Una entrevista muy interesante la que hicieron en Diagonal a Marta Malo y Débora Avila, acá comparto algunos fragmentos:
"Es muy importante romper la idea de que la
institución es sólo institución del Estado. En este sentido, son muy
inspiradores los movimientos de renovación institucional que atravesaron
algunos servicios públicos, como, por ejemplo, el movimiento de
renovación pedagógica, donde maestros, familias y alumnos transformaron
radicalmente algunos colegios públicos, en pugna con la Administración,
reinventando el sentido de lo público y de lo escolar. Hay quien
desestima estas experiencias porque las considera algo muy pequeño, pero
son laboratorios de otra sociedad. No se va a acabar con el
neoliberalismo, ni tampoco se va a lograr mitigar su ofensiva, por
decreto del Estado: hace falta una sociedad movilizada, que esté creando
otras formas de vida sostenibles, tangibles, y esa sociedad movilizada
necesita de estos laboratorios.
(...)
Puedes cargarte la Lomce, la Ley Mordaza, el real decreto de exclusión
sanitaria y tantas leyes aberrantes. Podrías, también, hipotéticamente,
declarar la deuda ilegítima, introducir medidas que reduzcan la
desigualdad, generar un marco normativo más garantista, que favorezca y
proteja los bienes comunes, en fin, la lista es infinita. Pero, primero,
hay que ver si te dejan, si te dejan de verdad tocar el statu quo, con
qué fuerzas y alianzas cuentas para ello y a qué precio, qué componendas
vas a tener que hacer por el camino. Por otro lado, gran parte de lo que se haga necesitará de movimientos vivos que lo activen, lo resignifiquen y lo sostengan, que
lo doten de sentido a cada rato. Por último, cuando te sitúas en las
instituciones del Estado y tu trabajo pasa a ser gestionar las más altas
esferas de decisión, corres el riesgo de perder todo el contacto con
los tejidos sociales. Incluso, aunque no lo pierdas, tu contacto va a
estar mediado por un diferencial enorme de poder. Hay entonces todo un
reto en generar mecanismos no clientelares de escucha de esos tejidos
sociales, en particular, de los más excluidos, que son los que conocen
de primera mano los efectos más devastadores del sistema actual. Y si no
logras generarlos no te vas a enterar de nada y es muy posible que
inventes soluciones con efectos muy enajenantes e incluso desastrosos. Y
es muy posible también que estés demasiado ocupado en la pelea por
mantener tu posición como para siquiera darte cuenta o querer ver esos
efectos.
(...)
¿Cómo no alegrarse de que por fin los que nos han estado saqueando
sistemáticamente empiecen a tambalearse, de que vengan otros y nos
traigan un poco de aire? Pero no será un camino de flores: vienen muchos
desafíos y hay que hacerse otro cuerpo, menos inmediatista. Hay que
recuperar la mirada larga, reconectar con las generaciones pasadas y las
futuras, romper con los relatos hiperindividualizados y sentirse parte
de algo más grande que nosotros mismos: parte de ese hilvanarse de las
acciones de hombres y mujeres a lo largo del tiempo, donde una retoma lo
hecho por otros, añade, aporta y regala esa aportación a los que vienen
después."
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