domingo, 20 de diciembre de 2015

Un cambio real

Muchas veces, cuando te acercas a realidades de extrema pobreza, hay cosas que son difíciles de entender, y no es difícil que caigamos en culpabilizaciones y menosprecios. Así, mientras unos y otras estamos ahora dándole vueltas al tema de las elecciones, planteándonos los diferentes escenarios que pueden surgir de las votaciones de hoy, en las últimas semanas este tema no ha salido tanto en los encuentros que he tenido con personas en situación difícil. En todo caso, si ha aparecido, ha sido más como elemento del paisaje social y televisivo, poco más. No parece que esa posibilidad de novedad y cambio de la que hablamos en otros espacios haya impregnado estas realidades.

Sin embargo, sí que también para algunas de estas personas se acerca un momento importante, que genera esperanza e ilusión de poder hacer que las cosas ya no vuelvan a ser iguales. ¿Que no te imaginas de qué puedo estar hablando, si no es de las manidas elecciones? Pues de que va a ser... ¡De la lotería! Sí, de la lotería de Navidad, esa gran burbuja anual de ilusión que pincha regularmente salvo para ciertxs afortunadxs tocadxs por el milagro.

En este punto es fácil señalar la incongruencia de tener escasísimos recursos y encima "desperdiciarlos" en el azar improbable de que te toque una millonada entre muchos más millones de jugadorxs. Y aquí podría terminarse la historia, reforzando esa idea tan asentada de que quienes viven en pobreza se encuentran en esa situación precisamente porque no saben gestionar bien sus dineros ni sus oportunidades.

Pero el otro día una de estas personas me lo decía bien claro: "La única opción real de tener una oportunidad es que me toque la lotería. Porque todo lo demás está tan jodido..." ¿Exagerado? Pues la verdad que no, creo que desgraciadamente está más atinado de lo que podríamos imaginar. Porque lleva 15 años solicitando vivienda pública, y no sólo no ha conseguido obtener una, sino que ha visto como las condiciones para poder hacer la solicitud cada vez eran más difíciles, hasta el punto de que no ha conseguido completarla en los últimos años. También ha visto cómo se han publicitado convocatorias de vivienda social que les dejaban también fuera, pues se centraban en familias desahuciadas... Y él nunca tuvo una casa, ni hipotecada ni en alquiler, de la que pudieran desahuciarle. Lleva tiempo cobrando una Renta Mínima de Inserción, ya que no encuentra trabajo en ningún sitio, y en los últimos meses se la han reducido, porque para cobrarla tiene que estar empadronado en casa de otra familia que cobra la misma prestación, con lo cual les reducen la cuantía. Como si se pudiera vivir con lujos y hacer fortuna cobrando 530 euros al mes... Hace tiempo me decía: "Las normativas las van modificando, pero siempre, cada vez, terminan yendo en contra de los más débiles, de los más vulnerables". Muchas veces he sido testigo de cómo se cumple su advertencia.

No, efectivamente no siente que haya esperanza de cambio para él, ni de conseguir una vivienda, ni de tener una seguridad a largo plazo junto con su familia. Y ya no se cree las promesas de nadie de los que hacen campaña, además, buscando el voto de quién se reconoce en las mayorías, dejándole a él fuera de juego. Ha sufrido tantos desengaños en este sentido que siente que las posibilidades de que se abra una oportunidad de cambio para él son mínimas. Tan mínimas, que ve más efectivo abrazarse a la promesa de un dinero que nunca termina de llover, de manera mágica; como esos derechos que hace tiempo le prometieron, pero cuyo cumplimiento parece depender de un azar mucho más improbable que el de la lotería.

Jodida vida cuando la esperanza se refugia en un maldito billete al no encontrar otros agarraderos para mantenerse en marcha... Jodida vida cuando parece que tus derechos y tu dignidad quedan a merced de la suerte, sin otras garantías.  

P.D. Justamente la persona de la que hablo me acaba de llamar ahora mismo para consultarme sobre qué podría votar. No está dispuesto a dejar pasar ninguna oportunidad: "Con que cumplan un 1% de lo que prometen y a nosotros nos llegara algo, ya sería importante".

Otro boleto más... Por lo menos este es gratis.

sábado, 19 de diciembre de 2015

#20DudandoVoy

Jodida la cosa de saber que votar este domingo...Nunca había estado tan liado antes de unas elecciones, con esta mezcla de confusión, desencanto y al mismo tiempo ilusión e impaciencia ante la posibilidad de que algo cambie, aunque sea de manera parcial, frente al inmovilismo (o bueno, mejor dicho, frente al movimientismo neoliberal) de las últimas décadas.

La verdad, no sé por qué me como tanto la cabeza. Total, mi voto vale como el de los demás, no tiene valor quíntuple ni nada de eso, así que no creo que incline ninguna balanza electoral. Pero bueno, obsesivo e interesado que está uno con estos temas, que le vamos a hacer.

En elecciones anteriores la verdad es que no ha sido difícil. Las opciones mayoritarias nunca me han convencido, y siempre he logrado encontrar cierta afinidad por diferentes partidos verdes o de izquierdas, algunas veces logrando representación y otras no. En realidad ese era mi sino, habitar los márgenes, como bien señalaron las gentes de Podemos desde el comienzo de su andadura.

Y precisamente el vuelco que han conseguido dar a esa realidad, situándose como opción con capacidad de tener incidencia clave en el panorama político actual, es lo que me hace plantearme la posibilidad de votar a Podemos. Aunque al mismo tiempo tengo claro que nos han decepcionado a muchxs por su verticalidad y prepotencia casi desde el comienzo. Varias veces he escrito por aqui y en otros lados que no contaran con mi voto, y cada vez me han dado más razones para ello boicoteando las búsquedas de confluancia que otros colectivos y ciudadanxs han propiciado. Sin embargo, me cuesta descartar esta opción. ¿No es buen momento para apostar por quienes tienen más posiblidades para situar la defensa de los derechos sociales como prioridad política? Al mismo tiempo, su corta trayectoria me genera mucha desconfianza... No hay como escuchar la entrevista que le hacían a Carolina Bescansa en Carne Cruda para repasar tanto su intransigencia como el tino de algunas de sus propuestas. La empiezo a escuchar y me digo "No, no hay que votarles"; sigo, y conectando con la buena e ilusionante campaña que han hecho, me dan ganas de engancharme al minuto de oro de Mr. Iglesias y dejarme llevar por él...




¿No será mejor apostar por Alberto Garzón, que hasta ahora me ha parecido un tipo honesto coherente y capaz? Al mismo tiempo, cuando se habla de voto útil, quizás este lo sea más de cara a que su presencia pueda forzar a que Podemos no se modere demasiado en su eterna búsqueda de esa centralidad del tablero tan eterea. Pero al mismo tiempo, pese a la nueva cobertura que le han dado al producto "Unidad Popular", no han conseguido construir un espacio de verdadero encuentro con otras propuestas, pues varios de los participantes en el proyecto más ilusionante de los últimos meses, "Ahora en Común", terminaron abandonando el barco... ¿Qué queda de esa apuesta por construir con otrxs y qué del inmovilismo de IU en esa apuesta en la que solo se visibiliza a Garzón y una genial campaña de comunicación por redes sociales? Difícil saberlo, la verdad... Pero por si acaso está bien revisarse el "Manual de Superviviencia" para cenas navideñas en las que poder defender este voto.



Hay una opción que sí me convence, la verdad: Por un Mundo Más Justo. Lo que pasa es que es tan complicado que puedan sacar los votos necesarios para estar en el parlamento que, en un momento como este, entran las dudas. Durante los últimos años he tenido oportunidad de ir coincidiendo con diferentes miembros del partido, entre ellos su candidato, Miguel Ángel Vázquez, ya que compartimos la misma lucha: la de conseguir que la pobreza y la promoción de los derechos de todos y todas sin excepción sea reconocida como prioridad política. Algo que de primeras puede parecer obvio, pero de lo que en realidad apenas hablan otros partidos y candidatos. No hay mejor resumen de su propuesta y de las dificultades que encontramos para avanzar en este camino que el poema que el propio Miguel Ángel leyó el otro día en un mitin poético. Sencillamente genial:

POEMA ELECTORAL

Cómo voy a ganar
si lucho por el inmigrante,
por las víctimas de las fronteras,
por los que no pueden votar.

Cómo voy a ganar
si reivindico a los olvidados,
al "lumpen", a los miserables,
a los que ya no quieren votar.


Cómo voy a ganar
si no busco el centro del tablero,
si escucho las voces de los extremos,
los marginados de la centralidad.


Cómo voy a ganar,
en fin,
si me empeño en asaltar los cielos
con los pies manchados del barro
del extrarradio de la ciudad.


Sin embargo,
si en vez de ganar lo sensato,
la sonrisa, el voto en serio,
el cambio del recambio
y gana la solidaridad

(y gana la Fraternidad)
entonces, y sólo entonces,
yo seguiré sin ganar nada
pero ellos,
los que nunca nadie nada,
igual comienzan a triunfar.





¿Y ahora qué hago yo mañana?

lunes, 14 de diciembre de 2015

Política desde abajo

Ahora que andamos en tiempos electorales, los discursos van y vienen, peleando por conectar a unas y otros, invistiéndose de legitimidades que nadie sabe justificar realmente. "Pueblo", "Nación", "Ciudadanía", y así mil y un agrupamientos y representaciones. El ultimo palabro incorporado es el de "gente corriente", que se opone a la "casta" o las "élites" que se denuncian apalancadas en los grandes sillones. Término confuso este de "gente corriente". Porque podría parecer que quien se presenta bajo este título es cualquier vecino de un barrio popular, pero no es así. Al final la lógica de selección de los mejores, entendiendo por mejores a aquellos que tienen más éxito en su campo, ya sea profesional o académico, se acaba imponiendo. Con lo cual, pese a las diferencias ideológicas y de posicionamientos de unos y otras, hay algo que tienen en común: quienes están ahí, como protagonistas del espectaculo pre-electoral, son todos miembros de las élites, bien sean políticas, financieras, profesionales o intelectuales.

¿Y donde queda entonces la "gente común"? Pues mucho más abajo e invisibilizada de lo que nos suponemos. Partiendo que muchas veces cuando se nos habla de "normalidad" en los medios muchas veces se asume como tal algo que no lo es tanto, como por ejemplo al dar por supuesto que la mayor parte de la población española es universitaria (esa juventud tan bien preparada), cuando 6 de cada 10 jóvenes no tienen estudios superiores, y más del 40% de la población mayor de 25 años no ha llegado al segundo ciclo de secundaria.

¿Qué pasa con esta realidad olvidada? ¿Quiénes se ven situados en la parte más baja de la escala socioeconómica o educativa no pueden actuar en política? Porque que yo sepa no hay nadie que desde esta posición social, hoy en dia, esté al frente de ninguno de las apuestas políticas que se presentan a las elecciones.

Esto me parece especialmente importante tras la lectura de "Los dominados y el arte de la resistencia", de James C. Scott. Un libro fundamental para dar luz a una realidad que no por oculta e invisibilizada va a dejar de existir. El autor plantea que quienes están en posición de subordinación en todas las sociedades manejan un doble lenguaje: por un lado muestran docilidad o adaptación al discurso público adecuado a cada tiempo y espacio, pero por otro, cuando están ya apartados de la exposición a quienes pueden ejercer poder sobre ellos, manejan un discurso oculto en el que aparecen otros elementos muy diferentes, y en concreto el germen de la transformación social, ya que ahí, fuera de peligro, se pueden compartir tanto la frustración como los anhelos de cambio.

Los ejemplo que escoje el Scott para abordar su estudio pueden parecernos lejanos, ya que se refieren a la esclavitud o el campesinado en situaciones de una dominación muy evidente. Pero al leerlo me venían a la memoria muchos ejemplos de como se transforma el discurso de quienes van a Servicios Sociales  pidiendo una ayuda cuando están frente a la trabajadora social ("el que no llora no mama, la única manera de conseguir cosas es dando mucha pena") y cuando luego comparten, fuera de ese foco, su rabia por sentirse tratados  como si fueran parásitos e incapaces, controlados en todo momento como posibles criminales o estafadores. Y de ahí brotan muchas propuestas de cambio, y bien atinadas, pues están enraizadas en una experiencia que viene de largo en muchas ocasiones.

Cada vez que se plantea reformar cualquier dimensión del llamado "estado del bienestar", que ya trae tantas limitaciones de serie, me frustra ver como en el diseño de las transformaciones propuestas sólo participan técnicos y profesionales, gente bien formada, sí, pero... que desconoce todo ese discurso y saber oculto que tienen quienes están siempre enfrentados al riesgo de quedarse fuera de todas las oportunidades, sin más opción que la lucha cotidiana por la supervivencia. Es peligroso, pues este desconocimiento de la realidad puede llevar a promover cambios que, pese a la buena voluntad, terminen siendo perjudiciales para quiénes están en situación de mayor exclusión y vulnerabilidad.

Por eso, la próxima vez que escuchemos a algún candidato plantear cambios y transformaciones "por el bien de la ciudadanía / pueblo / nación / gente corriente", pensemos, ¿qué cambios reales pueden proponer esas élites que se nos ofrecen como salvadoras? Y, acto seguido, bajemos a la calle y vayamos a un encuentro sincero y honesto con quienes sueñan en lo oscuro, tejiendo cambios invisibles... que, en algunas ocasiones, pueden salir a la luz y alumbrar un comienzo de revolución.

martes, 8 de diciembre de 2015

Cansado, cansado...

Un compendio bien condensado de análisis y juegos de espejos en el que es difícil no sentirse reflejado, al menos para quienes andamos entrampados en esa dinámica de activismo infinito que nos atrapa y empuja hacia adelante, siempre hacia delante...

"Hay diferentes tipos de actividad. La actividad que sigue la estupidez de la mecánica es pobre en interrupciones. La máquina no es capaz de detenerse. A pesar de su enorme capacidad de cálculo, el ordenador es estúpido en cuanto le falta la capacidad de vacilación.

(...)

Según Nietzsche, uno tiene que aprender a «no responder inmediatamente a un impulso, sino a controlar los instintos que inhiben y ponen término a las cosas». La vileza y la infamia consisten en la «incapacidad de oponer resistencia a un impulso», de oponerle un No. Reaccionar inmediatamente y a cada impulso es, al parecer de Nietzsche, en sí ya una enfermedad, un declive, un síntoma del agotamiento. Aquí, Nietzsche no formula otra cosa que la necesidad de la revitalización de la vita contemplativa. Esta no consiste en un Abrir-Se pasivo, que diga Sí a todo lo que viene y a todo lo que sucede. Antes bien, opone resistencia a los impulsos atosigantes que se imponen. En lugar de exponer la mirada a merced de los impulsos externos, la guía con soberanía. En cuanto acción que dice No y es soberana, la vida contemplativa es más activa que cualquier hiperactividad, pues esta última representa precisamente un síntoma del agotamiento espiritual."

Esta y otras píldoras nos ofrece Byung-Chul Han en su primera obra con respercursión internacional, "La sociedad del cansancio". Su lectura me atrapa, o más bien me refleja atrapado en este juego de exigencias propias por dar más, por llegar hasta el máximo de entrega, disponibilidad y rendimiento, en todas las dimensiones de la vida. Una dinámica lanzada quién sabe hacia donde, que no sé muy bien cómo se para, que consume y agota al no permitir ser ni estar realmente en ningún lado.

Jodida está la cosa. Como plantea el autor, habrá que recuperar la capacidad de aburrirse, de mirar con calma y en profundidad, de cansarse con otros y no cada vez más encerrado en la propia torre de marfil.

Habrá que aprender a decir "no". A decirse "no" a uno mismo.

sábado, 5 de diciembre de 2015

10D - Presentación Foro de Inclusión de Madrid

Os comparto esta convocatoria que se hace desde la Mesa de Inclusión de la que Cuarto Mundo formamos parte junto con otros colectivos comprometidos en la lucha contra la pobreza en Madrid.




Las personas en situación de pobreza no sólo sufren una vulneración de sus derechos sociales, sino que se también ven excluidas de participar en los asuntos públicos. El nuevo gobierno municipal de Madrid ha formulado un compromiso en favor de la inclusión social y la participación ciudadana. Pero, ¿cómo comenzar a hacerlo realidad?


Diferentes colectivos y grupos de la sociedad civil comprometidos con realidades vulnerables en nuestra ciudad nos hemos empezado a organizar para  promover una dinámica de participación en las políticas locales de quienes nunca son tomados en cuenta, especialmente en aquellas más relacionadas con la lucha contra la pobreza y la exclusión.


Sabemos que para poder avanzar con esta propuesta necesitamos sumar fuerzas y conocimiento, en primer lugar de quienes viven en condiciones más dificiles, y también de quienes se comprometen a su lado.

Por eso os invitamos a la presentación de este proyecto el próximo jueves 10 de diciembre. Sera un encuentro abierto a personas que viven en la pobreza y exclusión social, profesionales y voluntarias de las entidades sociales y trabajadores y representantes del ayuntamiento. La presentación tendrá lugar en la sede de la Fundación Secretariado Gitano, calle Ahijones s/n, de 17 a 19 h.

El objetivo de la reunión es iniciar un proceso de trabajo conjunto que reconozca y visibilice el conocimiento y las capacidades de las personas y colectivos en situación de exclusión social para desde ahí analizar las líneas de trabajo del ayuntamiento y elaborar propuestas eficaces y adaptadas a la realidad de quienes viven en situación más precaria.


¡Construyamos, entre todas y todos, un Madrid sin pobreza!


La reunión tendrá el siguiente orden del día:

    - La pobreza y la exclusión social en la Comunidad de Madrid
    - Intervención del representante del área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid
    - Intervención de Pablo Soto, Concejal del área de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Madrid
    - Intervención de personas en situación de vulnerabilidad social
    - Presentación de las propuestas de trabajo de la Mesa de Inclusión de Madrid


¿Nos acompañas en esta jornada? Puedes inscribirte a través de este enlace: https://goo.gl/rGWqJf


Ayúdanos también a que esta invitación llegue lo más lejos posible.
Compártelo con las personas y asociaciones que creas que puedan estar interesadas.


¡Te esperamos!

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Monstruosa

Primero fue "El Monstruo Rosa", que regalamos a la pequeña Maia (2 años) pensando que era más apropiado para su edad. Enseguida descubrimos que tras esa imagen sencilla del cuento había mil juegos y pequeños secretos escondidos que engancharon rápidamente a Sara, nuestra hija mayor (5 años).



Ahora ha vuelto a ocurrir lo mismo con "El Pájaro Amarillo". Una historia simple que sin que te des cuenta revoluciona a las pequeñas y las pone en la pista de lanzamiento para inventar y compartir creando.



Pura magia son las historias que nos regala Olga de Dios. Y además mucha cabeza y corazón muy bien colocados.

No se la pierdan, por favor.


domingo, 15 de noviembre de 2015

Frente al horror

Hay quien corre escapando del horror y encuentra una línea de fuga. 

Hay quien busca escondite para proteger lo más querido y halla refugio.

Hay quien cierra los ojos para ocultar el dolor y duerme la angustia.


Hay quien puede salvarse.


Y hay quien no.


Hay quien cae agotado tras mil choques agónicos frente a un muro asfixiante. 

Hay quien rompe a llorar aterrado de perder lo que ha amado.

Hay quien muere, aún en vida. Hay quien muere.


Hay quien puede elegir. Hay quien debe asumir.


Por eso, el reto de quienes aún tenemos margen 
para abrir puertas, construir refugios y descansar
es el de, pese a nuestro miedo, 
seguir siendo capaces de romper los muros 
y construir juntas los puentes
para que todas podamos, 
al fin, respirar paz y esperanza.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Culturalismo vs Cultura de resistencia

Hace unos días escuchaba a Beatriz Aragón, médica de familia que desde hace años anda metida en el Equipo de Intervención con Población Excluida en Cañada Real, citar a un autor que también ella mucho antes me descubrió, Didier Fassin, con una cita muy interesante sobre lo que se puede ocultar y distorsionar mediante el culturalismo, al atribuir las diferencias que encontramos con otros colectivos al ámbito cultural. Entre lo que encuentro anotado en mi cuaderno está esto:
  1. El culturalismo niega al otro la universalidad de sus aspiraciones, al encerrarlas en algo propio de una cultura, sin reconocer que pueden ser válidas más allá de ésta o tener puntos de conexión con las de otros colectivos. Por ejemplo, al quejarnos de que las familias gitanas acudan en pleno a acompañar a l@s suy@s cuando alguien está en el hospital. ¿De verdad es tan extraño que se no se quiera dejar a alguien solo en una situación difícil?
  2. El culturalismo niega al otro su derecho a la diferencia, ya que al mostrarla es enseguida apartado o encorsetado en un grupo aparte, extraño, separado. De ahí nuestro empeño en "integrar", en que renieguen de lo que rechazamos de su cultura y acepten lo que desde el otro lado consideramos como "básico".
  3. El culturalismo niega al otro el reconocimiento de su capacidad de razonar, de su inteligencia. Sus comportamientos terminan rodeados de un halo de misterio, como si obedecieran a motivaciones mágicas, esotéricas o aleatorias. Pero para todo hay una razón. El que no lleguemos a comprenderla no hace que ésta desaparezca.
  4. El culturalismo borra otros factores sociopolíticos que son parte importante de la realidad: la pobreza, la desigualdad, los conflictos de poder... Volviendo al ejemplo de las familias gitanas, más allá de sus pautas culturales en su forma de ser y estar inciden y mucho su situación económica, su nivel de formación, su experiencia de rechazo, etc.
Está claro, por lo menos para mí, que esta idea de encerrar la diferencia y la desigualdad en una visión meramente "cultural" del tema es tremendamente peligroso. Porque además se apoya fundamentalmente en un análisis de carencias y déficits. Pero esto no es más que una visión muy sesgada del asunto.

Porque entre quienes viven en pobreza y exclusión hay también otro tipo de cultura que va más allá de lo étnico y/o racial. Existe una cultura de resistencia frente a la precariedad constante que permite que personas y familias de orígenes muy diferentes se reconozcan como parte del mismo colectivo. Igual que se ha hablado siempre de una "cultura obrera", existe también una "cultura de resistencia a la pobreza" entre quienes la sufren. Porque, pese a la imagen que suele dar de ést@s, sólo quienes están ya muy rot@s se rinden. Frente a la violencia de la miseria, hay una lucha constante por sobrevivir, por mantener la dignidad, por cuidar a l@s tuy@s, por sostener pese a todas las dificultades la esperanza. Y esta experiencia de lucha va construyendo un conocimiento propio y una práctica efectiva, y se intercambia y sostiene en redes que pese a que sean invisibles para quienes no viven en esas condiciones no por ello dejan de existir. Esta cultura de resistencia tiene sus propios valores y totems, aunque muchas veces se oculten por la experiencia previa de incomprensión y adoctrinamiento por parte de quienes quieren marcar las pautas de comportamiento social.

El otro día, una mujer de mi barrio me contaba: "Si te rindes un momento, si bajas la guardia y no luchas, ya no puedes luego levantarte. Tienes que estar de un lado a otro, haciendo papeles para pedir ayudas, viendo a ver qué facturas puedes pagar este mes y cuáles no, peleándote con todo el mundo. Son tantas las dificultades y tan constantes que no puedes dejar de luchar en ningún momento. Si no, estás perdida".

Esto marca, a ella y a otras muchas personas. Por eso, cuando se encuentran  y se miran a los ojos, se reconocen como parte del mismo pueblo: el pueblo que resiste, que reniega del sufrimiento al que la sociedad les condena, que busca construir una manera de estar en el mundo que permita que tod@s nos reconozcamos como iguales en dignidad y derechos a pesar de nuestras diferencias.

lunes, 9 de noviembre de 2015

viernes, 30 de octubre de 2015

De canto en canto

Bonita historia la de este poema de Gloria Fuertes...

No perdamos el tiempo

Si el mar es infinito y tiene redes,
si su música sale de la ola,
si el alba es roja y el ocaso verde,
si la selva es lujuria y la luna caricia,
si la rosa se abre y perfuma la casa,
si la niña se ríe y perfuma la vida,
si el amor va y me besa y me deja temblando…
¿Qué importancia tiene todo eso,
mientras haya en mi barrio una mesa sin patas,
un niño sin zapatos o un contable tosiendo,
un banquete de cáscaras,
un concierto de perros,
una ópera de sarna?
Debemos inquietarnos por curar las simientes,
por vendar corazones y escribir el poema
que a todos nos contagie.
Y crear esa frase que abrace todo el mundo;
los poetas debiéramos arrancar las espadas,
inventar más colores y escribir padrenuestros.
Ir dejando las risas en la boca del túnel
y no decir lo íntimo, sino cantar al corro;
no cantar a la luna, no cantar a la novia,
no escribir unas décimas, no fabricar sonetos.
Debemos, pues sabemos, gritar al poderoso,
gritar eso que digo, que hay bastantes viviendo
debajo de las latas con lo puesto y aullando
y madres que a sus hijos no peinan a diario,
y padres que madrugan y no van al teatro.
Adornar al humilde poniéndole en el hombro nuestro verso;
cantar al que no canta y ayudarle es lo sano.
Asediar usureros y con rara paciencia convencerles sin asco.
Trillar en la labranza, bajar a alguna mina;
ser buzo una semana, visitar los asilos,
las cárceles, las ruinas; jugar con los párvulos,
danzar en las leproserías.
Poetas, no perdamos el tiempo, trabajemos,
que al corazón le llega poca sangre.


... que, leído por Cesar Rendueles, enseguida le trajo a la cabeza la PAH, lo que lanzó a su vez a Nacho Vegas a transformarla en esta canción...



 ... que finalmente fue retomada y encarnada por gente de la Plataforma en una oficina bancaria...



¡Gloria bendita!

martes, 27 de octubre de 2015

No te quieren libre

Lleva toda su vida viviendo luchando por salir adelante en condiciones muy difíciles. Ha vivido en chabolas y caravanas, ha ocupado pisos vacíos, le han acogido en casa de familiares cuando esto ha sido posible, pero siempre de manera temporal. Cada año, y van más de diez, vuelve a retomar el ritual de completar la solicitud de vivienda social, pero su situación es tan complicada que ni siquiera consigue cumplimentar los requisitos que le piden desde la administración pública. No hay salidas, o al menos no las encuentra, y desespera de darse siempre contra uno y mil muros. Golpes que duelen y dejan marca. Cada vez es más difícil reunir fuerzas para volver a intentar la fuga hacia un futuro donde él y su familia puedan tener unas condiciones mínimas de seguridad y bienestar.

En él pensaba cuando escuchaba el otro día la presentación del proyecto "Ciudad de los cuidados" en el pleno del Ayuntamiento de Madrid. Una vez más, se utiliza como ariete el tema de la sacrosanta "libertad individual" (min 1:20:00), pero en esta ocasión Javier Barbero, Concejal que presenta esta propuesta, rebate con claridad y precisión (1:39:40) explicando que es responsabilidad de las instituciones el asegurar las condiciones que permiten el ejercicio real de esa libertad, de la que no tod@s podemos disfrutar en igual medida: “La libertad individual de las personas que viven en el Gallinero es muy inferior a cualquiera de los que estamos aquí”.



Efectivamente, cuando vives en la pobreza el margen de decisión del que puedes disfrutar es bien escaso: "La normativa siempre se actualiza en contra del más débil. Desde la administración te ofrecen una ayuda a la que no puedes decir que no, porque no tienes otra cosa a la que agarrarte, pero que te obliga a ponerte bajo su control. Es una ayuda que no te da para vivir, es una miseria, y luego encima te andan preguntando si te buscas la vida con la chatarra para descontártelo de lo poco que te dan".

Hace tiempo, una persona con una vida realmente difícil me contaba: "Antes no tenías, pero te podías buscar la vida. Ahora tenemos una mochila muy grande, con todos los servicios sociales detrás de nosotros, una mochila que te echan a la espalda y con la que apenas puedes moverte".

La libertad es un bien precioso, sí. Pero para todos y todas, no sólo para quienes disfrutan de una posición privilegiada que les permite asumirla como algo dado de manera natural. Quienes viven en condiciones de pobreza y exclusión luchan día a día por generar unas condiciones que ensanchen su horizonte de libertad, y muy especialmente el de sus hijos. Sin embargo, nuestras sociedades no están dispuestas a ello por lo que parece. Porque su libertad obliga a una transformación colectiva, y antes que eso es más fácil la imposición de las normas más asentadas.

Por eso no me extraña que algunas personas rechacen los senderos de integración que se les ofrecen. Porque han experimentado de manera dura y clara que su libertad no es bien vista ni tolerada, aunque no haga daño a otras personas. Pero esta libertad, si se ejerce, puede dar la vuelta a las bases de nuestra sociedad:

"Yo si me dejaran, me iba a la chabola, fíjate lo que te digo. Aunque tuviera que pagar un alquiler, da igual. Pero ahí tendría libertad. Además, en las chabolas, cuando vivíamos allá, estábamos en comunidad. Aquí en los pisos dicen que tenemos que aprender a vivir en comunidad... Pero si en comunidad ya vivíamos antes, toda nuestra vida. Cuando hablan de vivir en comunidad, lo que quieren decir en realidad es que no molestes y no hagas ruido. ¿Eso es comunidad?".

Efectivamente, quienes viven en el Gallinero enfrentan muchísimas dificultades: el barro, las ratas... Pero no olvidemos que muchas de estas familias llegaron allí huyendo de centros de acogida que vivían como si fueran pseudo-cárceles. Por eso, en todo el camino de dignidad y justicia que queramos recorrer con ellas, no olvidemos que es fundamental el respeto a su libertad individual Y colectiva. Lo que, a su vez, es garantía de aprendizaje mutuo en el trayecto...

viernes, 23 de octubre de 2015

Una revolución al servicio de los ‘nadies’

Desde la búsqueda de la coherencia. Por eso me sumo a esta propuesta en las primarias de Ahora en Común:

"Queremos, en fin, asaltar los cielos pero con los pies manchados del barro del extrarradio. Más que luchar por la ansiada centralidad del tablero, dejarnos el pellejo para que se tenga en cuenta a todas las personas que han quedado fuera de ese mismo tablero. Sí, se puede."

Enlace completo del registro en el proceso de primarias: https://www.votonline.es/registro

Una revolución al servicio de los ‘nadies’


Miguel_Angel_Vazquez
 Miguel Ángel Vázquez

 Algunas personas me dicen que, al meternos en un proceso así, en unas primarias tan desproporcionadas, cuando el camino que apuesta por la confluencia ya ha sido dado por finiquitado desde algunos espacios, es un poco perder el Norte. Y quizá sea así, quién sabe. En cualquier caso, quizá se trate ni más ni menos que de eso, de perder un poco el Norte. Quizá esa sea la forma para que gane el Sur. El Sur como metáfora y símbolo de tantos “sures” que van creciendo al ritmo de la desigualdad global, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

Esa es quizá la principal motivación que nos mueve a las personas que formamos la candidatura Revolución de la Fraternidad a presentarnos a este proceso de primarias dentro de Ahora en Común: poner otros acentos, lanzar perspectivas que suelen quedar relegadas en las Elecciones Generales. Las 31 personas que integramos esta lista plural vivimos con intensidad la inquietud de plantear todas nuestras problemáticas desde una visión global para la construcción de Otro Mundo Posible.

Hemos entendido que el enemigo a batir para lograr una verdadera transformación sistémica no son los políticos locales de los que poco o nada depende, sino agentes supranacionales no elegidos democráticamente como el FMI, el BM o el G-8, que aplastan con sus políticas a pueblos enteros. Perder el Norte es, en nuestra metáfora, que “pierdan” estos para que un auténtico desarrollo sostenible sea posible.
Nos lo decía bien alto el 15-M en las calles y, desde la humildad, hemos querido escuchar. Por aquel entonces, en ese mayo histórico de 2011, era habitual leer la consigna en carteles y pancartas que decía que, si el problema es global, la solución también habría de serlo.

Las personas que formamos la Revolución de la Fraternidad no sólo no hemos olvidado está consigna sino que vemos en ella una senda clara para atajar de manera real los problemas que nos afectan y no como meros parches locales y temporales. De hecho, casi todas las personas candidatas llevamos años peleando la batalla por Otro Mundo Posible desde muy distintas trincheras siempre enfocadas desde esta visión amplia.

Personas como Carlos Prieto, jefe del departamento de Cooperación de Comillas; Teresa Cavero, directora de estudios de Intermón Oxfam; Julián Ríos, uno de los abogados más activos por los derechos de las personas migrantes; María José Marín, presidenta de SETEM España; Daniel García, activista por los derechos de las personas excluidas en Cuarto Mundo, o José Eizaguirre, director de Biotropía, han decidido hacer esta apuesta desde la confianza puesta en que el fin de la pobreza es una decisión política.

Así mismo, por coherencia y por nuestro compromiso, también hemos querido contar con la riqueza de tener entre nuestra lista a personas como Adilia Estrada, Alhagie Yerro, Sara Solano o Isaie Senghor. Activistas por los derechos de las personas migrantes, constructoras de un mundo más justo venidas desde Guatemala, Gambia, Perú o Senegal. Nuestra lucha por los derechos de las víctimas de las fronteras se quedaría coja (e incoherente) si no contase con su voz, con su trabajo y con su apoyo.

Hemos querido enfocar nuestra lucha desde una perspectiva de Derechos Humanos sobreponiendo estos a cualquier otra medida. La economía ha de ser una herramienta al servicio de estos y no el centro de toda nuestra vida política y social. Entendemos los Derechos Humanos como una realidad sometida a una justiciabilidad efectiva y exigible y no como una mera meta utópica.

Desde ahí, la lucha contra las pobrezas (infantil, energética, internacional…), la lucha por los derechos de las personas migrantes, la lucha por el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible o la lucha, irrenunciable, por el cierre inmediato de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) son una muestra de los puntos fundamentales en nuestra hoja de ruta.

¿Y por qué este nombre? ¿Por qué Revolución de la Fraternidad? La respuesta nos la da ni más ni menos que José Luis Sampedro, al que cito literalmente: “En el llamado Mundo Occidental se impulsó ciertamente la Libertad pero a costa de una intolerable desigualdad. En el mundo comunista se implantó a gran escala la Igualdad pero a costa de la Libertad. Lo que no se ha intentado en serio por ningún sistema es el fomento de la Fraternidad o, al menos, de la Solidaridad, a pesar de que la técnica moderna ha reducido el planeta a un solo mundo, pequeño navío moviéndose por el espacio.”

¿Y por qué hacer todo esto desde Ahora en Común? Entendemos que Ahora en Común, espacio en el que llevamos participando en distintas provincias desde su mismo nacimiento, es hoy por hoy el único espacio que garantiza una confluencia abierta y participativa. Aunque es profundamente mejorable, eso no puede ser motivo para abandonar un proceso impulsado por la ciudadanía que busca la unidad para transformar el sistema. Por el contrario, tiene que servirnos de acicate para lograr que el espacio sea lo más coherente posible, con una pluralidad de visiones y donde la ciudadanía tenga el protagonismo.

Sabemos, por experiencias municipalistas previas, que estos procesos requieren de un tiempo que ahora mismo no tenemos, pero justo por eso hay que apostar desde ya por un espacio que quiere llegar a ser un auténtico espacio ciudadano, abierto, participativo y de confluencia. Afortunadamente, la política no se acaba con las elecciones, aunque estas impongan su ritmo y su agenda.

En resumen, presentamos la candidatura Revolución de la Fraternidad con la intención de facilitar la confluencia con todas las fuerzas del cambio, visibilizar la pluralidad de Ahora en Común y poner el acento sobre cuestiones que suelen quedar en segundo lugar en el debate político. El compromiso con la lucha contra la pobreza, por los Derechos Humanos, por los Objetivos de Desarrollo Sostenible o por los derechos de las personas migrantes nos mueven a presentar una lista que clame por Otro Mundo Posible desde una perspectiva que combine la ecología política con la fraternidad.

Queremos, en fin, asaltar los cielos pero con los pies manchados del barro del extrarradio. Más que luchar por la ansiada centralidad del tablero, dejarnos el pellejo para que se tenga en cuenta a todas las personas que han quedado fuera de ese mismo tablero. Sí, se puede.

domingo, 18 de octubre de 2015

Tu profe

¿Sabes, Sara?

Un día tras otro, las sonrisas y juegos se suceden en el cole, como una dulce rutina. Los días pasan, uno tras otro, abiertos al futuro lleno de sueños y colores que tienes ante ti. Pero ese futuro, ese horizonte, espera tu caminar construido gracias a mil experiencias, encuentros y aprendizajes.

Hoy queremos recordar algunos de ellos contigo. En la escuela infantil distes muchos de estos primeros pasos, apoyada por unas y otros. Ahí empezaste a experimentar lo que es la amistad, el encuentro con otras niñas y niños como tú, acompañadas por las profes que has tenido en todos esto años. Pero, ¿sabes qué, Sara? Que, aunque siempre hemos sabido que has estado en buenas manos, hubo una profe que para nosotros, y sabemos que para ti también, fue muy especial.

Siempre la recordamos con esa sonrisa y esos brazos bien abiertos para acogeros por la mañana, celebrando desde el principio lo especial que era cada día. Y es que en verdad lo era, ya que conseguía transformarlo en un baile al ritmo de la música que os unía como grupo y os lanzaba a descubrir, experimentar y apasionaros con lo que eráis capaces de crear juntos. Aprender jugando, jugar aprendiendo. Esa era la clave. Y así, viajasteis al mundo de la mayúsculas y las minúsculas, a Europa y sus monumentos, emulasteis a los mejores pintores sin ningún complejo y transformasteis la clase en un mundo mágico en el que la sonrisa y la sorpresa siempre iban de la mano.

Pero no todo era fácil. Los problemas aparecían, como en todos los lugares, ya que cada persona somos de nuestro padre y de nuestra madre. Sin embargo, ella siempre se preocupó por acompañaros de manera muy personal, consciente de las capacidades y bloqueos de cada uno, viendo cómo poder apoyar y animar el paso sin dejar a ningún niño ni niña de lado. Y eso no es fácil. Por eso es de las cosas que más recordamos y valoramos de ella. Contigo lo hizo, día a día, y también con tus demás compañeros y compañeras.

Y es que era realmente emocionante escuchar cómo se despedía, en la fiesta de fin de curso, de los que ya se "graduaban": "mi niño", "mi niña", iba diciendo mientras les daba un gran abrazo. Nos hubiera gustado poder vivir ese momento con ella en tu despedida de la escuela infantil, pero no ha podido ser. No ha podido ser porque en el sistema de oposiciones sin fin en el que estamos inmersos termina puntuando más el ceñirse a la norma marcada que inventar nuevos caminos. Ella estaba convencida de la necesidad de unir pasión, imaginación y aprendizaje. Pero sus examinadoras la pedían que siguiera el guión establecido. Una pena que por querer ser coherente se la penalizara, y con ella a los padres y madres a los que nos encantaría que hubiera seguido con nuestr@s hij@s. Pero al mismo tiempo nos alegraría mucho saber que sigue siendo fiel a si misma.

De todas maneras, nos ha quedado siempre claro que tú has sido una más de "sus niñas". Y que ella ha sido, y siempre lo será, "tu profe". No sabemos muy bien cuándo estarás leyendo estas líneas. Ni si cuando lo hagas habremos vuelto a ver a Paloma, "tu profe". Ojalá. Por eso, al menos, queremos hacerla llegar copia de este mensaje, como quien echa una botella al mar. Aunque no hayamos naufragado, sin ella nos sentimos un poco más solos, sí...

Un abrazo fuerte,


               
                   
                            María y Dani

lunes, 12 de octubre de 2015

17 octubre – “Derechos para todo@s, pobreza para Nadie”

¡No hay que perdérselo!

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¡Es hora de salir a la calle! ¡Es tiempo de visibilizar y escuchar! Acompáñanos el 17 de Octubre, Día para la Erradicación de la Extrema Pobreza, frente al Ayuntamiento (Plaza de Cibeles) de 11h a 17h00.

Cartel 17 octubre 2015 web

Un año más, el próximo 17 de octubre, os invitamos a compartir el Día para la Erradicación de la Extrema Pobreza. Bajo el lema “Derechos para todo@s, pobreza para Nadie”, queremos reconocer la lucha cotidiana por sus derechos de quienes viven en la pobreza y reivindicar la lucha fundamental de tantas personas por salir adelante y tejer  redes de solidaridad que nos permitan avanzar junt@s en la construcción de una sociedad sin pobreza.
Son muchos los miembros de nuestra sociedad que enfrentan enormes barreras para el pleno ejercicio de sus derechos; muchas personas cuyos conocimientos y capacidades no son reconocidos ni tenidos en cuenta; mucha la experiencia que no incorporamos a la riqueza colectiva. Quienes viven en la pobreza son imprescindibles. Por ello:

CONVOCAMOS A UN ENCUENTRO EN LA PLAZA DE CIBELES, FRENTE AL AYUNTAMIENTO

A lo largo del día propondremos diferentes espacios y talleres para poner en común las experiencias de lucha colectiva por la erradicación de la pobreza y la construcción de una sociedad más justa.

¡Os esperamos!

Programa
11:00       Acogida y comienzo de Talleres Infantiles
11:30       Foros Temáticos
–    Participación y Ciudadanía
–    Ingresos para una Vida Digna
–    Vivienda Digna para Todas las Personas
–    Migraciones
13:30       Asamblea Plenaria
Lectura del Manifiesto
Concierto
14:30       Comida de traje (“yo traje esto, tú trajiste aquello…” Traemos y compartimos)
16:00       Talleres Creativos.

miércoles, 7 de octubre de 2015

La vivienda es lo primero... que dejamos atrás

Hace unos días estuve en unas Jornadas sobre Housing First organizadas por RAIS. El planteamiento es muy sencillo: en vez de marcar procesos para las personas sin hogar a través de diferentes recursos sanitarios y sociales, con la vivienda como un premio al final de un camino que se convierte en una carrera de obstáculos, se comienza facilitando el acceso a una vivienda como seguridad básica que permite afrontar el resto de retos a los que se enfrenta a la persona. Que no son pocos en los casos seleccionados, ya que hasta ahora el programa se ha realizado con personas con problemas de salud mental, discapacidad o toxicomanías. En estas Jornadas han presentado los resultados obtenidos hasta ahora, y son espectaculares: todas las personas siguen manteniendo su vivienda y ha mejorado en gran medida su bienestar a todos los niveles, con un coste económico similar o incluso inferior al de otros recursos tradicionales, como albergues y demás.

Pero más allá de los datos, están las vidas concretas, las miradas y la palabra de estas personas:



Todo parece apuntar a que este modelo de intervención se va a poner de moda, al menos en cuanto a atención de personas sin hogar. Muchas otras personas y colectivos apuntan a que esta filosofía de intervención debe aplicarse de manera más global, también con familias y otros colectivos.

Pero yo, cuanto más lo pienso, menos entiendo. ¿En qué momento hemos perdido el contacto con la realidad de tal manera que una propuesta que en realidad es simple sentido común se convierte en algo revolucionario? ¿De verdad estamos inventando el fuego al decir que la seguridad de una vivienda, de una estabilidad básica, es una condición fundamental para poder construir en positivo las condiciones para una vida digna? ¿Cuándo y cómo perdimos esta perspectiva?

Al comenzar la dinámica de los Talleres de Vivienda Digna para Todas las Personas, un padre de familia que nunca ha podido acceder a una vivienda propia me comentaba: "¿Tú sabes lo que supondría poder tener una llave con la que abrir la puerta de mi casa? ¿Y entrar en ella sabiendo que mis hijos están durmiendo seguros, protegidos, que no les va a pasar nada? Eso es lo más importante que me puede pasar en la vida". Por el momento sigue igual, sin haber avanzado nada en esta dirección. Porque cuando va a Servicios Sociales le insisten en que lo que tiene que hacer es encontrar trabajo, sin ofrecerle alternativa de vivienda, ya que eso se lleva en otro departamento que en la práctica constituye otro mundo con otros intereses. Como si dentro de los apoyos que necesita una persona o familia para salir de la precariedad no hubiera que considerar el tema de la vivienda. Pero claro, es que unir urbanismo y necesidades sociales obligaría a volver del revés las poĺíticas de vivienda, enfocadas primordialmente a mercadear con ella.

Y así, de este modo, borrando y fragmentando la realidad, consiguen que nos olvidemos de las cosas esenciales y básicas para la vida.

domingo, 4 de octubre de 2015

"Lánzame, papá"


"Lánzame, papá"

(Dices mientras ofreces tu mano 
pidiendo la mía,
para que una vez juntas pueda 
impulsarte hacia adelante
durante breves segundos,
soltando entonces tu mano
mientras te entregas a una carrera 
en busca del horizonte)

"Lánzame, papá"

(Repites ahora parada
allí donde viste que no merecía 
la pena seguir avanzando sola)

"Lánzame, papá"

(Y de nuevo a la carrera,
liberada y explorando,
empujada y atraída
por el querer descubrir)

"Lánzame otra vez, papá"

(En esta letanía de ida y vuelta 
reconozco mi papel:
ser arco hacia el horizonte,
impulsando libertades,
y acompañar el trayecto 
para dar un nuevo soplo cuando 
los vientos lo frenen.
Lanzar, recoger,
y finalmente abrazar
cuando el cansancio nos pueda.
Y vuelta luego:
lanzar, recoger, abrazar...)

"Lánzame, papá"

jueves, 1 de octubre de 2015

Hagamos de nuevo

Algunos fragmentos más del análisis de Bifo en "Generación Post-Alfa", para ver como poder construir en positivo dentro del marasmo de cambios vitales y antropológicos en el que vivimos:

"Hoy podemos decir que el trabajo creativo mediante la alta tecnología se ha convertido en el factor decisivo del proceso de producción globalizado. Con esto no quiero decir, por supuesto, que otras formas de prestación laboral (trabajo industrial o precario de tipo tradicional) hayan desaparecido, ni que sean cuantitativamente irrelevantes. Sólo quiero decir que el sector con la tasa más alta de productividad, el sector más dinámico y el que funciona como elemento de transformación tendencial, es aquel que podemos definir como trabajo creativo mediante la alta tecnología (o también trabajo en red o trabajo de recombinación o, también, infoproducción).

Para que sea posible que broten elementos de subjetividad conscientes, para darle arranque a un proceso de autoorganización en este sector del trabajo productivo, no sirve de nada retomar las ideologías del comunismo del siglo XX, ni tampoco resulta particularmente útil invocar al antagonismo. Porque la mayor parte del deseo social va precisamente en la misma dirección que el ciclo productivo en red, hacia la participación en el juego que constituye la mente global, y no hacia el antagonismo que ya no sirve y ya no produce ninguna perspectiva de alternativas ni de autonomía a largo plazo. El movimiento global que se ha extendido tras la revuelta de Seattle no es un movimiento antagonista. Es un movimiento de autoorganización. Su función y su vocación no son abatir el capital. ¿Cómo se puede abatir un modelo, una regla, una relación, una forma reptante, proliferante y difusa? La premisa dialéctica del abatimiento (o abolición) ya no significa nada en la época de la penetración. El movimiento global, sin embargo, tiene como vocación y como objetivo hacer posible una autoorganización de las fuerzas productivas que el capital domina y organiza según sus reglas y su código.


(...)

La tarea estratégica del activismo mediático es mantener activas, durante la mutación posthumana, las capacidades cognitivas, creativas éticas y estéticas cuya supervivencia está amenazada por las formas que dicha mutación impone al organismo biosocial.

No se trata de mantener con vida al ser humano pretecnológico, sino de traspasar a Anthropos 2.0 la empatía, la solidaridad, la colaboración no competitiva, la creatividad y, sobre todo, la sensualidad. La tarea estratégica del activismo mediático es salvar la capacidad sensible planetaria de la glaciación de los automatismos tecnolingüísticos y de la congestión de los automatismos psicótico-identitarios."

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Somos nuevos

Aunque en ocasiones irregular y bajo mi punto de vista demasiado catastrofista, al análisis de Bifo sobre la nueva antropología, formas de conocimiento y comunicación de las nuevas generaciones, recogido en "Generación Post-Alfa", merece una mirada en profundidad. Algunos extractos:

"En apariencia, esta sociedad garantiza el máximo de libertad a sus componentes. Cada uno puede hacer lo que le parece. No hay ya imposición de normas. No se pretende ya disciplinar los comportamientos individuales ni los itinerarios colectivos. Pero el control está inserto en el dispositivo del cerebro humano, en los dispositivos que hacen posibles las relaciones, el lenguaje, la comunicación, el intercambio. El control está en todas partes, no está políticamente centralizado. El movimiento del 77 percibe este campo problemático, y no es casual que precisamente en esos años se empiece a dibujar con claridad el paso del pensamiento estructuralista al postestructuralista, si podemos llamar así al pensamiento rizomático y proliferante que tiene su expresión más significativa en El anti-Edipo de Deleuze y Guattari. El movimiento del 77 no quiere estar obsesionado con la centralidad política del estado, del partido, de la ideología. Prefiere dispersar su atención, su acción transformadora, su comunicación por territorios mucho más deshilachados: las formas de convivencia, las drogas, la sexualidad, el rechazo del trabajo, la experimentación de formas de trabajo con motivación ética, la creatividad.

(...)

El trabajo digitalizado manipula signos absolutamente abstractos, pero su funcionamiento recombinante es cada vez más específico, cada vez más personalizado y por lo tanto cada vez menos intercambiable. Por eso los empleados high tech (que crean o utilizan alta tecnología) tienden a considerar al trabajo como la parte más esencial de su vida, la más singular y personalizada.

Exactamente lo contrario de lo que le sucedía al obrero industrial, para quien las ocho horas de prestación asalariada eran una especie de muerte temporaria de la que se despertaba sólo cuando sonaba la sirena del fin de la jornada. Esto vuelve al trabajador cognitivo enormemente más frágil. El semiocapital ha puesto el alma a trabajar.


(...)

En las últimas décadas la comunidad social urbana perdió progresivamente interés y quedó reducida a un envoltorio muerto de relaciones sin humanidad y sin placer. La sensualidad y la convivencia han sido progresivamente transformadas en mecanismos estandarizados, homologados y mercantilizados, y el placer singular del cuerpo fue sustituido por la necesidad ansiógena de identidad.

Parece que en las relaciones humanas, en la vida cotidiana y en la comunicación afectiva se encontrase menos placer y cada vez menos garantías. Una consecuencia de esta des-erotización de la vida cotidiana es la inversión de deseo en el trabajo, entendido como único lugar de confirmación narcisista para una individualidad habituada a concebir al otro según las reglas de la competencia, esto es, como un peligro, un empobrecimiento, una limitación más que como una experiencia placentera y enriquecedora.

Cuanto más tiempo dedicamos a la adquisición de medios para poder consumir, tanto menos nos queda para poder disfrutar del mundo disponible. Cuanto más invirtamos nuestras energías nerviosas en la adquisición de dinero, tanto menos podemos invertir en el goce. Es en relación a este problema, completamente ignorado por el discurso económico, que se juega la cuestión de la felicidad y de la infelicidad en la sociedad hiper-capitalista.

Para tener más poder económico (más dinero, más crédito) es necesario prestar cada vez más tiempo al trabajo socialmente homologado. Pero esto supone reducir el tiempo de goce, de experimentación, de vida.


La riqueza entendida como goce disminuye proporcionalmente al aumento de la riqueza como valor económico, por la simple razón de que el tiempo mental está destinado a acumular más que a gozar."



viernes, 18 de septiembre de 2015

La gran transformación

Llevaba tiempo queriendo asomarme a este libro, "La Gran Transformación", de Karl Polanyi, del que me habían llovido referencias de mil y un sitios. Y aunque la lectura no es fácil para alguien lego como yo en temas económicos, coincido con quienes me lo habían recomendado que es una lectura imprescindible, más en un momento como el actual. Porque aunque el libro está escrito a mediados del siglo pasado señalando el naufragio de la aventura liberal, la actualización de ésta a partir de los años 80 hace que su análisis sea de lo más actualizado y pertinente (casi más que en su momento, diría yo, porque el neoliberalismo ha llevado esta doctrina hasta límites que antes no se habían alcanzado). Y si no, echad un ojo a estos fragmentos que señalan los efectos del liberalismo "en su pura esencia":

"Para asombro de los espíritus reflexivos, una riqueza inaudita iba acompañada inseparablemente de una pobreza también insólita. Los eruditos proclamaban al unísono que se había descubierto una ciencia que no dejaba ninguna duda acerca de las leyes que gobernaban el mundo de los hombres. En nombre de la autoridad de estas leyes, desapareció de los corazones la compasión, y una determinación estoica a renunciar a la solidaridad humana, en nombre de la mayor felicidad del mayor número posible de hombres, adquirió el rango de una religión secular. 

El mecanismo del mercado se fortalecía y reclamaba a grandes voces la necesidad de alcanzar su culmen: era necesario que el trabajo de los hombres se convirtiese en una mercancía.

(...) 

Separar el trabajo de las otras actividades de la vida y someterlo a las leyes del mercado equivaldría a aniquilar todas las formas orgánicas de la existencia y a reemplazarlas por un tipo de organización diferente, atomizada e individual.

Este plan de destrucción se llevó a cabo mediante la aplicación del principio de la libertad de contrato. Es como si en un momento dado se decidiese en la práctica que las organizaciones no contractuales fundadas en el parentesco, la vecindad, el oficio o las creencias, debían ser liquidadas, puesto que exigían la sumisión del individuo y limitaban por tanto su libertad. Presentar este principio como una medida de no ingerencia, como sostenían comunmente los partidarios de la economía liberal, equivalía a expresar pura y llanamente un prejuicio enraizado en un tipo muy particular de ingerencia, a saber, la que destruye las relaciones no contractuales entre individuos y les impide organizarse espontáneamente.


(...)

En realidad, una calamidad social es, por supuesto, ante todo un fenómeno cultural y no un fenómeno económico que se pueda evaluar mediante cifras económicas o estadísticas demográficas.  (...) La causa de la degradación no es, pues, como muchas veces se supone, la explotación económica, sino la desintegración del entorno cultural de las víctimas. El proceso económico puede, por supuesto, servir de vehículo a la destrucción y, casi siempre, la inferioridad económica hará ceder al más débil, pero la causa directa de su derrota no es tanto de naturaleza económica cuanto causada por una herida mortal inflingida a las instituciones en las que se encarna su existencia social. El resultado es siempre el mismo, ya se trate de un pueblo o de una clase, se pierde todo amor propio y se destruyen los criterios morales hasta que el proceso desemboca en lo que se denomina el «conflicto cultural» o el cambio de posición de una clase en el seno de una sociedad determinada.

(...)

La enmienda de las leyes de pobres, aprobada en 1834, modificó la estratificación del país y determinados elementos fundamentales de la vida inglesa fueron reinterpretados siguiendo líneas radicalmente nuevas. La nueva ley de pobres abolió la categoría general de pobres, los «pobres» honrados o los «pobres laboriosos», términos despreciativos escupidos por Burke. Los antiguos pobres eran ahora clasificados en indigentes no aptos físicamente para el trabajo, cuyo destino eran las workhouses, y en trabajadores independientes que ganarían su vida trabajando por un salario. Apareció así sobre la escena social una nueva categoría de pobres totalmente nueva: los parados. Mientras que los indigentes debían de ser socorridos, por el bien de la humanidad, los parados no debían serlo por el bien de la industria. En este sentido, resultaba irrelevante que el trabajador en paro no fuese responsable de su situación. La cuestión no consistía en saber si el trabajador había conseguido trabajo o no, en el caso de que lo hubiese verdaderamente buscado, sino en que, a menos que el trabajador tuviese opción de elegir entre morir de hambre o ir a la aborrecida workhouse, el sistema de salarios se vendría abajo sumiendo así a la sociedad en la miseria y en el caos. Se reconocía que esto equivalía a penalizar a los inocentes. La perversión y la crueldad radicaban precisamente en emancipar al trabajador, con la explícita intención de convertir en una amenaza real la posibilidad de morir de hambre."

domingo, 13 de septiembre de 2015

Cambiando el paso para seguir en camino

Hace 15 años que decidí entrar en el voluntariado permanente. Me acuerdo exactamente del momento: tras un Festival del Saber en el Pozo del Huevo me despedía de Carmina, una madre de familia del barrio, compartiendo mis planes de verano, viaje y descanso. Frente a éstos, ella me relataba una vez más su cansancio y sus esfuerzos por salir adelante pese a las muchas dificultades, sin interrupción posible: su vida precaria y carente de seguridades básicas no permitía abrir un resquicio por el que poder escapar aunque fuera para tomar aliento durante un tiempo y volver con más fuerzas a la lucha cotidiana. Fue un momento clave para mí, la oportunidad de constatar la gran diferencia que había entre los dos: yo podía elegir dónde estar y por cuánto tiempo, abrir puertas para entrar y salir, decidir cuando y donde implicarme y cuando necesitaba desconectar; a ella la precariedad extrema la mantenía encerrada en una realidad en la que nunca podía bajar los brazos ni dejar de luchar para mantener la propia dignidad y la de los suyos.

Ese día decidí que quería poner esa libertad mía al servicio de la lucha contra la miseria. Aprovecharla para construir puertas y ventanas con quienes viven encerrados por la extrema pobreza. Por ello decidí entrar en el voluntariado permanente, como una apuesta por unir de manera clara mi vida a la de estas familias que iba conociendo y para aprender a su lado.

Desde entonces han pasado muchos años, y en ellos muchas cosas. Durante cuatro años confirmé que mi apuesta no había sido en balde, ya que fue mucho lo que aprendí sobre la pobreza y la exclusión, fundamentalmente a partir del conocimiento de quiénes la sufren, los militantes; en el 2006 salí del voluntariado permanente para hacer la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, periodo en el que encontré a varios profesionales comprometidos hasta la médula en una línea de trabajo que salía de los límites habituales de lo sanitario ante la evidencia de que la verdadera promoción de la salud tiene que abordar también los determinantes sociales que influyen en ésta, como son la educación, el trabajo, la capacidad de decidir, etc; y en el 2011 me reincorporé de nuevo al equipo de voluntarios permanentes, para seguir avanzando en una mayor comprensión de las claves de una lucha colectiva por los derechos de todos y todas. Ahora he vuelto a quitarme el cartel de voluntario permanente para “volver a ponerme la bata”, aunque todavía no sé muy bien de qué manera concreta será.

Durante estos años he oído de manera repetida los mismos comentarios de unas y otros sobre “dejar la medicina” y “dejar el voluntariado”, como si esta trayectoria fuera una deriva dando tumbos de un lado a otro sin saber muy bien a donde ir. Por eso quería escribir este mensaje, para poder explicarme un poco mejor.

La verdad es que estos mensajes me han resultado siempre chocantes, porque nunca he tenido la sensación de “dejar” realmente nada, ya que las decisiones que he ido tomando no han estado marcadas por la renuncia a una responsabilidad o posición concreta, sino que, por el contrario, han tratado de ser maneras de seguir siendo fiel a ese compromiso que asumí hace 15 años de poner mi libertad, capacidades y posibilidades al servicio de la construcción de un mundo en el que la extrema pobreza no sea más que un mal recuerdo. En cada uno de los momentos esta voluntad se ha concretado de maneras diferentes, pero sigue siendo el motor de mi búsqueda actualmente.

Porque si algo he podido confirmar en estas idas y venidas es que trabajar por la salud de manera integral y colectiva y luchar contra la pobreza son dinámicas que van tremendamente entrelazadas. Una de las personas que más y mejor han trabajado sobre los factores determinantes en la salud, Michael Marmot, explicaba en su libro "The status syndrome" que las dos claves fundamentales del asunto, lo que condiciona a aquella de manera más específica, son el control sobre la propia vida y las posibilidades de participación social, de contacto, reconocimiento y creación con otros. Vamos, justamente lo que moviliza nuestra acción y compromiso en el Movimiento ATD Cuarto Mundo. No me quiero poner pesado con el tema, pero para quien quiera profundizar algo más en el tema os paso algunos enlaces:



Así, mi salida del voluntariado no es una renuncia ni una escapada, ni un querer tomar distancia. Me la planteo como un intento de explorar nuevas vías de compromiso aprovechando de manera concreta lo que puedo ofrecer a partir de mi formación y experiencia. Desde el principio de mi compromiso como voluntario he oído muchas veces de parte de las familias: “¿Por qué dejas la medicina? Necesitamos médicos como tú, que conozcan la realidad y con quienes se pueda hablar”. Durante un tiempo tomé esto como una afirmación que partía de la excesiva consideración que se tiene hacia los médicos, a los que en muchas ocasiones creo que se nos da una mayor importancia de la que tenemos en relación al cuidado de la salud. Pero creo que hay también una llamada en este cuestionamiento a plantearme de qué manera aprovechar las posibilidades de formación y el reconocimiento social que ésta conlleva para ponerlo a disposición de quienes no han tenido esa suerte. Es sobre todo desde ahí desde donde quiero explorar qué puedo aportar al Movimiento desde el volver a ponerme la bata de médico.

Por el momento, veo el curso que viene como de transición y búsqueda de equilibrio, ya que por un lado necesito tiempo para revisar posibilidades de concretar mi papel como profesional (de hecho quiero que esto sea también en diálogo con el equipo de Madrid y España, al menos), y por otro lado quiero seguir disponible para no abandonar dinámicas en las que he participado hasta ahora dentro del Movimiento, que por un lado me apasionan y por otro creo que es importante seguir pero ya con una mayor determinación de ir compartiendo la responsabilidad con otras personas.

Cuando volví al voluntariado lo hice convencido de que era la mejor opción en ese momento sobre todo para poder apoyar a tiempo completo en la construcción del Movimiento, que en ese momento se hallaba en un momento difícil. La verdad es que ha sido un tiempo bien intenso y rico el que he podido vivir y compartir con otros miembros de ATD en estos años, y poco a poco hemos ido generando una dinámica de compromiso y acción que me parece que va por buen camino.  

Antes de termianr, de nuevo quiero dejar claro que el que a partir de ahora no esté “en plantilla” del Movimiento ATD Cuarto Mundo no implica que me sienta menos parte del mismo. Sigo encontrando que es desde esta comunidad de compromiso desde donde quiero seguir luchando, aprendiendo y compartiendo vida. Por eso os pido que sigáis apoyando, quiénes ya los estáis haciendo, y que os planteeis hacerlo los demás, que nunca es tarde (de hecho sigue en marcha una bonita campaña que muchos/conoceréis, “100 + Contra la Pobreza” ¡Anímense!)
Bueno, no os doy más el tostón. Seguimos hablando, bien por escrito o en vivo y en directo, ¿de acuerdo?



Un abrazo fuerte a todos y a todas,

Dani