Del libro Micropolíticas de los grupos, un interesante punto de vista de cara a nuestros intentos de programación de tareas y sueños:
"En árabe antiguo, «Eilm» significa un saber, una ciencia singular: la ciencia de los signos que permiten a los nómadas desplazarse en el desierto sin perderse. A ese saber de los signos corresponde una manera de concebir el trayecto. Por regla general, concebimos un trayecto a partir de dos puntos, la salida y la llegada, pero para un nómada existe un tercer espacio-tiempo con su propia consistencia y su autonomía particular: el hueco del trayecto / lo que pasa en el trayecto mismo. Éste no se vive como si, desde un punto A, hubiera que saltar por encima de un vacío o de un abismo para llegar a un punto B, sino como un recorrido que traza la experiencia y el conocimiento «paso a paso». El problema no consiste tanto en llegar cueste lo que cueste al objetivo previamente fijado, sino más bien en prospectar cada trozo, cada fragmento de experiencia encontrada durante el camino y pensar los ajustes entre estas líneas. Este saber de los signos, Eilm, se corresponde así con un arte del camino: la deambulación.
El programa puede ser concebido como un proceso deambulatorio que permitiría viajar entre una serie de relaciones que habría que ir ajustando en cada momento, según las intensidades que atraviesan la situación.
Constituye una herramienta de seguimiento y observación en la dirección de un proyecto. Pero estos puntos de observación serían los límites o contornos provisionales que desbordan, exceden nuestras capacidades de previsión. Dicho de otro modo, programamos una cosa, pero, al mismo tiempo, nunca se sabe por anticipado cómo va a salir."
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