domingo, 15 de marzo de 2009

Viajar de cualquier manera


L@s que gustamos de ir de un lado a otro, conocer nuevos lugares y gentes, disfrutar con el exotismo y el aprendizaje desde lo diferente, intentamos no perder oportunidad de viajar por todo lo ancho y largo de este planeta. Y sin embargo, desde hace un tiempo surgen voces que nos recuerdan de lo agresivo que esto resulta, sobre todo a nivel medioambiental, por el tema de los recursos que se consumen en los viajes de avión, cómo la industria turística transforma y en muchas ocasiones destroza el entorno natural y social al que llegamos con nuestras maletas, etc.

Pero claro, al mismo tiempo es fácil escudarse en no entrar en el turismo de grandes circuitos, atrincherarse en el turismo mochileroy menos estructurado, como si ahí estuviera la respuesta coherente a todo este problema. Y sin embargo, como recoge Max en un artículo del último Diagonal, esta manera de acercarse a otros lugares puede resultar igualmente tramposa y peligrosa: porque son muy poc@s ya l@s que de verdad viajan dispuestos a compartir las condiciones de vida de l@s habitantes de la zona, porque se siguen imponiendo y llevando de esta manera muchos de nuestros valores que no tienen por que ser válidos allí, porque este turismo termina acercándose e introduciéndose en ambientes más a resguardo del otro turismo de masas...

Merece la pena echarle un vistazo y pensar un poco sobre ello. Ganas de viajar y conocer, todas. Pero es importante reconocer también la necesidad de plantearse si es factible, cómo se puede, hacer, sus consecuencias... Que no sólo de placeres individuales vive el hombre.

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