En la primera rueda de prensa tras conocerse la infección por Ébola
de Teresa Romero, alguien avispado debía haber que decidió que lo mejor
era esconder al consejero de sanidad de la Comunidad de Madrid, el
excelentísimo Sr. Don Javier Rodriguez. Con buen tino, pensó que era más
útil esconderse tras la torpeza evidente de la ministra, apoyada en la
dinámica de silencios y respuestas vagas y distantes en las que su
querido jefe Mariano es un auténtico experto. Efectivamente, acertó.
Porque cuando el Sr. Rodriguez ha decidido sacar la cabeza y abrir la
boca, de manera reincidente, además (se ve que cuando se lanza, no hay
quien le pare, debe ser de la quinta del ministro de educación), el
verdadero problema aparece de manera evidente ante nosotrxs.
Porque
hay problemas importantes que han quedado de manifiesto en estos pocos
días, aunque muchos vuelven a ser actualizaciones de déficits ya
conocidos de nuestro gobierno: incapacidad, improvisación, opacidad,
escapismo, nula asunción de responsabilidades...
Y en
esas podríamos estar, discutiendo de cuál de esos problemas es más
grave, si no fuera porque el Sr. Rodriguez ha saltado a la palestra para
encarnar de manera diáfana cuál es la tragedia de fondo en este asunto:
la absoluta falta de respeto por la vida y las personas, que son
utilizadas como kleenex a conveniencia cuando se las necesita y
arrojadas como desechos cuando ya no hay nada más que sacarles (o
incluso buscando sacar rentabilidad al deshacerse de ellas).
Con
razón se recuerda también que hay muchas otras personas en el
continente africano muriendo por esta y por muchas otras enfermedades,
la mayoría de ellas evitables, y que en torno a ellas no se movilizan
tantos recursos ni apasionadas defensas como en torno al perro de Teresa
Romero. Pero es ahí donde el Sr. Rodriguez vuelve a aparecer para
igualar la situación de una y otros, para dejar en evidencia que sus
vidas le traen al pairo, al igual que su dignidad, y que lo único que le
interesa es ver cómo salir del paso sin verse salpicado por la
realidad.
Hay que dar las gracias al Sr. Rodriguez, sí.
Porque esta manera de ser y estar en el mundo no es exclusiva de él,
aunque muchos de sus compañerxs la escondan. Pero a poco que se rasque
es evidente que esta actitud es muy representativa de quienes nos
gobiernan en este momento.
Porque parece que les trae
al pairo que casi un millón de personas se hayan quedado sin asistencia
sanitaria por el hecho de haber nacido en otro país y no haber
conseguido regularizar aquí su situación. Esto se ha cobrado muchas
vidas, algunas de ellas de manera muy evidente, y además no se ha
conseguido explicar cuáles han sido los beneficios que se han conseguido
con esta decisión. Pero total, les da igual dejar a toda esa gente
desasistida. Mientras se pueda agitar la bandera de la inmigración como
problema, aunque sea mintiendo, todos tranquilos.
También
les traen al pairo las personas africanas afectadas por el Ébola que
tan alarmante es que sufra un europeo. Por eso la idea de, en vez de
traer a los misioneros, mandar un hospital de campaña para atenderles
donde se encontraban así como a lxs demás afectadxs en la zona, les
debió parecer absurda. Y por eso dejaron fuera del avión a una monja
infectada, pero que no tenía la suerte de ser española. Eso sí, cuando
días después otro misionero estaba ya en fase terminal y ella había
superado la enfermedad, bien que se la trajo a España, en ese momento
sí, en un viaje mucho más enrevesado que el anterior, para poder
extraerle suero que poder usar como tratamiento.
O ahora
que se evidencia la falta de formación recibida por el personal para el
tratamiento de estos casos, y la desconfianza y el miedo aumentan, la
salida que encuentran es el aprovechar la precaria situación laboral de
la gente para contratar enfermeras de manera temporal para dedicarse a
estas tareas. ¿Cómo van a decir que no? ¿Qué plan de formación hay para
estas profesionales de manera que puedan asumir sus responsabilidades,
que pueden llegar a a ser muy complejas?
Y así con
tantos otros ejemplos tan evidentes a lo largo de estos días. Ningún
respeto, ninguno, por quién está sufriendo. La única preocupación es la
de salvar el propio trasero. Ni más, ni menos.
Gracias,
Sr. Rodríguez, muchas gracias una vez más. Es usted tan absurda y
evidentemente inmoral y miserable que no deja lugar a dudas de como
funcionan ustedes. Porque a día de hoy, nadie de su entorno le ha
descalificado. Será porque aunque las formas varíen, en el fondo deben
estar ustedes todos de acuerdo.
P.D. Hay miles de
artículos y escritos muy interesantes, pero acá van los dos últimos que
he leído y que me parece de lo mejores:
http://www.actasanitaria.com/ebola-cuestiones-basicas/ de Gervás.
http://repunomada.blogspot.com.es/2014/10/rindamos-un-homenaje-publico-las.html muy necesaria perspectiva de parte de J. Repullo