Nuevamente a través de Carlos Galián me llegan gráficas de cambios en la distribución de renta de esos que tan bien trabaja Milanovic (vía LIS).
Desgraciadamente, parece que todo sigue igual, al menos en nuestro país, donde los últimos datos vuelven a corroborar que la crisis económica sobre todo ha afectado no a las tan cacareadas clases medias, sino a quienes viven en mayor pobreza. Así funcionamos, cuanto más pobre, peor te irá.
En el eje horizontal se distribuye la población en función de su situación socioeconómica, quedando a la izquierda los más pobres y a la derecha los más ricos. Y en el eje vertical se muestra la variación en los ingresos. Cuanto más arriba mejor, claro está.
Pero no pensemos que esto es siempre así. Solo hay que echar un ojo a las gráficas en otros países durante este mismo perido. Bastante diferentes.
martes, 26 de enero de 2016
martes, 19 de enero de 2016
Cuesta arriba
"No todos avanzamos en la vida de la misma manera. Algunas personas, pocas, tienen un camino llano delante de ellas, sin obstáculos. Otras tienen algunas cuestas que subir. Pero algunos tenemos que subir constantemente montañas, bien empinadas. Y no nos podemos parar. Si te paras, te caes abajo. Siempre subiendo".
Con esta imagen tan gráfica trataba de representar un amigo que ha vivido siempre en condiciones muy difíciles lo que es la vida en la pobreza. Y al escucharle me acordaba de una mujer de mi barrio, también luchadora frente a mil y una adversidades, que me contaba como sentía que no podía permitirse el lujo de rendirse, pese a que a veces sentía que no podía más, o que la trataban injustamente cuando iba a pedir ayuda a los Servicios Sociales o a las parroquias: "En el momento en el que dejas de luchar estás acabada".
Vivir en la precariedad exige un ejercicio de resistencia firme y constante. Aunque el agotamiento termina apareciendo constantemente, con consecuencias muchas veces devastadoras. De ahí que se busquen maneras y modos de aguantar, de refugiarse, agarrando muchas veces clavos mentirosos y ardientes. Pero no queda otra: resistir, un resistir que es lo contrario de la dejadez o el inmovilismo, que es compromiso activo por no caer.
De ahí también la importancia de contar con otras personas. Pero no cualquiera. Esto me contaba otro luchador en precario comentando sobre el compromiso de quienes formamos parte de ATD Cuarto Mundo: "Estamos cansados de oir promesas. Con vosotros es diferente, porque os conocemos desde hace años y os hemos visto mancharos con el barrio de las calles. Sabemos que siempre habéis estado ahí".
La pobreza, la miseria, encierran y aíslan empujando hacia un ejercicio autista de supervivencia. Por eso de repente aparece como fundamental la presencia de otras gentes, no solo para recibir apoyos, sino para construir algo que de verdad se sienta con sentido y que lance más allá de la montaña castigadora: "Para luchar por mí, ya lucho yo solo todos los días. Pero lo que tenemos que hacer juntos es luchar por todos, por lo colectivo".
Pues eso. Luchemos.
Con esta imagen tan gráfica trataba de representar un amigo que ha vivido siempre en condiciones muy difíciles lo que es la vida en la pobreza. Y al escucharle me acordaba de una mujer de mi barrio, también luchadora frente a mil y una adversidades, que me contaba como sentía que no podía permitirse el lujo de rendirse, pese a que a veces sentía que no podía más, o que la trataban injustamente cuando iba a pedir ayuda a los Servicios Sociales o a las parroquias: "En el momento en el que dejas de luchar estás acabada".
Vivir en la precariedad exige un ejercicio de resistencia firme y constante. Aunque el agotamiento termina apareciendo constantemente, con consecuencias muchas veces devastadoras. De ahí que se busquen maneras y modos de aguantar, de refugiarse, agarrando muchas veces clavos mentirosos y ardientes. Pero no queda otra: resistir, un resistir que es lo contrario de la dejadez o el inmovilismo, que es compromiso activo por no caer.
De ahí también la importancia de contar con otras personas. Pero no cualquiera. Esto me contaba otro luchador en precario comentando sobre el compromiso de quienes formamos parte de ATD Cuarto Mundo: "Estamos cansados de oir promesas. Con vosotros es diferente, porque os conocemos desde hace años y os hemos visto mancharos con el barrio de las calles. Sabemos que siempre habéis estado ahí".
La pobreza, la miseria, encierran y aíslan empujando hacia un ejercicio autista de supervivencia. Por eso de repente aparece como fundamental la presencia de otras gentes, no solo para recibir apoyos, sino para construir algo que de verdad se sienta con sentido y que lance más allá de la montaña castigadora: "Para luchar por mí, ya lucho yo solo todos los días. Pero lo que tenemos que hacer juntos es luchar por todos, por lo colectivo".
Pues eso. Luchemos.
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lunes, 11 de enero de 2016
Atrapad@s en la escalera
Genial la reflexión de Freinet compartida en su blog por Rafa Cofiño:
"Vais
a buscar muy lejos los elementos básicos de vuestra pedagogía. Son
necesarias consideraciones intelectuales y vocablos herméticos cuyo
secreto poseen solamente los universitarios. Es tradicional referirse a
Rabelais, Montaigne y J.J. Rousseau, para hablar sólo de los pensadores
cuya reputación es, desde hace tiempo, inatacable.
Pero,
¿estáis seguros de que la mayoría de estas ideas que los intelectuales
creen haber descubierto no corren ya por el pueblo desde siempre y de
que el error escolástico no es el que las ha minimizado y deformado en
su esencia para monopolizarlas y esclavizarlas?"
"El
pedagogo había preparado sus métodos minuciosamente; había establecido
científicamente, decía, la escalera que debía permitir el acceso a los
diversos estadios del conocimiento; había medido experimentalmente la
altura de los peldaños para adaptarla a las posibilidades normales de
las piernas infantiles; había colocado, aquí y allá, un descansillo
cómodo para tomar aliento, y la barandilla solícita sujetaba a los
principiantes.
El
pedagogo se irritaba no con la escalera, concebida y construida
científicamente, sino con los niños que parecían insensibles a su
solicitud.
Se
irritaba porque todo sucedía normalmente cuando él estaba presente
vigilando el ascenso metódico de la escalera, peldaño a peldaño,
respirando en los descansillos y agarrados a la barandilla. Pero si se
ausentaba un momento, ¡qué desastre y qué desorden! Solamente seguían
subiendo metódicamente, peldaño a peldaño, agarrándose a la barandilla y
respirando en los descansillos los individuos a los que la escuela
había marcado suficientemente con su autoridad, como aquellos perros de
pastor a los que la vida ha educado para seguir pasivamente a su dueño y
que se han resignado a no obedecer ya más a su naturaleza de perros
franqueando senderos y malezas.
La
pandilla de niños se entregaba a sus instintos y hallaba de nuevo sus
necesidades; uno subía la escalera a gatas; otro tomaba impulso y
trepaba por los peldaños de dos en dos, saltándose los descansillos;
incluso había quienes intentaban subir de espaldas, y, a fe mía,
adquirían en ello cierta maestría. Pero, sobre todo, increíble paradoja,
estaban aquellos –y eran la mayoría- para los que la escalera estaba
demasiado falta de atractivos y aventuras, y que, rodeando la casa,
agarrándose a los canalones, franqueando las balaustradas, llegaban
arriba en un tiempo récord, mucho mejor y más rápido que por la escalera
llamada metódica, y, una vez arriba, bajaban por la barandilla como por
un tobogán... para volver a empezar esta ascensión apasionante.
El
pedagogo persigue a los individuos que se obstinan en no subir por las
vías que él considera normales. ¿Se ha preguntado si, por azar, su
ciencia de la escalera no será una falsa ciencia, y si no habrá otras
vías más rápidas y más saludables, que procedan por saltos y por
zancadas; si no habrá, según la imagen de Víctor Hugo, una pedagogía de
las águilas que no suben por la escalera?"
viernes, 1 de enero de 2016
Permitamos soñar
Es amigo y compañero desde hace años en ATD Cuarto Mundo. Aunque nuestras suertes han sido diferentes a lo largo de nuestra vida, nos encontramos en el mismo camino de lucha y dignidad para todos y todas. Entre otros proyectos compartidos, hemos ido recogiendo su diario de cómo buscarse la vida (la suya y la de su familia) con su bici azul.Y ayer, poco antes del fin de año, cuando me llegó este texto suyo que no había leído todavía, no pude más que emocionarme. Me parece que es el mejor mensaje posible con el que comenzar la andadura de este nuevo año. Para que nunca más nos olvidemos de nadie. Para que nunca más dejemos a nadie fuera de nuestras vidas.
Permitidme soñar
Cuando era pequeño viví en la calle con mis padres y hermanos, pero ahora también he estado en la calle con mis niños pequeños y no quiero que mis hijos vean eso, quiero que vean el esfuerzo y lo difícil que es tener todo lo que les rodea, pero que se puede conseguir.
Permitidme SOÑAR, con que mañana tendré seguridad y que será mejor, permitidme soñar con que los problemas de la vida que tienen todos serán los míos, porque ahora las limitaciones que tengo son más grandes que las que la sociedad pone a los demás.
Permitidme soñar con que aunque no tengo estudios podré tener un trabajo, solo pido una oportunidad, pido que no me vean como un vago, porque camino mil km diarios, con frío, sin comer…, para poder llevar algo a casa, me contento si consigo 3 euros e incluso doy las gracias por tenerlos.
Permitidme soñar en la humanidad de las personas, en que un día pensarán, ¿cómo hacer juntos para que las generaciones futuras no pasen ni la mitad de lo que nosotros pasamos, para que no vivan malamente?
Permitidme soñar porque hasta yo me sorprendo de mí mismo cuando quiero escribir poesía, cuando quiero contar y escribir un cuento para mis niños.
Conmibiciazul, Madrid
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Para quién quiera leer más y descubrir un mundo invisible para much@s, acá van otros textos suyos:
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