lunes, 9 de junio de 2014

Máscaras

Un símbolo, un icono que renuncia serlo. Un movimiento que en pleno proceso de invisibilización y olvido por parte del resto del mundo decide seguir caminando de la manera más honesta posible, reconociendo las transformaciones y la vida que lo anima, compartiendo sin más lo que hay y renunciando a artificios.

Ya hace mucho que no conozco de primera mano lo que se mueve por las montañas del Sureste Mexicano, con lo que no sé reconocer la realidad que hay detrás de estas palabras. Pero lo que sí que es cierto es que al menos éstas vuelven a señalar a esos lugares incómodos y poco transitados tan necesarios para que desde ellos construyamos nuestras prácticas colectivas.

El Subcomandante Marcos se despide, reconociendo que nunca fue más que una máscara. Desde el EZLN, una vez, nos muestran un camino a seguir transitando juntxs.

"En estos 20 años ha habido un relevo múltiple y complejo en el EZLN.

Algunos han advertido sólo el evidente: el generacional.

Ahora están haciendo la lucha y dirigiendo la resistencia quienes eran pequeños o no habían nacido al inicio del alzamiento.

Pero algunos estudiosos no se han percatado de otros relevos:

El de clase: del origen clase mediero ilustrado, al indígena campesino.

El de raza: de la dirección mestiza a la dirección netamente indígena.

Y el más importante: el relevo de pensamiento: del vanguardismo revolucionario al mandar obedeciendo; de la toma del Poder de Arriba a la creación del poder de abajo; de la política profesional a la política cotidiana; de los líderes, a los pueblos; de la marginación de género, a la participación directa de las mujeres; de la burla a lo otro, a la celebración de la diferencia.

No me extenderé más sobre esto, porque ha sido precisamente el curso “La Libertad según l@s zapatistas” la oportunidad de constatar si en territorio organizado vale más el personaje que la comunidad.

En lo personal no entiendo por qué gente pensante que afirma que la historia la hacen los pueblos, se espante tanto ante la existencia de un gobierno del pueblo donde no aparecen los “especialistas” en ser gobierno.

¿Por qué les da terror el que sean los pueblos los que manden, los que dirijan sus pasos propios?

¿Por qué mueven la cabeza con desaprobación frente al mandar obedeciendo?

El culto al individualismo encuentra en el culto al vanguardismo su extremo más fanático.

Y ha sido eso precisamente, el que los indígenas manden y que ahora un indígena sea el vocero y jefe, lo que los aterra, los aleja, y finalmente se van para seguir buscando alguien que precise de vanguardias, caudillos y líderes. Porque también hay racismo en la izquierda, sobre todo en la que se pretende revolucionaria.

El ezetaelene no es de ésos. Por eso no cualquiera puede ser zapatista.

(...)

Necesitábamos tiempo para ser y para encontrar a quien supiera vernos como lo que somos.

Necesitábamos tiempo para encontrar a quien nos viera no hacia arriba, no hacia abajo, que de frente nos viera, que nos viera con mirada compañera."

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