viernes, 25 de junio de 2010

Otros mundos

Comenzó siendo un curso sobre promoción de la salud y prevención de la enfermedad, y terminamos enredados con Foucault, Deleuze, Rancière, Bauman... Nos paseamos por la sociedad disciplinaria y la sociedad de control, nos zambullimos en la sociedad líquida, nos planteamos desde donde son posibles políticas emancipatorias...

Y al final nos terminamos abriendo a otros mundo que coexisten, singulares y múltiples, frente al intento de anulación que supone el anuncio del mundo único, el de la ciencia, el de la institución, el de lo conocido y estructurado. Reconocer y abrirse a otros mundos supone dar un paso hacia lo desconocido, fijar un punto de partida sin saber adonde te lleva...

Y como ejemplo de aperturas que te llevan, la invitación que surgió de descubrir a Jesús Lizano, que lanza así el mensaje hacia los otros mundo posibles:


MENSAJE

Yo os animo, pequeños universos,
pequeños mundos,
a cambiar vuestro nombre,
el que os señala como parte de un mundo,
por el nombre
que advierta que sois un mundo.
¡Que aprenda el mundo,
el universo mundo!
Se cree el único mundo,
no se da cuenta
de que origina pequeños mundos.
Cree perdidos a los seres
en su enorme dominio,
los cree partes de sí mismo,
a los que forma y destruye;
se ríe de los pequeños mundos,
ignora que es un sin fin de mundos,
pequeños mundos,
pequeños universos,
que el Todo no es el Único…
Acabemos con la arrogancia
y con el absurdo
de aquéllos que, entre nosotros,
se creen dueños
de otros seres y que originan
mundos de los que son poseedores,
dueños absolutos.
¡Ánimo, pequeños universos,
luminosos mundos,
porque sois un mundo,
no sólo parte de un mundo,
que nada y nadie es más que un mundo
ni menos que un mundo.
Mundo
quiere decir mundos.
Hay que rebelarse
a los que intentan reducirnos
a una partícula, a un fragmento,
proque si nacemos ya somos un mundo,
un pequeño universo.
Y alzarse contra aquéllos
que a semejanza y a imagen
del universo mundo
se sueñan dueños de algún mundo,
llenándolo de límites y de fronteras
y de nombres oscuros.
Torturan y aniquilan
sin darse cuenta de que todos pertenecemos
al territorio infinito de los mundos,
que cada ser es un mundo,
que el universo mundo
es esa infinitud d emundos,
que la esencia es libre y se multiplica
y se diluye y se transforma
en un sin fin de relaciones y de funciones,
de gritos y de susurros,
pasión eterna.
Cambiad, pequeños mundos, vuestro nombre,
el que os señala como parte de un mundo
perdido, insignificante,
buscad una palabra, la palabra
nombre de vuestro mundo,
la hermosa palabra
de vuestra finitud y de vuestra alegría,
vientos de nuevos mundos.
¡Llamadme Lizania!



No hay comentarios: