lunes, 5 de mayo de 2014

Crecer en común

Empezamos a hablar de lo importante que es poder contar con una red de apoyo a la hora de poder asumir la crianza de l@s hij@s, tanto para poder resolver situaciones concretas en las que se necesitan otr@s que se ocupen del cuidado de ell@s como para tener un espacio en el que hacer eco de las certezas e incertidumbres que todos manejamos en este ámbito vital. Apoyos cercanos, tanto a nivel físico como vital.

Pero enseguida ella saltó: "Lo realmente apasionante es el poder vivir todo eso de manera comunitaria, desde el vivir juntas". No era una idea ilusa lanzada al viento, no. Era una constatación que surge de una experiencia real de crianza comunitaria en el corazón del Colectivo de Mujeres de Matagalpa, que no niega para nada las dificultades, pero que sabe reconocer todo lo aprendido a lo largo de tantos años.

Una experiencia en la que no se niega la maternidad o la paternidad, pero que tampoco encierra en éstas las referencias vitales de l@s pequeñ@s, que crecen entrelazando su desarrollo con diferentes modelos, con diferentes personas; en la que los recursos humanos y económicos de un@s y otr@s terminan al servicio de un proyecto colectivo en el que cada un@ aporta algo diferente y significativo; una experiencia, al fin, en la que las relaciones y apoyos lanzan a l@s niñ@s a descubrir y disfrutar lo común más allá del individualismo y los lazos de sangre, a atreverse a experimentar y soñar con diferentes maneras de estar y compartir junto a otr@s, diferentes e iguales al mismo tiempo.

Toda una provocación en estos tiempos que corren. Pero una provocación necesaria. Ahí andamos rumiando lo que ejemplos como este pueden decir a nuestras vidas.

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