lunes, 10 de agosto de 2015

Parar

El otro día Ramón vino por primera vez en mucho tiempo a la salida que organizamos desde ATD Cuarto Mundo Madrid a Madrid Río. En principio no parece un evento excepcional, pero yo lo viví como tal. Era la primera vez en 2 o 3 años que se atrevía a dejar su casa sola, pese al miedo (fundado en experiencias previas) de que algún vecino aproveche su ausencia y la fragilidad de la cerradura que tiene para entrar en la casa vacía y llevarse lo poco de valor que allí tienen.

José, sin embargo, no vino. Justo el día anterior había cobrado la escasa ayuda que recibe y decidió irse con su mujer e hijos al río, como nos había pedido que hiciéramos como plan para la salida. Al final optamos por buscar un lugar céntrico y de fácil acceso para todo el mundo en vez de salir de Madrid, pero él siguió fiel a su propuesta y marchó en busca de aguas frescas en las que poder bañarse.

"Para nosotros el ir un día al río es como si fueran nuestras vacaciones". Algunos tenemos la suerte de poder marchar más tiempo y más lejos, sin ser conscientes de que no es algo factible para todo el mundo. Pero todos luchamos por hacer existir estos espacios de relax, de desconexión, de ocio sin más y disfrute de un tiempo con los nuestros. Y no es por capricho, sino por necesidad. Tanto más cuanto la realidad cotidiana te encierra, te atrapa, te machaca día a día oprimiendo tu capacidad de respirar a fondo.

"Hay momentos en que te cansas de vivir, como si te murieras por dentro. De tanto intentar salir adelante y darte siempre con un muro, te agotas. Y ya ni por tus hijos eres capaz de luchar".

Cuando se habla de necesidades básicas, el ocio suele ser olvidado e incluso señalado como culpable de una dejadez identificada como causante de las situaciones de precariedad. Pero, ¿cómo continuar si no es posible respirar, guardar silencio, acariciar a tu gente?

Un mes, una semana, un día, una hora... Lo que sea posible. Pero luchemos por que todos y todas podamos ver reconocido nuestros derecho a salirnos de lo cotidiano y abrir horizontes.

P.D. En algunos lugares, como en Francia, se habla sin tapujos del derecho a las vacaciones familiares. ¿Para cuando aquí también?