domingo, 13 de enero de 2013

De aguas, líneas y huesos

Gómez Valero es una de las voces más auténticas y transparentes que he encontrado en mis buceos en el mundo de la poesía. Disparos breves, certeros, que apuntan a esos huecos habitados con los que convivimos. Acá van algunos ejemplos de su buen hacer:


Mostró a los ancianos 
su ropa empapada, 
su pelo mojado, 
sus manos llenas de barro. 

La lluvia no llegará, 
le dijeron, 
tú sabes que la lluvia no llegará. 

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Consejo de un Perro 

No entierres el hueso 
para rescatarlo mañana. 
Te sabrá a tierra. 

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Qué triste la vida 
de una línea recta: 
tan sola 
tan recta 
tan uniforme. 

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 ¡Agua!, rogó el sediento. 
Y al instante lo colmaron 
de agasajos, de medallas, 
de aplausos, de vítores. 

¡Agua! ¡Agua!, fue lo último 
que logró decir el agonizante

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