viernes, 31 de mayo de 2013

Gobierno tóxico

"Fumar mata". Este mensaje ha calado ya tanto que nos es imposible imaginar algo más dañino que el tabaco. De ahí las reacciones de incredulidad e indignación respecto a las declaraciones del consejero de sanidad de la Comunidad de Madrid sobre que habría que cambiar la ley anti-tabaco en el caso de euro-vegas.

Si nos quedamos en este detalle nos perdemos el paisaje de fondo. Efectivamente, es cuando menos inoportuno y ridículo que el máximo ¿i?responsable del sistema sanitario en una región se descuelgue con unas declaraciones de este tipo. Pero en el fondo es coherente con muchas otras decisiones políticas que se vienen tomando desde su partido en diferentes niveles de gobierno, y que terminan siendo más tóxicas incluso que el dichoso tema del tabaco. Lo que no sé es si en el rechazo total a  estas políticas estarían de acuerdo tod@s quienes ahora se llevan las manos a la cabeza.

Curiosamente he recibido hoy el libro de "The status syndrome", de Marmot, uno de los máximos expertos mundiales en salud pública. Sólo con leer la presentación que hace de los resultados de sus estudios en la solapa del libro ya va marcando algunas de las claves para la salud poblacional que nuestro querido gobierno se empeña en destruir:

  • Invertir (sí, habla de inversión, no de gasto, curioso matiz) en el desarrollo infantil temprano y en el sistema educativo - No, mejor recortes y más recortes en educación, escuelas infantiles más inaccesibles para quienes menos tienen y desprestigio y desmotivación del profesorado...
  • Crear trabajos seguros que den a los empleados control sobre sus carreras profesionales y recompensa a sus esfuerzos - No, mejor facilitar el despido, aumentando así la sumisión y la inseguridad, fomentar modelos de trabajo precarios e individualistas, con escaso o nulo respaldo colectivo...
  • Promover sistemas de apoyo que incrementen el contacto social - No, mejor criminalizar, perseguir y amedrentar las iniciativas colectivas que se generan desde la calle, generar barreras y enfrentamientos entre ciudadan@s...
... Y así podríamos seguir. Porque el tabaco mata, sí. Pero la mala política mata mucho más. 

jueves, 30 de mayo de 2013

Muchas violencias

Reconozco que me pierdo en multitud de contradicciones cuando se habla de temas de genero, especialmente con todo el imaginario con el que nos bombardean respecto a los temas de violencia y malos tratos. Precisamente por eso he disfrutado y aprendido tanto con esta presentación de Elena Casado sobre el tema en uno de los cursos de Nociones Comunes. Un auténtico llamamiento a la sensatez y una denuncia muy clara de cómo se utiliza el estereotipo de este tipo de violencia para ocultar la violencia estructural que nos golpea a tod@s por todos lados y las desigualdades existentes; aparte de plantear una línea de trabajo que pocas veces se contempla, pero que bajo mi punto de vista es esencial: dar apoyo y base sólida a quién ejerce la violencia, porque expulsarle, aislarle y negar lo que tenemos en común con él no hace sino hacer girar más rápidamente la espiral de la violencia.

(Hay también una versión en texto de la intervención, bastante larga)

miércoles, 29 de mayo de 2013

Pasando olímpicamente

Un buen ejemplo de adonde nos conducen los megaproyectos olímpicos que tanto deslumbran a algun@s... y que tan lejos quedan de la realidad concreta de la gente de a pie (vía Diagonal)

 Abierta al tenis, cerrada al barrio

La proximidad del ‘tenis’, como llaman al Madrid Open en el barrio de San Fermín, se nota en el desfile de la Avenida de los Fueros. Por la calle que baja del metro a la Caja Mágica aparecen caras nuevas, vestimentas de otra parte de la realidad, de otra condición. “Algunos se agarran bien el bolso como si les fuéramos a robar”, se mofa un adolescente que espera la salida de su hermano en la puerta del colegio público República del Brasil. En mitad de la travesía, La Taberna de Coti ve cómo sus clientes habituales del menú diario pasan a ser voluntarios, periodistas, técnicos, federativos… “y hasta Manolo Santana”, resalta un comensal. Del 3 al 12 de mayo cambia el ritmo del barrio.

Frente al fastuoso complejo deportivo, emblema del Madrid olímpico en el que se llevan gastados más de 300 millones de euros, hay un agujero en mitad de un parque en el que los rastros de perro denotan que hace tiempo que no pasa nadie a limpiar. En el hoyo hay un frontón. Los grafitis marcan el trinquete mientras un cuarteto da raquetazos a una pelota despeluchada. Desde allí se oye cómo, tras el muro que oculta la Caja Mágica a los vecinos, las máquinas trabajan contrarreloj para volver a edificar las pistas exteriores del Open que se renuevan cada año. Frente al complejo de pádel se eleva el edificio de cristaleras negras que abandonó hace unos meses el equipo HRT de Fórmula 1. Los bólidos tomaron la misma salida que antes atravesaron el Real Madrid de baloncesto o la Federación Española de Tenis, ahogados por los altos costes de la instalación. Hace no mucho un funcionario pasó por los centros educativos del barrio, que no tienen actividades extraescolares, ofreciendo clases de pádel por una cantidad imposible de pagar para la mayoría de vecinos de un distrito con una tasa de desempleo del 24%, cinco puntos por encima de la media autonómica. En San Fermín no hay oficina del INEM y el Centro de Salud, inaugurado en 2006, es uno de los siete que están dentro del plan de privatización de la Sanidad Pública madrileña.

El pasado 12 de abril unos dos mil vecinos de Usera marcharon hasta la Junta Municipal para protestar por el abandono y las promesas incumplidas en unos barrios de clase obrera y altas tasas de inmigración afectados por los desahucios (1,5 de cada mil habitantes) y la precariedad de los servicios sociales. Un ejemplo es el de la biblioteca pública, prometida por el exalcalde Alberto Ruiz Gallardón en octubre del 2008 y que aún no tiene ni un ladrillo puesto.

Entre la multitud caminan chavales y familiares del Club Baloncesto San Fermín, proyecto educativo y deportivo que trabaja  por la integración de la infancia y adolescencia en riesgo de exclusión social gracias a la ONG Intervida. Vestidos con sus uniformes de juego, reclaman el uso público de la Caja Mágica, dado que entrenan en una pista al aire libre y sin marcar en un parque o en el patio de un colegio. En ninguno de los espacios hay canastas de minibásquet, lo que dificulta el progreso de 60 benjamines y alevines del club. La falta de las mismas en los polideportivos del área obliga a sus equipos a desplazarse para jugar en la Liga Municipal.

Al final de la manifestación del 12 de abril, los colectivos pidieron al unísono la dimisión del concejal-presidente del Distrito de Usera, Jesús Moreno (PP). Unas semanas antes el político, que no vive en esta zona, había respondido en Gente Digital a la petición de San Fermín: “Es una instalación que no está para el uso público, porque su mantenimiento es muy costoso y que se les quite de la cabeza, porque no es posible. En lo que sí insistiré es en conseguir entradas como el año pasado para que los chavales de los colegios del barrio puedan entrar en el Master. Pero que no la vean como algo que sólo les trae molestias”.

Acuerdo incumplido

 

En el pleno de la Junta del pasado 10 de abril, la Asociación de Vecinos de San Fermín pidió que se ratificase el acuerdo alcanzado con el Ayuntamiento de Madrid en noviembre de 2010 para abrir la Caja Mágica a los ciudadanos. “No estamos siendo más que coherentes y consecuentes con el acuerdo de apertura de la Caja Mágica al deporte popular en las mismas condiciones que el resto de los polideportivos. No podemos tolerar ni consentir que, porque exista esta instalación, el barrio no tenga otro pabellón para todos los deportes que se practican. No queremos palabras, queremos hechos”, declara el presidente de la Asociación de Vecinos San Fermín, Víctor Renes.

‘Soy Abierto, Soy Madrid’ es el lema con el que se ha promocionado el Open. El 20 de marzo la lluvia impidió el entrenamiento del infantil del CB San Fermín. A unos quinientos metros, la Caja Mágica estaba cerrada como siempre para estos chicos de Madrid que sólo pretenden cambiar su realidad y la de su barrio jugando al baloncesto. Ese día los miembros del COI evaluaban la instalación ante la candidatura del 2020. Algunos funcionarios pidieron a los vecinos que guardaran los cubos de basura para no dar mala imagen.

viernes, 24 de mayo de 2013

Somos rot@s

Sí, esa parece ser nuestra condición actual, fragmentad@s, dividid@s entre las diferentes dimensiones que nos conforman: nuestra vida personal y familiar, nuestro trabajo, nuestro ocio, nuestros sueños... Cada una por su lado, con escasos puntos de encuentro. Y no es que estemos rot@s, no, es que forma parte de nuestro ser: somos rot@s. Asi, nuestra vida se transforma en un juego de equilibrios entre las diferentes dimensiones, que en vez de empujar hacia una vida más plena e integrada parece que luchan entre sí sin posibilidad de integración mutua: el trabajo me aporta dinero, pero en muchos casos a costa de realización personal y del cuidado de la gente querida; las tareas de cuidado parece que se oponen a la idea normalizada de ocio, y también al desarrollo profesional...

Pero ese "ser roto" no es sólo algo interior, individual, sino que precisamente comienza en el desgarramiento que se produce con nuestro "ser común", el "ser con otros". Por todos lados nos llueven mensajes y presiones para olvidar, para cerrar los ojos al que tenemos al lado e introducirnos en el falso sueño del "ser individual", independiente. Para entender de qué va este bombardeo un ejemplo siempre genial son los anuncios de loterías, que no cesan de vender fantasías que, aunque tod@s sabemos que no son ciertas, no nos resistimos a jugar con ellas de alguna manera.

Pensando en esto, leía esta mañana algunos pasajes de "La potencia de los pobres", de Majid Rahnema y Jean Robert, que recogen el contraste entre el funcionamiento de las sociedades tradicionales o vernáculas y el mundo moderno, y la ruptura que ha supuesto la llegada de este. No es por ponerse nostálgicos ni idealizar lo ya lejano, pero sí que es interesante por cómo señala los límites y vacíos de nuestra sociedad. Acá van algunos fragmentos:

"Podríamos  arriesgarnos  a  afirmar  que  la  mayor  parte  de  las  sociedades  vernáculas marcadas por las tradiciones de pobreza convivial, tienen al menos estos cinco puntos en común:

jueves, 23 de mayo de 2013

No es lo mismo

Por todos lados llueven recortes, por todos lados los cinturones se aprietan, y así parece que estamos todos en el mismo barco, bajo la misma presión, con la misma asfixia... Un espejismo como otro cualquiera, que puede ayudar a unir gentes que vivimos en condiciones muy diferentes, pero también a negar las realidades concretas que vivimos cada un@, y que no son para nada iguales.

Porque aunque el hecho de que disminuyan salarios y desaparezcan pagas extras excusándose en la mentira del "no hay recursos", mientras estos se destinan a alimentar los intereses de quienes más tienen, resulta escandaloso, no podemos esconder que estos recortes no afectan por igual al que cobra 3000 euros que al que cobra 1000. Por poner un ejemplo de un entorno que conozco, en un centro de salud no afecta igual esta reduccción al médico que al personal de la limpieza. Y mucho menos si ampliamos el campo de visión e incluimos en él a quienes cobran prestaciones como la Renta Mínima de Inserción o los 400 euros cuando se acaba el paro.

El otro día, preparando la Universidad Popular Cuarto Mundo en un comedor social, salía este tema al hablar sobre qué permiten y qué no este tipo de ayudas, que quienes las otorgan clasifican ell@s mism@s como de "supervivencia". En ese diálogo, un hombre que parecía ser originario de los países del este de Europa, gracias a su poco dominio del castellano consiguió explicar de manera realmente clara una de las claves de este asunto.

Así dijo: "Estas ayudas permiten tener una vida básica, pero no una vida digna. Una vida digna es la que llevan los ciudadanos de primera. Una vida básica es que no puedes morir, pero tampoco puedes vivir".

No poder morir, pero no poder vivir. A eso estamos condenando a much@s, cada vez a más. Efectivamente, no es lo mismo que tener que reducir nuestro nivel de vida y disponer de menos dinero para ocio o accesorios varios.

No morir, no vivir. ¿Es este el purgatorio en la tierra?

martes, 21 de mayo de 2013

Monedas sueltas

Aunque a veces nos cueste creerlo, hay vida, y mucha, más allá del euro. Eso pensaba el otro día leyendo el artículo que me mandaba Javi sobre las monedas locales, y en el que entre otras cosas interesantes he encontrado el blog de Vivir sin empleo, en el que nos regalan una buena introducción al tema. Para poder bucear en el tema y lanzarnos de una u otra manera:




miércoles, 15 de mayo de 2013

Versos para el pueblo

El Chojín viene siendo desde hace tiempo una de las mentes más agudas y de las voces más inspiradas de nuestro entorno. Y en esta pieza, "Indignación", lo demuestra una vez más:

Frente a la nada

Una última reflexión sobre el 15-M de "Al final de la asamblea", aprovechando el aniversario...


Como en La historia interminable, algo monstruoso continúa su avance en este 2013, algo que se lo está tragando todo, ‘la nada’ que va engullendo de un día para otro las reglas de nuestras vidas laborales, los derechos básicos, el comedor del cole. Lo que antes era normal, la sanidad, la justicia, lo más sencillo, va cambiando o desapareciendo.

Los editoriales de los medios mainstream anuncian hace tiempo un fascismo, un populismo o un estallido que no acaba de llegar.

El escenario social contra el que impacta ‘la nada’ no es inerte: la marea verde, los funcionarios –policías incluidos– desbordando las calles aquel 19J, la enormidad de la marea blanca, las convocatorias en el Con­greso, la plataforma antidesahucios, el 23F, el desbordamiento en las calles de las huelgas generales, los escraches, los miles de microlaboratorios de procomún, colaboración, autogestión, guerrilla mediática y de acción en red… Ecos que encuentran resonancias inesperadas por buena parte del globo, por debajo del radar de las lenguas políticas oficiales y de los medios de masas. Un fantasma que aparece y reaparece a cada paso.

Una serie de eventos de politización que van incluyendo a capas cada vez más extensas de la sociedad y que replican características que acaso sean los signos del tiempo, las que se revelaron aquel 15M y que dejaron suficiente impronta en el imaginario colectivo para convertirse en lugares comunes de la expresividad política y social. Nos referimos a la participación de cualquiera como cualquiera, a la huida de las identidades políticas previas, a la ausencia de liderazgos y de identificaciones fuertes, a la fuga del mapa político tradicional de derechas-izquierdas, a la espontaneidad, a la libre toma de la palabra, al tono alegre, a la noviolencia –a pesar del ahínco desesperado de un régimen en descomposición buscando su reflejo violento–, etc.

Códigos, lógicas y prácticas que se comparten, y replican, desde las que se habla y que definen una fuerte novedad entre nuestras vidas y el viejo mundo tal y como eran las cosas para el discurso político del poder. Donde se veía incumplimiento de deberes por el impago de una hipoteca, ahora vemos un desahucio criminal; donde se veía el fin del chollo de funcionarios, ahora vemos un saqueo de la sanidad, de la justicia y de la educación pública; donde había PP/PSOE, ahora vemos un mundo... Y así un largo etcétera en el que el desquicie de un mundo ordenado en lo-que-hay reacciona histérico ante cualquier gesto de enunciación de un posible 99%.

El mundo que sobreviene en forma de gran expolio social se dice a sí mismo con palabras que hablan de competencia, deuda, cliente, servicios, representantes y eficacia. Un mundo en el que se suspende lo público, se usurpa lo común y se exalta el éxito individual medido en dinero, contra todo pronóstico resulta que no encaja aún con las gentes que se dedican cada día a atender pacientes, alumnos, ancianos, que simplemente realizan su trabajo por el afán de su utilidad, o por la necesidad de vivir en común.

Junto a los hilos o estructuras profundas de nuestra sociedad, que se han ido revelando desde que ‘la nada’ nos asola y que hablan de una sociedad más cohesionada de lo que suponíamos, emerge con intensidad la ansiedad de la mirada al poder ‘de arriba’, al Parlamento, la ansiedad por la búsqueda de soluciones a las urgencias de nuestras supervivencias. Hace falta algo más y se piensa en las elecciones, en lo fáctico.

Entre la dicotomía de esa ansiedad y la vuelta a la vieja política, dispositivos propios del nuevo cerebro político comienzan a pensar como reto el problema del poder de otra manera. Partidos red, mareas y nuevos prototipos enfrentan la forma de evitar volver a dormir, después de que despertáramos.
La guerra entre el fantasma y ‘la nada’, entre la democracia y lo común contra el asalto de la máquina, se libra al margen de las palabras políticas clásicas y por debajo de los viejos radares. Se juega en cada transformación, en cada experimento en común y en lo que osemos imaginar y hacer. El escenario está profundamente abierto.

martes, 14 de mayo de 2013

La potencia de los pobres

Pocas veces me había encontrado con una presentación de un ensayo tan sugerente como la de "La potencia de los pobres", de Majid Rahnema y Jean Robert. No me ha dado tiempo para leer mucho más del libro, pero acá lo dejo por si alguien se anima a hacer una lectura compartida, junto con el prefacio tan "potente" en todos los sentidos...

"¿Dónde estaban los  pobres  durante todos  estos cambios  de “regímenes” y  de juegos de “poder”?  ¿Cómo se manifestaba su potencia ,  esa  potencia  de actuar   que  Spinoza denominaba potentia?  ¿No  ha sido  a  menudo contrariada, incluso  aplastada por  los nuevos pudientes y  los  hombres  de poder? ¿Peor,  no ha sido  a  su vez  afectada  por  las ilusiones  que  acompañaban  el  progreso  como  su sombra y  por  su consecuencia,  la  triste servidumbre  voluntaria,  que  habría  siempre  sido  la  fuente  de los  poderes de la  famosa tríada del tirano, del cura y del esclavo?

Nos  parece  que  el  tiempo de pensar  de otra  manera ha llegado.  Hay  mucho que aprender  de la  ética de vida propia  de los  pobres, de lo que  Gilles  Deleuze llamó  los devenires minoritarios.  Es urgente  repensar  el lugar  de estos  devenires,  de sus posibilidades  de florecimiento  y, a  la  luz  de estas posibilidades  a  menudo negadas, buscar  las  causas  profundas de las  tragedias  y  aporías en las  que  nos  hemos  dejado encerrar.


Algunos  autores  que  nos  han  inspirado  consideran  –  y  nuestra experiencia lo confirma  –  que  cuando esos  devenires minoritarios llegan  a  conciliar  la  fuerza  natural de los  deseos  y  la  razón,  llegan  a  ser  parecidos a  granos  de polen  capaces de diseminar su potencia  y  fecundar  a  otros que  encuentran  en el  camino.  Más  que  en las  mayorías masificadas, nosotros  ponemos  nuestras  esperanzas  en estas multitudes  de devenires minoritarios que,  al  decir de Deleuze,  “son todo el  mundo” y  se enriquecen  mutuamente en sus  encuentros.  Y, como  él, nosotros  ponemos  nuestras  esperanzas  en los  procesos, más  que  en las  instituciones  que  se erigen  como  la  liberación  de los  pobres, o  en las campañas de ayuda  a  los  pobres, o  incluso  en las  revoluciones  programadas  por  los revolucionarios  profesionales. 

lunes, 13 de mayo de 2013

A pie de calle

En breve se presenta el libro de "Así en la tierra", en el que se recorre la apasionante historia de compromiso construida por Enrique de Castro  con tantos otros que se le han unido a lo largo de las últimas décadas.



Una buena oportunidad para asomarse al pensamiento y la vida de este hombre tan necesario. Acá va un botón de muestra:

Entrevista a Enrique de Castro: "Dios no cree en ninguna de las religiones creadas, incluida la católica" from La Entrevista del Mes on Vimeo.

domingo, 12 de mayo de 2013

El 15M y lo invisible

Segunda entega de material para reflexionar en torno al aniversario del 15M. Esta vez es el turno de Armando Fernandez Savater, como siempre aportando elementos interesantes en torno a lo que se mueve en las plazas y en las calles:


Mayo es época de exámenes y el 15-M no se libra. Las celebración del segundo aniversario es una ocasión propicia para el juicio mediático: ¿está aún vivo el 15-M, qué queda? ¿Son más, son menos? ¿Y qué han conseguido? Son ojos que ven lo que están habituados a ver: el evento y no el proceso, la identidad y no las metamorfosis, lo espectacular y no lo cotidiano, lo macro y no lo micro, lo cuantitativo y no lo cualitativo, los resultados y no los efectos. Mirada clínica, mirada exterior, mirada del Padre, el mayor problema es que la interioricemos y nos conformemos a sus normas. Por eso, el otro día una amiga protestaba diciendo: “a la mierda el aniversario, luchamos todos los días, lo podríamos celebrar el 3 de febrero o el 11 de junio. Si los medios nos dan por muertos, pues mejor, así trabajaremos más tranquilos”.

El unicornio no es exactamente un caballo. Y del mismo modo, el 15-M, las mareas o la PAH tampoco son movimientos sociales al uso, sino los nombres y las máscaras que se da a sí mismo un proceso verdaderamente insólito de politización social. A la vez el mismo y siempre diferente, en transformación. El desafío no pasa tanto por responder el sinnúmero de mentiras o clichés que se encuentran a diario en los medios, como por aprender a vernos y narrarnos distinto. Saber nombrar, dar valor y comunicar lo extraordinario de lo que estamos haciendo y viviendo.

viernes, 10 de mayo de 2013

Quemar sin llama

Como este fin de semana va a estar marcado por las valoraciones de lo que queda del 15M, de la movilización o no de la sociedad, de si estamos al principio o al final de un proceso... Es un buen momento para reflexiones que apuntan más allá de lo evidente, como esta de Belén Gopegui:


Contraincendioonline.com, página argentina para uso de bomberos y rescatistas, podría ser una página literaria o política pues tiene versos involuntarios: “La puerta cerrada de un cuarto, nuestro último escudo” o “Incendio estructural: combate en compartimentos interiores”, y tiene un curso de incendios estructurales como los de este tiempo.

Llegué a ella buscando información sobre fuegos subterráneos, sobre la acción de arder sin llama. Porque a veces parece que los procesos sólo existen cuando despiertan o cuando se reparten por el terreno con sus resplandores y su libre combustión. Y a veces hay preguntas que traen angustia, desánimo o reproche cuando dicen: ¿de aquellas llamas, qué se hizo? ¿dónde están los resplandores?

Hay tres etapas progresivas en la combustión de un incendio: incipiente o inicial, de combustión libre y de arder sin llama. Hoy, junto a llamaradas que seguirán vivas –escraches con botes de luciérnagas que se convierten en pegatinas de luz, marchas, acciones, huelgas–, ha empezado la etapa, quizá ni siquiera buscada, de arder sin llama y si nos preguntáis en dónde estamos, deberemos decir: sucede. Cuando las llamas dejan de existir en mayor o menor medida dependiendo de la hermeticidad del recinto, “todo el ambiente tiene la suficiente presión como para dejar escapar esa presión por las pequeñas aberturas que queden”. ¿Acaso no sentís cómo escapa la presión, acaso no la veis?

El fuego seguirá en estado latente y aumentará la temperatura por arriba del punto de ignición. Quienes miren desde lejos pensarán que no ocurre casi nada, que todo está más o menos controlado, que el aguante es elástico, y la ventaja de la clase dominante, demasiado grande para que pueda acortarse en meses, ni siquiera en años. Si miran desde lejos. Pero si bajan al terreno, si lo pisan, notarán cómo quema.

Todo incendio estructural genera una descarga disruptiva o escalada cataclísmica del fuego a los distintos materiales combustibles. Hace ya mucho que Rilke escribiera: “Querían florecer y florecer es ser bellos; pero nosotros queremos madurar, y madurar significa ser oscuros, y esforzarse”. Hace menos tiempo, en Panfleto para seguir viviendo, Fernando Díaz decía: “Oxidarse violentamente es arder”. Tal vez la mayoría de no­sotros y de nosotras prefiriéramos madurar y no oxidarnos violentamente, pero a veces no basta con preferir no hacerlo.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Participando... ¿es gerundio?

Aprovechando el continuo debate sobre democracia y participación, recojo acá un artículo que ya tiene unos años pero que sigue mostrando una clasificación bastante interesante sobre lo que el autor llama la escalera de participación. Porque no todo lo que metemos en este saco es lo mismo, ni mucho menos... Acá van los escalones:

  1. Manipulación, creando comités conjuntos con la ciudadanía para utilizar esta como coartada.
  2. Terapía, similar a la anterior, creando un entorno dónde la ciudadanía se desahogue pero sin atender a su expresión.
  3. Informativo, estableciendo un canal unidireccional en el que el gobierno facilita información de sus intenciones pero sin dar opción a la réplica.
  4. Consulta, creando un entorno de expresi
    ón de la ciudadanía y atención de la misma, aunque sin expresar un compromiso acerca del tratamiento de sus opiniones.
  5. Apaciguador, aceptando de modo claro propuestas de la ciudadanía que sirvan como muestra de la bondad de las intenciones de la Administración pero sin dejar claro como se toman las decisiones globales
  6. Colaboración, en un proceso de negociación derivado de las demandas ciudadanas pero conducido por la Administración en todos sus ámbitos
  7. Delegación de poder, en el cual los ciudadanos tiene ámbitos cuya opinión prevalece sobre la opinión de la Administración
  8. Control ciudadano, dónde la ciudadanía participa sin tutelaje alguno de la Administración


martes, 7 de mayo de 2013

Los comunes: pasado, presente y futuro


El historiador norteamericano Peter Linebaugh comienza hoy  lunes una gira de charlas que le llevarán por Madrid, Zaragoza y Barcelona para hablar de sus investigaciones sobre los bienes comunes, las formas de acceso a bienes y servicios necesarios para la vida. Linebaugh acaba de publicar en castellano El Manifiesto de la Carta Magna.

Así que este es un buen momento para repasar qué es esto de los bienes comunes, y acá van algunas cosillas sacadas del interesante artículo sobre el tema de la wikipedia, como por ejemplo este vídeo:




Es necesario recordar siempre que esto de los comunes no es algo nuevo ni un invento peregrino, sino una práctica arraigada histórica y geograficamente de maneras muy diversas. Acá va una introducción que hacen los de Madrilonia en Diagonal:

lunes, 6 de mayo de 2013

Sobre crianza, expertos y modelos

Poco puedo decir de esta charla del curso de Crianza, cuidado y comunidad más que me hubiera encantado escucharla hace ya casi tres añitos, cuando Sara se presentó por estas tierras. Más que nada para evitar mareos innecesarios. Aunque bueno, de eso también se aprende, ¿no?

SESIÓN 4: PASE DE MODELOS… DE CRIANZA. by Traficantesdesueños

viernes, 3 de mayo de 2013

Arquitectos insurgentes

Pues sí, esta es la interesante propuesta que lanza David Harvey desde las páginas de su libro Espacios de esperanza, convertirnos en arquitectos insurgentes. Para ello es necesario vencer el pesimismo del "No hay alternativa" y volver a retomar el dinamismo de la utopía que se sueña posible y permite avanzar, lanzándonos así a dialogar con nuestra realidad en todas sus dimensiones para, desde ahí, atrevernos a diseñar otras maneras de ser y estar, otros espacios y tiempos sociales.

Porque una de las ideas más interesantes de este libro (y en general de la obra de este autor) es la apertura hacia la dimensión geográfica, hacia el espacio, como algo esencial en la configuración de lo que somos, y por tanto también de lo que soñamos ser. Así, es necesario entrelazar las propuestas de cambio que se extienden en el tiempo (como es el modelo marxista) con otra
s que nos muestran nuevos espacios y lugares.

Esa, según Harvey, es la tarea del "arquitecto insurgente", ese que se atreve a diseñar su propio destino, la de crear nuevos espacios utópicos enraizados en el lugar y en el tiempo en el que vive, señalando así vías  que permitan escapar de este no-lugar cada vez más atosigante en el que nos encontramos.

jueves, 2 de mayo de 2013

Cuarto y mitad de pizarra

Esto de acompañar el crecimiento de una criatura como Sara te empuja a descubrir continuamente nuevos mundos y enfrentarte a grandes retos. Justamente ahora mismo andamos en medio de uno de ellos, enfrentando la gran incógnita de cuál puede ser la mejor manera de saltar del primer ciclo de educación infantil al segundo. ¿Mejor seguir en la escuela en la que está hasta ahora? ¿O mejor cambiar ya a un colegio donde pueda cursar la primaria, para que la adaptación sea más temprana y (sobre todo) para asegurarle una plaza  (ya que si se hace el cambio a los seis años las cosas se complican porque no hay muchos huecos disponibles)?

Estas grandes cuestiones nos han metido de lleno en diálogos con otras madres y padres, profesoras, familiares varios, visitas a colegios, lecturas de programas educativos de los mismos... ¡Apasionante momento! El problema es que con tanta información, dudas y miedos compartidos, junto con la escasez de certezas propias realmente asentadas, la cosa resulta bastante confusa.

Todavía no hemos sido capaces de decidir nada. Pero sí que van apareciendo algunas claves que a mí me parecen importantes. Lo que más me ha llamado la atención es la diferencia entre unos lugares a otros, no ya tanto en las condiciones, proyectos o actividades concretas, sino en aquello de lo que se sienten orgullos@s en cada lugar. Me parece importante, porque supongo que eso habla de algo que les parece que está en primera línea de las preocupaciones o búsquedas de padres y madres, y que al mismo tiempo queda como algo nuclear en lo que se quiere vivir a nivel educativo en el centro en cuestión.

Lamentablemente, me cuesta reconocer mis búsquedas de cara a la educación de mi hija en los "motivos de orgullo" de varios de estos centros. En uno de ellos, tras una visita de 45 minutos por el mismo me quedé sin saber qué proyecto querían desarrollar con l@s niñ@s; lo único que me quedó claro es la cantidad de pizarras digitales (sigo sin entender muy bien qué es lo que aportan de esencial para que se hable (y se invierta) tanto en ellas) y ordenadores que hay por todos lados, como si eso fuera la garantía suficiente que nos permite no preocuparnos por el resto de dimensiones del desarrollo educativo. Otro tanto me pasa con los centros que te reciben con grandes carteles avisándote de que son bilingües, para que te quedes tranquilo sabiendo que, aprenda lo que aprenda tu hij@, mucho o poco, lo hará en dos idiomas. ¡Fenómeno, no nos cuenten más, que si no nos liamos!

Bien es cierto que hay lugares en los que los "motivos de orgullo" me resuenan más cercanos y llenos de sentido. Aunque luego puedan tener sus defectos y deficiencias, me anima ver como algo que me parece realmente esencial cuidar está en el núcleo de lo que se vive en esos colegios. Así, cuando veo cómo en un lugar se cuida y promueve el contacto con la tierra a través del huerto escolar; o cómo en otro te plantean como algo positivo el que haya 25 nacionalidades diferentes de niñ@s, por toda la riqueza que esta diversidad permite; o cómo se apuesta por el juego como herramienta básica de desarrollo y conocimiento (algo esencial desde mi punto de vista sobre todo en esta edad de 3 a 6 años) frente a las ansias de conseguir resultados y éxitos de aprendizaje lo antes posible; o cómo, sencillamente, se priorizan dinámicas de comunicación y celebración que permiten fomentar entre tod@s l@s niñ@s (y adult@s) del centro la experiencia de ser y vivir la comunidad que forman... De repente me anima descubrir que se sigue apostando, al menos en algunos lugares, por dinámicas que aunque no sean las más reconocidas socialmente, apuntan mucho más lejos que estos "imprescindibles" técnico-lingüisticos que se ofrecen como fachada sin saber qué es lo que se esconde tras ellos.

En el fondo, para mí la clave no es la infraestructura, ni el proyecto o la metodología. Lo único que encuentro realmente esencial es que mi hija pueda tener la oportunidad de crecer en compañía de otr@s, con la mayor diversidad posible para abrirse a las realidades tan diversas que hay en nuestro mundo (sin dejar de lado aquellas más "dolientes"), atreviéndose así desde pequeña a jugar y a descubrir el mundo creando vinculos y ensamblando su vida con la de l@s demás, en un proceso de transformación común y contagiosa.


miércoles, 1 de mayo de 2013

Haciendo el pato

Un texto a saborear para el día del trabajo, regalo de Eduardo Galeano:

1 de Mayo , día de los trabajadores

Tecnología de vuelo compartido: el primer pato que levanta vuelo abre paso al segundo, que despeja el camino al tercero, y la energía del tercero alza al cuarto, que ayuda al quinto, y el impulso del quinto empuja al sexto, que presta viento al séptimo …

Cuando se cansa , el pato que hace punta baja a la cola de la bandada y deja su lugar a otro, que sube al vértice de esa V que los patos dibujan en el aire. Todos se van turnando , atrás y adelante; y ninguno se cree superpato por volar adelante , ni subpato por marchar atrás.

La justicia y las victimas

Siguiendo con los retos del mundo del derecho, acá va un fragmento de un interesante texto de José Luis Segovia, uno de esos "sabios" en la articulación de vida, compromiso y fratenidad:

De modo mayoritario en el imaginario colectivo, la idea de justicia penal aparece vinculada inexorablemente a la noción de castigo. Tanto que el término "penal" y su derivado "penitenciario" ha acabado pasando del ámbito de cierta teología sacramental al del derecho, en una traducción secularizada de la idea del Dios justiciero que "premia a los buenos y castiga a los malos".
 
El castigo del culpable se tornaba, de este modo, en una auténtica obsesión social que cumplía una serie de funciones simbólicas más que propiamente reales. Por una parte, reconciliaba a la colectividad con la idea de justicia, de otra, pretendía servir de intimidación al culpable y al resto de los potenciales candidatos, finalmente aspiraba a saciar la sed de venganza de la comunidad. Lamentablemente ninguna de estas funciones ha sido efectivamente por el sistema penal.
 
Como dice M. Foucault, primero se castigaron los cuerpos (tormentos, flagelos, galeras, trabajos forzados), después, en un alarde de civilización, se empezó a castigar el alma: surgió la cárcel como respuesta y la privación de libertad como reina de las penas. Sin embargo, castigado cuerpo o alma del culpable, en todo caso se dejaba sin respuesta a quien quedaba en situación de mayor vulnerabilidad: la víctima. Ésta es una mera herramienta –una útil, en cuanto tal, prueba de cargo- al servicio de un proceso ciego las más de las veces. En efecto, por más que se idealice la noción de justicia penal, vinculada al castigo como único fin, acaba ahondando en la condición de víctima tanto de quien ha sufrido el delito como de quien lo cometió, profundizando y cronificando los factores de victimización del uno y del otro. La exclusión social está en la base de no pocos infractores: fundamentalmente jóvenes drogodependientes de la periferia y extranjeros en busca de supervivencia, sin olvidar las minorías étnicas y una no casual sobre-representación de la mujer en la estadística penitenciaria. Las víctimas de los delitos, según reflejan las encuestas de victimización, contrariamente a lo que se cree, se corresponden mayoritariamente a los mismos perfiles.