encontrar:




Fue un placer volver a emocionarnos con Rogelio, como antes, como siempre. Y otro placer ver cómo su pasión va dando frutos a través de otras semillas, como su hija Julia, que a través de su proyecto Ida Susal continúa la tradición de padre de entrelazar lo común desde lo que es, ama y sueña. Un nuevo vuelo empieza, como tan bien canta...



Crear es compartir, es lanzar hacia lxs otrxs, es decir adiós siempre a lo que sale de tí y se entrega a su propio camino y sus propios encuentros. Así decía una de las canciones que cantó ayer Rogelio, tan válido para hablar de sus hijas como de sus versos. La vida es darse y ver andar lo que de uno sale. Es sembrar y dejar que las semillas encuentren su manera de dar fruto, cuestión de tiempo, de lluvia, de sol...

Confiemos.

Y apuntemos estos nombres para perseguirles por donde vayan sembrándose:

Rogelio Botanz.

Ida Susal.

¡En marcha!

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