viernes, 19 de febrero de 2010

Los derechos y la pobreza

Interesante reflexión de Esteban Beltrán, de Amnisitía Internacional, en la entrevista que le hacen en Alandar sobre la necesidad de avanzar para acabar con la extrema pobreza del campo de la economía al de los derechos humanos. Hay fragmentos de la entrevista que parecen calcados de Wresinski...

"¿Estaría usted dispuesta a apoyar la abolición de la pobreza por ley? ¿a pelear por que nuestra Constitución dijera “queda abolida la pobreza”? ¿y porque en el Código Penal se tipificara un delito de pobreza, de modo que todo aquel que, por política activa, cometiera conscientemente un crimen de pobreza, pudiera ser llevado ante la justicia y merecer penas de hasta 4 ó 6 años de cárcel? Porque el problema es que, a diferencia con otros derechos humanos, todas las violaciones en el ámbito de la pobreza no tienen la categoría de delito y quedan impunes. Todas. Pero en otros ámbitos no sucede así. Si un texto legal dice “Nadie será sometido a torturas”, sucede que se siguen practicando torturas pero todo el mundo sabe que están prohibidas. Lo mismo pasa con las ejecuciones extrajudiciales, los atentados contra la libertad de expresión, o los crímenes, pero quien los comete sabe que afronta el riesgo de ir ante un tribunal. ¿Seré yo el único que se asombra de que, con las cifras que tenemos de pobreza, nadie haya respondido nunca ante un juez?

(...)

Los derechos humanos son universales, no tienen excepción. Esa es otra razón para llevar las cuestiones de pobreza a ese espacio legal. Ahora, para la medición de la pobreza se utilizan los índices de desarrollo humano. Según eso hay países de desarrollo humano alto, medio o bajo. Y esa estadística, por no sé que resultados de ecuaciones, puede indicar, como es el caso, que pertenecen a la misma condición de desarrollo humano alto países tan desiguales como Noruega y Rumania. Y nos quedamos impasibles. Ahora bien, si habláramos de otros derechos humanos, podríamos acaso usar un “índice de tortura humana”, pero ¿nos parecería de recibo decirle, por ejemplo, a una persona: “esté usted tranquilo, no va mal, porque usted vive en un país de tortura media”? Eso sería inaceptable.

(...)

No es lo mismo escribir: “Nadie será sometido a torturas. PUNTO”, que redactar “Todas las personas tienen derecho a la educación, COMA, si los recursos lo permiten”. Los derechos humanos no han de ser graciables, deben obligar a los gobiernos"

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