lunes, 12 de mayo de 2014

Cifras cercanas

Esta pasado sábado se presentó la campaña "Invisibles de Tetuán", una iniciativa que pretende poner en marcha una dinámica de asociación y lucha desde quienes están viviendo situaciones de pobreza, una realidad que se pretende ocultar por parte de quienes tienen la responsabilidad de dar una respuesta  frente a ellas. El problema es que cuando te hablan de realidades que no conoces, todavía se puede conceder el beneplácito de la duda. Pero cuando en el barrio en el que vives, en el que cada vez encuentras más gente rebuscando en los cubos de basura, empujando carros llenos de chatarra, o donde conoces vecinos que están una situación crítica, te dicen desde la Junta Municipal que no ven que haya situaciones de pobreza en el barrio, la desfachatez y la mentira se hacen evidentes.

Eso es lo que pudimos comprobar en el acto del sábado. Por un lado, escuchando la voz de algunas vecinas en situación muy difícil, que ven como las ayudas prometidas no les llegan. Por otro descubriendo los datos sobre la realidad socioeconómica del distrito recogidos en un informe elaborado en el curso de esta campaña, algunos de los cuales a mi me parecen escalofriantes.

Porque estamos acostumbrados a las lluvias de cifras, grandes cantidades que se escapan de nuestra capacidad de medir: millones de pobres, miles de desahucios, etc., distribuidos por todo el país. ¿Qué significa realmente eso? Pero cuando se ofrecen cifras como estas que se refieren a un espacio que conoces, que puedes recorrer andando, cuyas calles, espacios y límites conoces, es ciertamente claustrofóbico pensar que hay tantas y tantas situaciones críticas, da la impresión de que no caben sin que la situación explote: casi 10000 hogares en situación de pobreza y 4000 en extrema pobreza, 2500 sin ingreso alguno, 8000 parad@s de larga duración, 5000 hogares que no pueden hacer frente al pago del alquiler o la hipoteca (sin contar las otras muchas que viven en infraviviendas, que no son pocas en la zona)...

Por una vez, las cifras se acercan y nos hablan en las distancias cortas, nos presionan a abrir los ojos hacia nuestra realidad cercana, a abrir los brazos para poner en marcha mecanismos de solidaridad. Una solidaridad cercana que cuestiona nuestras vidas, nuestras relaciones, como construimos barrio, comunidad, espacios y tiempos compartidos.

Iniciativas así son necesarias. Nos sacan de nuestras comodidades y nos hablan de realidades tan cercanas que duelen al cuestionarnos. Precisamente de ahí viene su potencial transformador.

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