"M.A.: Piensa en los abogados, doctores, ingenieros y
directores de finanzas. Sus obligaciones les otorgan información,
hábitos de toma de decisiones, habilidades comunicativas,
confianza social, etc. El segundo tipo
de trabajador, la clase obrera, realiza
tareas que le privan de poder de una
forma abrumadora. Piensa en los
montadores, cocineros de comida rápida y en general en toda la gente
que realiza tareas repetitivas que
provocan que la persona acabe con
menos confianza, menos información y menos habilidades sociales
que en el otro caso. La clase coordinadora que realiza únicamente tareas
de poder, domina a la clase trabajadora.
D.: ¿Cómo en la antigua Unión
Soviética quiere decir?
M.A.: Es la clase dirigente en el socialismo de la vieja
escuela. Reclama
una enorme parte de la riqueza y del
poder social, especialmente cuando
no hay propietarios. De tal manera
que incluso si tenemos consejos de
trabajadores y consumidores e incluso si estamos sinceramente
comprometidos con la autogestión, si mantenemos la vieja división del
trabajo
donde un 20% de los trabajadores realizan todas las tareas que dan
poder, ese 20% será quien establezca el
calendario y proponga, debata y prepare todo. Sus puntos de vista se
impondrán. Sus objetivos se alcanzarán y llegarán a verse a sí mismos
más merecedores y más valiosos que
los trabajadores que cumplen las órdenes y parecen menos capaces,
necesitados de dirección y de “ayuda”.
Con el tiempo los coordinadores gobernarán, normalmente con una
insensibilidad arrogante.
De tal manera que los complejos
equilibrados de trabajo, la segunda
necesidad institucional de la
Parecon, divide las tareas de tal manera que cada trabajo tenga una
mezcla de tareas que proporcionen
una situación general de poder similar para todos. Todos estamos preparados para participar plenamente en
la autogestión con nuestro papel y
nuestras responsabilidades económicas."
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