Como siempre, ahí va una pequeña muestra:
"La
interdependencia es una relación entre iguales y, como cualquier otra
relación entre iguales, exige negociación, acuerdos, sujeción a
necesidades y deseos de unos y otros. La interdependencia es una pelea
individual porque exige cambiar profundamente nuestro imaginario. Pensar
que pedir puede convertirse en una oportunidad de intercambio en vez de
ser algo de lo que avergonzarse, creer que dar no tiene por qué ser un
lugar de poder sino otro lugar desde el que recibir. Intuir que entre
dar y recibir no hay, en todo caso, tanta diferencia.
(...)
La
dependencia no es sólo recurrir a otros para completar (una carencia,
un alquiler...), sino contar con otros para compartir […] poner mi
propia opinión en discusión, hacer el esfuerzo de ponerte en el lugar
del otro y que esto ponga en cuestión y remueva ideas que tenías muy,
muy claras…
(...)
Ésta es una cuestión en la que habría que ahondar. Miedo y fragilidad. Amanda comenta en su blog
cómo el «miedo a la discapacidad no es lo que parece». Ella y su
amiga, ambas con diversidad funcional y una serie de dolencias a corto y
largo plazo, dicen no temer al dolor, ni a la enfermedad, ni a los
diagnósticos devastadores, ni a la discapa-cidad cognitiva o física. Sus
biografías del cuerpo les han hecho colo-car el miedo y rechazo en otro
sitio: miedo a la institucionalización, a la infantilización, al
aburrimiento por ser tratadas como un mueble, a que sus familiares les
quieran tanto que decidan matarlas para evitar-les el sufrimiento...
Cuando el miedo se coloca en lo evitable y no en lo inevitable, nos
queda esperanza y vías para luchar.
(...)
Nuria:
Me parece que cuando ya no te lamentas de lo que no eres, de lo que no
tienes, de lo que has perdido, empiezas a vivir como quieres ser, es la
única manera. Y tiene que haber un click. Cuando la enfermedad es una
cosa más pero no el centro en torno al cual gravita todo, cuando deja de
ser el eje de tu vida, es cuando puedes hacer otras cosas. Yo lo vivo
como un pulso constante contra las limitaciones de mi propio cuerpo… es
muy cansino, a veces quisiera poder aparcar la lucha por la asistencia
cotidiana, por la supervivencia.
Marisa:
Pero siempre hay algo que tienes que aparcar. Por ejemplo, la gente sin
papeles lo que baraja en su día a día es comer, no estar en comisaría,
no ser deportado. Quiero decir que mucha gente se juega bastante en lo
cotidiano y lo aparca para ir a una reunión, para pelear con otros.
Siempre estás aparcando algo, porque si no lo haces, no te puedes juntar
con otros para que lo que aparcas deje de ocurrir."
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