Ojala que este año que comienza ya en breve nos depare encuentros como este, que nos ayuden a resituar nuestras prioridades en compañia...
martes, 31 de diciembre de 2013
martes, 24 de diciembre de 2013
Tetuán de las Victorias... ¿de quién?
Hace poco me llegaron noticias del proyecto de Paisaje Tetuán, gestionado por Intermediae y el Área de las Artes del Ayuntamiento de Madrid. Una propuesta llamativa, aunque con demasiado bombo, como si se quisieran invertir más fuerzas en hacer visible las intervenciones que en que éstas fueran realmente útiles para el barrio. La verdad es que no he podido ver muchas de ellas todavía, no tocan en mi zona tetuanera, que quizás está demasiado escondida como para merecer la pena... Pero encuentro muchos puntos en común con los planteamientos recogidos en estos dos post enlazados sobre el proceso de chapa y pintura tetuanera.
Pero más interesante aún me parece que también se recojan otras múltiples iniciativas desarrolladas al
margen de los canales oficiales: #TetuanNOintermediae.
viernes, 13 de diciembre de 2013
Musica (en carne) viva (XI) - En paz
Tremendo el Jabier Muguruza, oye. Sin aspavientos, con mucha poesía, con la calma de que sabe que es necesario dar tiempo a los encuentros verdaderos... Así no me extraña que se reafirme en que ha vivido por encima de sus posibilidades. Eso sí, marcando bien la diferencia entre vivir y consumir. Por acá dejo el video y la letra en castellano:
Jabier Muguruza - Herrua nirea da
Errua nirea da (La culpa es toda mía)
(José Luis Padrón)
Cierto, lo confieso, estoy muy arrepentido,
he consumido días por encima de mis posibilidades.
He derrochado más horas de las que caben en un anuario.
He tragado noches por encima de mis posibilidades.
He fracasado tanto como lluvia cabe en el mar.
Lo reconozco: me arrepiento de haber vivido tanto.
Lo reconozco: me arrepiento de haber vivido tanto.
Sí, es verdad, y me arrepiento,
he querido saber por encima de mis posibilidades.
He derrochado tanto como luz cabe en la oscuridad.
He sentido tanto como dicha cabe en la mirada.
Lo sé, y me arrepiento tanto, he amado por encima de mis posibilidades.
He pretendido tanto como partes caben en el infinito.
He abierto el corazón por encima de mis posibilidades.
He sufrido tanto como dolor cabe en el mundo.
(José Luis Padrón)
Cierto, lo confieso, estoy muy arrepentido,
he consumido días por encima de mis posibilidades.
He derrochado más horas de las que caben en un anuario.
He tragado noches por encima de mis posibilidades.
He fracasado tanto como lluvia cabe en el mar.
Lo reconozco: me arrepiento de haber vivido tanto.
Lo reconozco: me arrepiento de haber vivido tanto.
Sí, es verdad, y me arrepiento,
he querido saber por encima de mis posibilidades.
He derrochado tanto como luz cabe en la oscuridad.
He sentido tanto como dicha cabe en la mirada.
Lo sé, y me arrepiento tanto, he amado por encima de mis posibilidades.
He pretendido tanto como partes caben en el infinito.
He abierto el corazón por encima de mis posibilidades.
He sufrido tanto como dolor cabe en el mundo.
Cambiar la vida, cambiar el mundo
Acabo de terminar la lectura de "¿Dónde está mi tribu?", de Carolina del Olmo, que ha sido tan interesante como prometía, además de que se lee muy bien, animando a repensar(nos en) las relaciones que creamos entre las pequeñas criaturas y el mundo al que las traemos.
Para recoger el mensaje que para mí es más necesario de este libro, ahí va una de spoiler, el final tal cual del libro, pero que resume de manera las claves que muchas veces no sabemos reconocer en estos temas de la crianza:
"La psicologización, la individualización y la búsqueda de autenticidad encajan como un guante en la ideología de un sistema competitivo y consumista. Del mismo modo, la idea de que está en nuestras manos hacer de nuestros hijos personas emocionalmente sanas y completas, constituye una fantasía de control apaciguadora en un mundo que se nos escapa por completo. Son ilusiones que nos permiten vivir con serenidad una situación que, de otro modo, nos resultaría insostenible: no podemos controlar el tipo de mundo en el que crecerán nuestros hijos. No podemos sortear la precariedad y la incertidumbre económicas. No les dejaremos la herencia de un entorno de solidaridad y reciprocidad en el que crecer moralmente. No sabemos poner freno a la degradación del medio ambiente no hasta qué punto estará envenenado el aire que respirarán y los alimentos que consumirán. Por no poder, no podemos siquiera garantizarles el acceso a una educación y una sanidad públicas de calidad. Pero nos ilusionamos pensando que asegurándoles unos buenos comienzos - parto respetado, contacto temprano, salud primal - y usando las herramientas de la crianza con apego haremos de ellos adultos sanos y felices.
(...)
Reconsiderar nuestras prácticas individuales de crianza es inútil e imposible si no las relacionamos con aquellos aspectos de nuestro entorno material que nos impiden cuidar a nuestros hijos como querríamos.
(...)
Tal como están las cosas, lo más que puede hacer un hijo es cambiarte la vida (y a veces ni eso). Trabajemos para que su llegada pueda cambiar el mundo."
Para recoger el mensaje que para mí es más necesario de este libro, ahí va una de spoiler, el final tal cual del libro, pero que resume de manera las claves que muchas veces no sabemos reconocer en estos temas de la crianza:
"La psicologización, la individualización y la búsqueda de autenticidad encajan como un guante en la ideología de un sistema competitivo y consumista. Del mismo modo, la idea de que está en nuestras manos hacer de nuestros hijos personas emocionalmente sanas y completas, constituye una fantasía de control apaciguadora en un mundo que se nos escapa por completo. Son ilusiones que nos permiten vivir con serenidad una situación que, de otro modo, nos resultaría insostenible: no podemos controlar el tipo de mundo en el que crecerán nuestros hijos. No podemos sortear la precariedad y la incertidumbre económicas. No les dejaremos la herencia de un entorno de solidaridad y reciprocidad en el que crecer moralmente. No sabemos poner freno a la degradación del medio ambiente no hasta qué punto estará envenenado el aire que respirarán y los alimentos que consumirán. Por no poder, no podemos siquiera garantizarles el acceso a una educación y una sanidad públicas de calidad. Pero nos ilusionamos pensando que asegurándoles unos buenos comienzos - parto respetado, contacto temprano, salud primal - y usando las herramientas de la crianza con apego haremos de ellos adultos sanos y felices.
(...)
Reconsiderar nuestras prácticas individuales de crianza es inútil e imposible si no las relacionamos con aquellos aspectos de nuestro entorno material que nos impiden cuidar a nuestros hijos como querríamos.
(...)
Tal como están las cosas, lo más que puede hacer un hijo es cambiarte la vida (y a veces ni eso). Trabajemos para que su llegada pueda cambiar el mundo."
martes, 10 de diciembre de 2013
Conservadores, reformistas y revolucionarios
Termino ya aquí con lo que he ido encontrando en la lectura del libro de Santiago Alba Rico y Carlos Fernández Liria:"El naufragio del hombre", con un planteamiento controvertido pero que creo que es necesario plantear de manera abierta. Allá va...
"Las organizaciones socialistas se resistieron con uñas y dientes a ceder del todo esta periferia social del capitalismo, exigiendo unas precarias condiciones para desplegar ese mínimum antropológico que, hasta el momento, el ser humano tenía asegurado por la revolución neolítica. Al fin y al cabo, se luchaba sindicalmente por conseguir un techo, unas mínimas garantías de subsistencia, una vida familiar, un fuego en la cocina, un día de descanso para rezar. Y con ello, todo un ramillete de distinciones entre el día y la noche, el hombre y la mujer, el niño y el adulto, los dioses y los mortales, los seres humanos y los animales... Todas esas distinciones habían dejado de existir en las fábricas de la revolución industrial, en las que era imposible distinguir el día de la noche y donde las mujeres, los hombres y los niños trabajaban como si, en realidad, no fueran más que bestias de carga. Todo aquello que el Neolítico había arrancado a la Naturaleza, estaba ahora amenazado por la Historia. La sincronía neolítica en la que el hombre logra "arraigar en el cosmos" quedaba así cada vez más y más arrinconada en una periferia o un suburbio del curso histórico. A la sociedad capitalista le basta con ser sociedad de manera tangencial. Como mostró tan gráficamente la obra de Polanyi, el capitalismo habría, sin duda, llegado a un extremo casi suicida si no hubiera sido porque, en primer lugar, todas las fuerzas reaccionarias del antiguo régimen se ocuparon de organizar un sistema de beneficencia parroquial. Eso permitió retrasar el futuro, amortiguar la llegada de la nueva Era el tiempo suficiente para que la lucha sindical tomara el relevo y se ocupara por su cuenta de conservar, en nombre paradójicamente de la revolución social, todas esas reliquias antropológicas amenazadas por el tren sin frenos del capitalismo.
(...)
No se trataba por supuesto de un "pasado" cronológicamente localizable, no se trataba de una defensa del antiguo régimen. Pero sí se trataba, al fin y al cabo, de la reivindicación sindical de un "pedazo de pasado" muy particular, de ese mínimo de neolítico sin el cual, la vida humana se convierte en imposible. En eso el socialismo se mostraba muy conservador. Tal y como decía Chesterton: "el pueblo nunca puede rebelarse si no es conservador, al menos lo bastante como para haber conservado alguna razón para rebelarse".
"Las organizaciones socialistas se resistieron con uñas y dientes a ceder del todo esta periferia social del capitalismo, exigiendo unas precarias condiciones para desplegar ese mínimum antropológico que, hasta el momento, el ser humano tenía asegurado por la revolución neolítica. Al fin y al cabo, se luchaba sindicalmente por conseguir un techo, unas mínimas garantías de subsistencia, una vida familiar, un fuego en la cocina, un día de descanso para rezar. Y con ello, todo un ramillete de distinciones entre el día y la noche, el hombre y la mujer, el niño y el adulto, los dioses y los mortales, los seres humanos y los animales... Todas esas distinciones habían dejado de existir en las fábricas de la revolución industrial, en las que era imposible distinguir el día de la noche y donde las mujeres, los hombres y los niños trabajaban como si, en realidad, no fueran más que bestias de carga. Todo aquello que el Neolítico había arrancado a la Naturaleza, estaba ahora amenazado por la Historia. La sincronía neolítica en la que el hombre logra "arraigar en el cosmos" quedaba así cada vez más y más arrinconada en una periferia o un suburbio del curso histórico. A la sociedad capitalista le basta con ser sociedad de manera tangencial. Como mostró tan gráficamente la obra de Polanyi, el capitalismo habría, sin duda, llegado a un extremo casi suicida si no hubiera sido porque, en primer lugar, todas las fuerzas reaccionarias del antiguo régimen se ocuparon de organizar un sistema de beneficencia parroquial. Eso permitió retrasar el futuro, amortiguar la llegada de la nueva Era el tiempo suficiente para que la lucha sindical tomara el relevo y se ocupara por su cuenta de conservar, en nombre paradójicamente de la revolución social, todas esas reliquias antropológicas amenazadas por el tren sin frenos del capitalismo.
(...)
No se trataba por supuesto de un "pasado" cronológicamente localizable, no se trataba de una defensa del antiguo régimen. Pero sí se trataba, al fin y al cabo, de la reivindicación sindical de un "pedazo de pasado" muy particular, de ese mínimo de neolítico sin el cual, la vida humana se convierte en imposible. En eso el socialismo se mostraba muy conservador. Tal y como decía Chesterton: "el pueblo nunca puede rebelarse si no es conservador, al menos lo bastante como para haber conservado alguna razón para rebelarse".
Etiquetas:
Buscando encuentros,
Comunes,
Economía,
Formación,
Herramientas,
Investigación-Acción,
Libros,
Lucha,
Pobreza-Exclusión,
Reflexión,
Saborear,
Sostenibilidad-Decrecimiento
domingo, 8 de diciembre de 2013
Musica (en carne) viva (X) - Exploradores
Casi merece la pena escuchar la música de Xavi Lozano y los Bufa & Sons con los ojos cerrados, disfrutarla al máximo, y luego abrirlos y... flipar.
Y aunque no llega a similar grado de marcianidad, sí que disfruta también profundamente con Fetén Fetén:
Y aunque no llega a similar grado de marcianidad, sí que disfruta también profundamente con Fetén Fetén:
Los conciertos de Radio 3 - Feten, feten
viernes, 6 de diciembre de 2013
Antropologicamente hablando
Otra aportación sacada de libro de Santiago Alba Rico y Carlos Fernández Liria:"El naufragio del hombre", en relación al papel marginal de la antropología en nuestra sociedad actual, cuando al ser una ciencia que se encarga del estudio de lo humano debería ser tomada mucho más en serio.
"¿Qué se esconde o qué se anuncia tras la primacía de la Historia, de la Economía, de la Sociología respecto del papel subalterno y cada vez más patético de la Antropología, cada vez más obsesionada en recolectar costumbres en extinción y escuálidos complejos míticos perdidos en selvas y desiertos a su vez amenazados por la globalización? Es muy digno de reflexión el asunto de que la antropología, en lugar de ser, como aparentemente debiera corresponderle, la ciencia madre de todas las ciencias humanas (la historia, la sociología, la economía, la psicología, etc.) se haya ido acomodando, cada vez más, en ciertos rincones anecdóticos de la ciudad científica.
Lévi-Strauss solía decir que los antropólogos encontraban su objeto de estudio en el cubo de la basura de los historiadores y de los sociólogos. Parece que la antropología se ocupara de recolectar los residuos que las otras ciencias humanas van abandonando por el camino. Si el hombre es "eso que los antropólogos estudian", ni los historiadores necesitan pensar mucho en ei hombre para comprender la Historia, ni los sociólogos para comprender la Sociedad. La antropología, dice Lévi-Strauss, es la "ciencia residual por excelencia" y ya no se ocupa más que de residuos. Es lógico que sea así: mientras la historia estudia lo que cambia, la antropología se ocupa de un ser empeñado en repetirse, en permanecer, en estar quieto, en negar la historia, en hacer el vago y en charlar. La historia estudia acontecimientos. La antropología estudia cotilleos. La historia estudia documentos, la antropología los inaprensibles residuos de la transmisión oral. La historia busca la verdad, a la antropología le interesan las mentiras. La una quiere saber lo que ocurrió, la otra lo que se cuenta que ocurrió.
Y, sin embargo, por muy caducado que esté, por muy residual que sea, aunque sea el producto de muy poca cosa, de un puñado de insignificancias, el "hombre" sigue teniendo importancia, al menos para los que siguen siendo hombres. Y es lógico que, los que seguimos siendo hombres y mujeres (y no superhombres) tengamos mucho interés en preguntar a la antropología cuáles son los límites de "eso que deseamos salvar", cuál es el mínimum antropológico sin el cual la antropología se queda sin nada que estudiar y el ser humano sin ningún sitio en el que seguir siendo humano."
"¿Qué se esconde o qué se anuncia tras la primacía de la Historia, de la Economía, de la Sociología respecto del papel subalterno y cada vez más patético de la Antropología, cada vez más obsesionada en recolectar costumbres en extinción y escuálidos complejos míticos perdidos en selvas y desiertos a su vez amenazados por la globalización? Es muy digno de reflexión el asunto de que la antropología, en lugar de ser, como aparentemente debiera corresponderle, la ciencia madre de todas las ciencias humanas (la historia, la sociología, la economía, la psicología, etc.) se haya ido acomodando, cada vez más, en ciertos rincones anecdóticos de la ciudad científica.
Lévi-Strauss solía decir que los antropólogos encontraban su objeto de estudio en el cubo de la basura de los historiadores y de los sociólogos. Parece que la antropología se ocupara de recolectar los residuos que las otras ciencias humanas van abandonando por el camino. Si el hombre es "eso que los antropólogos estudian", ni los historiadores necesitan pensar mucho en ei hombre para comprender la Historia, ni los sociólogos para comprender la Sociedad. La antropología, dice Lévi-Strauss, es la "ciencia residual por excelencia" y ya no se ocupa más que de residuos. Es lógico que sea así: mientras la historia estudia lo que cambia, la antropología se ocupa de un ser empeñado en repetirse, en permanecer, en estar quieto, en negar la historia, en hacer el vago y en charlar. La historia estudia acontecimientos. La antropología estudia cotilleos. La historia estudia documentos, la antropología los inaprensibles residuos de la transmisión oral. La historia busca la verdad, a la antropología le interesan las mentiras. La una quiere saber lo que ocurrió, la otra lo que se cuenta que ocurrió.
Y, sin embargo, por muy caducado que esté, por muy residual que sea, aunque sea el producto de muy poca cosa, de un puñado de insignificancias, el "hombre" sigue teniendo importancia, al menos para los que siguen siendo hombres. Y es lógico que, los que seguimos siendo hombres y mujeres (y no superhombres) tengamos mucho interés en preguntar a la antropología cuáles son los límites de "eso que deseamos salvar", cuál es el mínimum antropológico sin el cual la antropología se queda sin nada que estudiar y el ser humano sin ningún sitio en el que seguir siendo humano."
jueves, 5 de diciembre de 2013
Espacios desnudos
Hoy hablaba con una vecina del barrio sobre la plaza que hay al lado de su casa, situada en una zona donde los bloques de viviendas no se acompañan de kioskos, comercios ni locales de otro tipo, dejando las calles desnudas, acompañando el tránsito de los vecinos hacia otros lugares, ya que allí no hay mucha razón para quedarse. Lo que si que hay en medio de los bloques de edificios que conforman esa zona es una plaza. Y en esa plaza, por lo que me contaba esta vecina, hasta hace no mucho hubo bancos. Y mira tú por donde que a la gente le dio por sentarse, y no un rato, no, sino que aprovecharon para transformar el espacio vacío de la plaza de cemento en un lugar de encuentro. Pero claro, debe ser que la verdadera función de los bancos era decorativa, o que la gente que se juntaba no es la que debía hacerlo...
El caso es que el ay-huntamiento terminó quitando los bancos. Y ahí ha quedado, la plaza desnuda, ofreciendo nada más que un espacio vacío sobre el cemento. Y la gente pasando, de nuevo, de un lado a otro.
Un verdadero monumento (por desgracia, no el único, ni mucho menos) sobre lo que nuestra autoridades tienen en la cabeza cuando piensan en un "espacio público": un lugar para transitar, jamás para permanecer. Porque estar, encontrarse... es una actividad peligrosa que hay que extirpar de raíz, como hicieron con los bancos.
El caso es que el ay-huntamiento terminó quitando los bancos. Y ahí ha quedado, la plaza desnuda, ofreciendo nada más que un espacio vacío sobre el cemento. Y la gente pasando, de nuevo, de un lado a otro.
Un verdadero monumento (por desgracia, no el único, ni mucho menos) sobre lo que nuestra autoridades tienen en la cabeza cuando piensan en un "espacio público": un lugar para transitar, jamás para permanecer. Porque estar, encontrarse... es una actividad peligrosa que hay que extirpar de raíz, como hicieron con los bancos.
Musica (en carne) viva (IX) - Equilibrios
Equilibrios sobre las cuerdas es lo que hacen los dedos de Diego García, el Twanguero. Sin palabras, simplemente ver, escuchar y disfrutar:
martes, 3 de diciembre de 2013
El jubileo andante
El programa de Salvados del pasado fin de semana fue de nuevo un buen ejercicio de pedagogía sobre la realidad actual. Hubo momentos espectaculares, como la traca final del "amigo de los buitres", pero hubo algo que me hizo recordar una información leída hace tiempo y que creo que es importante. Se trata de lo que comenta el entrevistado en este vídeo a partir del minuto 5, hablando de la compra de deuda al 3% de su valor.
¿A qué me recordó? Pues a lo que había leído sobre la iniciativa de Rolling Jubilee, una iniciativa surgida a partir de Occupy Wall Street que se dedica a buscar fondos para comprar deuda devaluada y liberar a quiénes la contrajeron del pago de la misma. Copio acá un resumen que encontre en idealista.com:
En apenas un año y sólo a base de donaciones, el fondo de inversión solidario rollig jubilee ha conseguido evitar que casi 2.700 familias perdiesen su casa y se viesen abocadas a vivir en la calle por culpa de la crisis, el paro y la deuda generada por los gastos médicos derivados de una enfermedad grave.
En apenas 12 meses de actividad el grupo ha recaudado más de 630.000 dólares de particulares que han servido para comprar deuda de las familias más desfavorecidas por valor de casi 14 millones de dólares.
La legislación estadounidense permite que, cuando una factura lleva más de 90 días de impago, el acreedor negocie una quita y el traspaso de la deuda con los fondos especializados en la gestión y recobro, lo que les permite minimizar sus pérdidas.
Ahí es precisamente donde ha entrado en juego con notable éxito rollig jubilee, que depende de la organización reivindicativa ‘occupy wall street’. “los bancos venden deuda de familias a especuladores por solo unos centavos, que luego presionan para recuperar el 100% de la cantidad impagada”, asegura la organización.
“Por cada dólar de deuda que cancelamos pagamos únicamente dos centavos”, asegura el fondo en su web, donde se explica que en el momento en el que se cierra la operación “no sabemos la identidad de la persona a la que estamos condonando la deuda”.
Sólo después, una vez ya cerrado el papeleo, se envía una carta al afortunado deudor para informarle de que ya no debe dinero al banco y de que podrá continuar con su vida sin miedo a ser embargado o perder su casa.
Según rollig jubilee, el 77,5% de los hogares estadounidenses tienen números rojos y más de la mitad de las bancarrotas de las familias se deben a los excesivos costes derivados de una hospitalización
además, aseguran que uno de cada siete estadounidenses han sido víctima de los métodos de cobro poco ortodoxos empleados por las compañías de recobro de deuda.
¿A qué me recordó? Pues a lo que había leído sobre la iniciativa de Rolling Jubilee, una iniciativa surgida a partir de Occupy Wall Street que se dedica a buscar fondos para comprar deuda devaluada y liberar a quiénes la contrajeron del pago de la misma. Copio acá un resumen que encontre en idealista.com:
En apenas un año y sólo a base de donaciones, el fondo de inversión solidario rollig jubilee ha conseguido evitar que casi 2.700 familias perdiesen su casa y se viesen abocadas a vivir en la calle por culpa de la crisis, el paro y la deuda generada por los gastos médicos derivados de una enfermedad grave.
En apenas 12 meses de actividad el grupo ha recaudado más de 630.000 dólares de particulares que han servido para comprar deuda de las familias más desfavorecidas por valor de casi 14 millones de dólares.
La legislación estadounidense permite que, cuando una factura lleva más de 90 días de impago, el acreedor negocie una quita y el traspaso de la deuda con los fondos especializados en la gestión y recobro, lo que les permite minimizar sus pérdidas.
Ahí es precisamente donde ha entrado en juego con notable éxito rollig jubilee, que depende de la organización reivindicativa ‘occupy wall street’. “los bancos venden deuda de familias a especuladores por solo unos centavos, que luego presionan para recuperar el 100% de la cantidad impagada”, asegura la organización.
“Por cada dólar de deuda que cancelamos pagamos únicamente dos centavos”, asegura el fondo en su web, donde se explica que en el momento en el que se cierra la operación “no sabemos la identidad de la persona a la que estamos condonando la deuda”.
Sólo después, una vez ya cerrado el papeleo, se envía una carta al afortunado deudor para informarle de que ya no debe dinero al banco y de que podrá continuar con su vida sin miedo a ser embargado o perder su casa.
Según rollig jubilee, el 77,5% de los hogares estadounidenses tienen números rojos y más de la mitad de las bancarrotas de las familias se deben a los excesivos costes derivados de una hospitalización
además, aseguran que uno de cada siete estadounidenses han sido víctima de los métodos de cobro poco ortodoxos empleados por las compañías de recobro de deuda.
lunes, 2 de diciembre de 2013
Neolítico arrinconado
Cada vez que he tenido oportunidad de leer un texto de Santiago Alba Rico me ha resultado muy sugerente y puñetero al mismo tiempo. Pero el recorrido que por su obra realiza Carlos Fernández Liria en la segunda mitad de "El naufragio del hombre" me parece de las visiones más lúcidas sobre el momemto actual que jamás he leído. Acá van algunos fragmentos significativos:
"En el neolítico, el ser humano descubrió la agricultura y la ganadería, inventó los instrumentos y las herramientas más importantes, logró con éxito protegerse de la intemperie de la naturaleza. Pero el neolítico fue, ante todo, una victoria sobre el Tiempo. El hombre había logrado arrancar un poco de ocio y de tranquilidad al inmisericorde pasar de los días y las estaciones, abrir un paréntesis en el que, simplemente, perder el tiempo y ponerse a charlar, un paréntesis, en definitiva, para eso a lo que llamamos -a lo que la antropología llama- "cultura".
(...)
Lo que vienen a contar los mitos es que hubo un tiempo en que sucedían cosas, pero que gracias a lo que entonces ocurrió, actualmente los hombres pueden vivir tranquilos y en paz. Hubo un tiempo en el que pasaron cosas importantes (un incendio, un diluvio, un incesto atroz, un parricidio, etc.), pero ahora —es como si viniera a decir el mito— ya no pasa nada. Y gracias a que ya no pasa nada, es posible sentarse a hablar, a charlar, a cotillear, a dialogar. Esta forma de ver las cosas es muy propia de los pueblos indígenas que no conocen la escritura. A los héroes ancestrales, a los antepasados mitológicos, les sucedían todo tipo de cosas; ellos eran los protagonistas de una historia, los héroes de toda suerte de aventuras. Ellos vivieron en una época en la que todavía había Historia: pero ahora, ya no la hay. Gracias a los acontecimientos que protagonizaron, los cielos se separaron de la tierra, los animales de los hombres, los hombres de las mujeres y así se hizo posible la vida de los seres humanos. Lo propio de los héroes ancestrales es que les pasaran cosas, lo propio de los seres humanos que son sus descendientes es sentarse a hablar. La Historia es el privilegio de los héroes. La Palabra es el privilegio de los humanos. Las culturas indígenas, al conservar sus relatos mitológicos de boca en boca, es como si tomaran precauciones contra la Historia, como si hubieran levantado unas instituciones que les protegieran de las amenazas de la Historia. Esas instituciones son un entramado de costumbres y rituales. Los indígenas piensan que si siguen esas costumbres, si observan esos rituales, si recuerdan los relatos mitológicos que explican lo que hay que hacer en cada caso, ya nunca más ocurrirá que un diluvio anegará la tierra, o que un incendio devastará los bosques, o que los hombres copularan por error con los animales, o con sus madres y hermanas; que ya no ocurrirá más, en definitiva, que vuelva a haber historia, como en aquel tiempo terrible en el que pasaban las cosas y nuestros ancestros tenían que vérselas con seres monstruosos y acontecimientos nuevos e imprevisibles.
"En el neolítico, el ser humano descubrió la agricultura y la ganadería, inventó los instrumentos y las herramientas más importantes, logró con éxito protegerse de la intemperie de la naturaleza. Pero el neolítico fue, ante todo, una victoria sobre el Tiempo. El hombre había logrado arrancar un poco de ocio y de tranquilidad al inmisericorde pasar de los días y las estaciones, abrir un paréntesis en el que, simplemente, perder el tiempo y ponerse a charlar, un paréntesis, en definitiva, para eso a lo que llamamos -a lo que la antropología llama- "cultura".
(...)
Lo que vienen a contar los mitos es que hubo un tiempo en que sucedían cosas, pero que gracias a lo que entonces ocurrió, actualmente los hombres pueden vivir tranquilos y en paz. Hubo un tiempo en el que pasaron cosas importantes (un incendio, un diluvio, un incesto atroz, un parricidio, etc.), pero ahora —es como si viniera a decir el mito— ya no pasa nada. Y gracias a que ya no pasa nada, es posible sentarse a hablar, a charlar, a cotillear, a dialogar. Esta forma de ver las cosas es muy propia de los pueblos indígenas que no conocen la escritura. A los héroes ancestrales, a los antepasados mitológicos, les sucedían todo tipo de cosas; ellos eran los protagonistas de una historia, los héroes de toda suerte de aventuras. Ellos vivieron en una época en la que todavía había Historia: pero ahora, ya no la hay. Gracias a los acontecimientos que protagonizaron, los cielos se separaron de la tierra, los animales de los hombres, los hombres de las mujeres y así se hizo posible la vida de los seres humanos. Lo propio de los héroes ancestrales es que les pasaran cosas, lo propio de los seres humanos que son sus descendientes es sentarse a hablar. La Historia es el privilegio de los héroes. La Palabra es el privilegio de los humanos. Las culturas indígenas, al conservar sus relatos mitológicos de boca en boca, es como si tomaran precauciones contra la Historia, como si hubieran levantado unas instituciones que les protegieran de las amenazas de la Historia. Esas instituciones son un entramado de costumbres y rituales. Los indígenas piensan que si siguen esas costumbres, si observan esos rituales, si recuerdan los relatos mitológicos que explican lo que hay que hacer en cada caso, ya nunca más ocurrirá que un diluvio anegará la tierra, o que un incendio devastará los bosques, o que los hombres copularan por error con los animales, o con sus madres y hermanas; que ya no ocurrirá más, en definitiva, que vuelva a haber historia, como en aquel tiempo terrible en el que pasaban las cosas y nuestros ancestros tenían que vérselas con seres monstruosos y acontecimientos nuevos e imprevisibles.
Etiquetas:
Buscando encuentros,
Comunes,
Formación,
Libros,
Lucha,
Pobreza-Exclusión,
Reflexión,
Saborear,
Sostenibilidad-Decrecimiento,
Violencia
domingo, 1 de diciembre de 2013
Musica (en carne) viva (VIII) - En sus manos
Pues un día encontré un artículo que decía que James Booker es una metáfora de Nueva Orleans. Y uno, que desde que vió Treme ha abierto las antenas a todo lo que se relacione con esta ciudad, se lanza enseguida a indagar un poco y... queda deslumbrado por este pianista genial. No puedo decir si es el mejor representante de la música de allí. Pero sí que es alguién a no dejar olvidar, pese a su leyenda negra.
Y ojo a este otro vídeo:
Y ojo a este otro vídeo:
Suscribirse a:
Entradas (Atom)