“Una sublevación colectiva es antes que nada un fenómeno físico, afectivo, erótico”
Abstracción financiera
Bifo.
Nombro así al conjunto de los automatismos financieros que subyuga la
vida real y la producción, vaciándolas de energía y de poder político.
2. ¿En qué sentido la abstracción financiera vacía el poder político?
Bifo.
Es algo muy obvio que todos hemos entendido en los últimos años: las
instituciones de la democracia política no pueden nada frente a la
prioridad de la abstracción financiera. La liquidación del primer
ministro griego, Yorgos Papandreu, el día mismo que propuso un
referéndum sobre el “plan de ayuda” del BCE al Estado griego en 2011 fue
la declaración final de la anulación de la democracia en el continente
europeo. Las tradiciones humanistas e ilustradas quedaron igualmente
barridas de un plumazo ese mismo día.
3. Explícate.
Bifo.
El humanismo es esencialmente el movimiento por el cual la voluntad
humana se emancipa de la tutela divina. Por su lado, la Ilustración
proclama la superioridad de la Razón y de la Ley sobre la fuerza de los "animal spirits" del egoísmo económico. Pues bien, God is back,
la potencia superior de lo divino sobre la voluntad humana regresa,
pero ahora con la forma del capital financiero. Las leyes no tienen hoy
ninguna fuerza frente a la circulación global de los algoritmos
financieros, ni ante la potencia desterritorializada de las empresas
globales.
4. ¿Pero no sido siempre así en la historia del capitalismo? ¿Por qué sería esto una novedad?
Bifo.
Creo que la clase financiera es distinta a la clase que en los siglos
de la modernidad conocimos como burguesía. La burguesía se enriquecía
gracias a la explotación de la clase obrera, pero también gracias a la
producción de bienes útiles para la vida social. Es una clase que
acumula plusvalía a través de un proceso de producción de bienes útiles.
Sin embargo, la clase financiera -o, mejor dicho: el conjunto de los
automatismos financieros- se enriquece a través de la destrucción del valor producido, a través de la privatización de los bienes comunes. La plusvalía de las financias es una minus-valía desde el punto de vista social.
Por
otro lado, la burguesía tenía una fuerte territorialización ciudadana y
nacional, mientras que la clase financiera es una clase totalmente
desterritorializada, incapaz de identificarse con ningún lugar
específico.
Malestar social
5. ¿Qué efectos tiene la abstracción financiera sobre el cuerpo vivo de la sociedad?
Bifo.
Ya no hay continuidad en la experiencia del trabajo: no se llega cada
día al mismo lugar, no se cumplen las mismas rutinas, no se encuentra a
las mismas personas. El trabajador mismo ya no existe como persona, es
el productor intercambiable de fragmentos de tiempo/trabajo conectados
en una red global.
El tiempo vivido por los trabajadores precarios se fragmenta -o, mejor dicho, se fractaliza-
al tener que adaptarse constantemente a los requerimientos de la
producción. Pero tengamos en cuenta que el cuerpo vivo tiene sus
pulsiones, su sensibilidad, su tiempo y sus deseos. La abstracción
financiera superpone un tiempo espasmódico, en constante aceleración, a
la sensibilidad del cuerpo individual y colectivo.
6. Produciendo por tanto efectos a nivel individual y colectivo, ¿no? ¿Cuáles son?
Bifo.
Las patologías causadas por la aceleración y la competición agresiva se
manifiestan a nivel individual como una verdadera epidemia de
sufrimiento mental, psíquico, emocional. Las crisis de pánico, los
problemas de atención, la soledad competitiva, la depresión... A nivel
colectivo, la consecuencia es la crisis de la solidaridad social. Cada
individuo percibe a los otros esencialmente como competidores y no como
cuerpos afectivos.
Abstracción digital
7. A la abstracción financiera se le añade una abstracción digital, ¿en qué consiste, cómo opera?
Bifo.
La abstracción digital es el efecto de la aplicación de las tecnologías
de virtualización a la comunicación entre los seres humanos y su
operatividad se manifiesta como intercambio lingüístico sin cuerpo, como
escisión entre palabra, cuerpo y afectividad.
8. En el libro analizas los efectos “éticos” de la virtualización del contacto, ¿cuáles son?
Bifo.
Para mí, ética y estética están íntimamente relacionadas: la parálisis
ética, la incapacidad de gobernar éticamente la vida individual y
colectiva, proviene de una perturbación de la estesia, es decir, de la percepción de la continuidad sensible del propio cuerpo en el cuerpo del otro. De una comprensión erótica
del otro. La virtualización del contacto produce un efecto de
de-sensibilización emotiva, de soledad relacional, de fragilidad
psicológica.
9. Quizá es algo que podemos entender mejor a partir de la diferencia
que haces en el libro entre “lógica de conjunción” y “lógica de
conexión”.
Bifo.
La conjunción es un intercambio en el cual los cuerpos se ponen en
relación recíproca de manera tal que cada comunicación se manifiesta
como singular, irrepetible. La simpatía, es decir, el sentir compartido (sym-pathos), es la dimensión general del intercambio conjuntivo.
Pero
mientras que la lógica conjuntiva implica la interpretación de la
dimensión gestual, corporal y de las implicaciones emocionales (con sus
ambigüedades y matices), la lógica conectiva reduce la relación con el
otro a pura descodificación de una sintaxis, a un contacto funcional
dentro de estándares predeterminados. Es el caso de Facebook.
El
proceso de mutación que se desarrolla en nuestra época está centrado en
el cambio de la conjunción a la conexión como paradigma del intercambio
entre los organismos conscientes.
La sublevación
10. Entre 2010 y 2013 se activaron movilizaciones masivas en
Inglaterra, Túnez, Egipto, España, Grecia, EEUU, más tarde en Brasil y
Turquía, ahora en China... Las características y los objetivos de esas
movilizaciones han sido muy diferentes, como diferentes son las
condiciones políticas y culturales de los diferentes contextos. Pero tú
consideras que esa serie de levantamientos forman parte de la misma
onda, ¿por qué?
Bifo.
Creo que sí, porque todas esas movilizaciones, incluyendo las que se
dieron en las ciudades árabes, tenían desde el comienzo una misma
voluntad de reactivar la solidaridad y la dimensión física de la
comunicación social. Los trabajadores y los estudiantes rebeldes
intentaron en primer lugar crear condiciones de conjunción directa, física y territorial para salir de la alienación virtual.
¿Por
qué ocupar una plaza, una calle o un territorio cuando sabemos muy bien
que allí no reside ningún poder político y que el sistema financiero no
se localiza en una dimensión territorial? Porque la primera cosa que
necesitan los trabajadores precarizados es la reactivación de una
dimensión afectiva y territorial que permita reconstruir las condiciones
emocionales de la solidaridad. Me parece que ese es el sentido de la
toma de las plazas, de las acampadas. Una sublevación colectiva es en
antes que nada un fenómeno físico, afectivo, erótico. La experiencia de
una complicidad afectuosa entre los cuerpos.
11. ¿Cómo se “organiza” una política así, mediante qué formas, instituciones, etc.?
Bifo.
Me gusta poner la imagen del mantra: el mantra es una respiración
colectiva armónica, una metáfora de lo que en la dimensión política
llamamos solidaridad. La organización que imagino no pasa a través de la
democracia representativa, ni de una organización centralizada como fue
el partido leninista del siglo XX. Tiene más que ver con el ritmo de un mantra.
12. ¿Qué balance haces de la onda de movimientos que se activó en 2011? ¿Qué potencias y límites ha encontrado?
Bifo.
El balance es ambivalente. Por un lado, podemos decir que los
movimientos de las plazas no lograron frenar ni un ápice la explotación
financiera, la imposición de la deuda, la destrucción y privatización de
los bienes comunes. En ese sentido podemos hablar de fracaso. Pero creo
que debemos valorarlos desde un punto de vista evolutivo más largo.
Estos movimientos han revelado la dimensión afectiva de lo social. Es la
condición necesaria para emprender un movimiento de recomposición de
los saberes comunes -científicos, técnicos, afectivos, organizativos-
por fuera de la explotación capitalista.
13. ¿Cómo piensas una posible alianza entre lo digital y la dimensión “física” de la rebelión?
Bifo.
Las nuevas tecnologías han sido y siguen siendo herramientas para la
ampliación de la comunidad, aunque sólo virtual, y para la coordinación
de iniciativas y acciones a nivel global. Pero sólo la presencia física y
territorial puede activar la empatía y la solidaridad. Al mismo tiempo,
en términos de eficacia, las acciones más exitosas en términos de
sabotaje del dominio imperial han sido acciones como las de Assange y
Snowden que se desarrollan en la dimensión digital. La acción subversiva
es muy eficaz cuando se desarrolla en la esfera digital, cuando se
infiltra en el interior de la dimensión algorítmica del capitalismo.
14. En España, varios dispositivos más o menos “partidarios” surgidos a
partir del 15M apuntan a “tomar el poder político” en sus diferentes
escalas (nacional, regional, municipal), aprovechando un vacío creado
por la deslegitimación radical del sistema de partidos instalado en la
Transición española, ¿qué papel crees o imaginas que pueden tener las
instituciones estatales en la promoción del cambio social que proyectas
en el libro?
Bifo.
Las nuevas organizaciones políticas, como Syriza y Podemos, pueden ser
muy útiles para la resistencia de los trabajadores, para la
supervivencia en condiciones de empobrecimiento y disgregación social.
Pero no creo que puedan hacer mucho contra el poder financiero, ni para
favorecer la liberación de las energías intelectuales del trabajo por
fuera de la dominación capitalista.
La frase "yes, we can"
de Obama fue más un exorcismo contra la impotencia de la política y de
la voluntad que un programa. El hecho de que la máxima autoridad mundial
diga “podemos” es el signo de que algo no funciona, un sentimiento de
impotencia que la política no puede admitir pero que es evidente. Seis
años después de su primera victoria, Obama tiene que reconocer que no
puede salir de la “guerra infinita” bushista, que no puede parar la
devastación del medio ambiente, que no puede modificar la tendencia
hacia la concentración de la riqueza.
No
podemos, esa es la verdad. El tiempo de la voluntad y de la política se
acabó. Tenemos que desplazar la energía social hacia una dimensión que
no es ni la democracia representativa ni la subversión política, sino la
imaginación de nuevas formas de organización del conocimiento y de la
producción, la creación de una plataforma técnica y política para la
auto-organización de la inteligencia colectiva (fuerza productiva
principal del tiempo presente).
15. Creo que para tí la política consiste en una “mutación
antropológica” (como decía Pasolini, aunque él la temía). ¿Cómo se puede
pensar esa “mutación antropológica” por fuera del esquema
revolucionario tradicional del “Hombre nuevo” que ha causado tantos
estragos en el siglo XX?
Bifo.
Pasolini temía justamente la mutación antropológica producida por el
capitalismo tecnológico y global, y su miedo tenía buenas razones. Nos
encontramos en la situación de uniformización y de violencia psíquica
interindividual que él presagiaba hace cuarenta años. Tenemos que
imaginar una salida antropológica de la mutación antropológica
uniformizadora que impone el capitalismo global, pero una salida
distinta a la del siglo XX.
Las
utopías de la modernidad se fundaron sobre la exaltación testosterónica
de la juventud. Fueron utopías violentas y esperanzadas (esto es, en
última instancia desilusionantes, consagradas al arrepentimiento).
Nuestras fuerza ya no puede basarse en el ímpetu juvenil, la agresividad
masculina, la batalla, la victoria o la apropiación violenta, sino en
el gozo de la cooperación y el compartir. Reestructurar el campo del
deseo, cambiar el orden de nuestras expectativas, redefinir la riqueza,
es tal vez la más importante de todas las transformaciones sociales.
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