jueves, 24 de febrero de 2011

Antineoliberalismo vs Anticapitalismo

Así empieza esta reflexión de Carlos Taibo sobre los últimos acuerdos de gobierno y sindicatos... Con semejante inicio ¿cómo no querer ir al fondo de la cuestión?



1. Un primer rasgo interesante de la propuesta es la convicción de que al capitalismo que padecemos conviene darle otra oportunidad. La idea de que es reformable de la mano de una suerte de vuelta atrás que permita reconstruir la regulación perdida al calor de las ofensivas neoliberales llena el discurso de los dirigentes de la izquierda política, los burócratas sindicales y los economistas aparentemente críticos. Parece, sin embargo, que predican en el desierto, toda vez que quienes cortan el bacalao del capitalismo realmente existente tienen proyectos diferentes. Aunque acaso hay quien, a estas alturas, aspira a crear una nueva y civilizada burguesía...
2. El contenido preciso de la oferta principal de estas gentes es lo que ha empezado a llamarse antineoliberalismo, una fórmula que responde a un propósito obvio: esquivar el término, mucho más gráfico y consecuente, de anticapitalismo. No es ésta una opción terminológica azarosa: la demanda expresa de reconstruir la regulación perdida reclama una contestación del proyecto neoliberal, pero nada dice de la conveniencia de ampliarla al proyecto capitalista como un todo.
Así, toda la apuesta se concreta en el reflotamiento de nuestro maltrecho Estado del bienestar. Este último es una forma propia del capitalismo, manifiesta únicamente en el Norte desarrollado. Quienes se agarran a semejante columna olvidan, por lo demás, que no estamos en la Suecia de 1960, y que la consideración cabal del escenario general planetario –económico, social y ecológico– obliga a ir más allá. No sólo eso: la propuesta “re-reguladora” ignora que los fundamentos, aparentemente razonables, de muchas de sus concreciones se desmoronan cuando se toma nota de quiénes habrían de gestionarla.

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