domingo, 18 de octubre de 2015

Tu profe

¿Sabes, Sara?

Un día tras otro, las sonrisas y juegos se suceden en el cole, como una dulce rutina. Los días pasan, uno tras otro, abiertos al futuro lleno de sueños y colores que tienes ante ti. Pero ese futuro, ese horizonte, espera tu caminar construido gracias a mil experiencias, encuentros y aprendizajes.

Hoy queremos recordar algunos de ellos contigo. En la escuela infantil distes muchos de estos primeros pasos, apoyada por unas y otros. Ahí empezaste a experimentar lo que es la amistad, el encuentro con otras niñas y niños como tú, acompañadas por las profes que has tenido en todos esto años. Pero, ¿sabes qué, Sara? Que, aunque siempre hemos sabido que has estado en buenas manos, hubo una profe que para nosotros, y sabemos que para ti también, fue muy especial.

Siempre la recordamos con esa sonrisa y esos brazos bien abiertos para acogeros por la mañana, celebrando desde el principio lo especial que era cada día. Y es que en verdad lo era, ya que conseguía transformarlo en un baile al ritmo de la música que os unía como grupo y os lanzaba a descubrir, experimentar y apasionaros con lo que eráis capaces de crear juntos. Aprender jugando, jugar aprendiendo. Esa era la clave. Y así, viajasteis al mundo de la mayúsculas y las minúsculas, a Europa y sus monumentos, emulasteis a los mejores pintores sin ningún complejo y transformasteis la clase en un mundo mágico en el que la sonrisa y la sorpresa siempre iban de la mano.

Pero no todo era fácil. Los problemas aparecían, como en todos los lugares, ya que cada persona somos de nuestro padre y de nuestra madre. Sin embargo, ella siempre se preocupó por acompañaros de manera muy personal, consciente de las capacidades y bloqueos de cada uno, viendo cómo poder apoyar y animar el paso sin dejar a ningún niño ni niña de lado. Y eso no es fácil. Por eso es de las cosas que más recordamos y valoramos de ella. Contigo lo hizo, día a día, y también con tus demás compañeros y compañeras.

Y es que era realmente emocionante escuchar cómo se despedía, en la fiesta de fin de curso, de los que ya se "graduaban": "mi niño", "mi niña", iba diciendo mientras les daba un gran abrazo. Nos hubiera gustado poder vivir ese momento con ella en tu despedida de la escuela infantil, pero no ha podido ser. No ha podido ser porque en el sistema de oposiciones sin fin en el que estamos inmersos termina puntuando más el ceñirse a la norma marcada que inventar nuevos caminos. Ella estaba convencida de la necesidad de unir pasión, imaginación y aprendizaje. Pero sus examinadoras la pedían que siguiera el guión establecido. Una pena que por querer ser coherente se la penalizara, y con ella a los padres y madres a los que nos encantaría que hubiera seguido con nuestr@s hij@s. Pero al mismo tiempo nos alegraría mucho saber que sigue siendo fiel a si misma.

De todas maneras, nos ha quedado siempre claro que tú has sido una más de "sus niñas". Y que ella ha sido, y siempre lo será, "tu profe". No sabemos muy bien cuándo estarás leyendo estas líneas. Ni si cuando lo hagas habremos vuelto a ver a Paloma, "tu profe". Ojalá. Por eso, al menos, queremos hacerla llegar copia de este mensaje, como quien echa una botella al mar. Aunque no hayamos naufragado, sin ella nos sentimos un poco más solos, sí...

Un abrazo fuerte,


               
                   
                            María y Dani

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