Para nada soy analista político, ni mucho menos, pero después de los primeros resultados electorales en los que sopla por fin algo de aire fresco si que hay cosas que me apetece compartir, sin darle muchas vueltas más. Que por mucho que te líes a twitear y meterte en microconversaciones apetece expandir un poco la propia opinión... y recibir la de otros si así se tercia.
Parece inevitable hablar de la fulgurante aparición de
Podemos. Ya hace tiempo compartí
mis dudas y desencuentros con esta propuesta, que me sigue generando muchas dudas y mostrando muchas contradicciones, a mi entender: el tremendo protagonismo de Pablo Iglesias, por mucho "círculo" que nos cuenten; su discurso en el que tanto se habla "desde abajo", cuando su origen es un grupo de intelectuales y universitarios; su aparición espontánea y no desde una práctica militante y colectiva de base (aunque muchos de sus miembros puedan tenerla, pero a nivel individual). Y, sin embargo, al escuchar hoy a Iglesias, descubro que su discurso es potente, que engancha, y entiendo por qué puede haber llamado la atención de tantos y tantas: es claro, directo y liberado de los complejos de siempre, de ese "techo natural" que hace pensar que quienes están a la izquierda del PSOE deben conformarse con ser comparsas, secundarios siempre. Frente a eso, el "no nos ponemos techo", la voluntad de seguir sumando, de ser más, de poder tomar la riendas para así cambiar las cosas. ¿Quién no sueña con eso en esta sociedad tan llena de impotencias individuales y colectivas? Apoyado en todo el magma generado en el 15m, Podemos se lanza, veremos hacia donde...
Lo que está claro es que hay mucho que aprender de ellos. Sobre cómo comunicar, contagiar, emocionar, explicar, ilusionar... Devolver a la gente, en realidad, la esperanza de que pueden hacer algo, de que tienen cierto poder para cambiar las cosas, aunque sea metiendo un papel en una urna. Cuando escuchas luego a Cayo Lara, a
IU, suena a rancio, más cercano al PPSOE y toda esa transición ya casposa que a lo que se ha venido gestando desde las plazas hace ya tres años. Dicen que están dispuestos a unirse a otros, aunque hace unos meses rechazaron la propuesta de Iglesias y compañía, ahora no les queda otro remedio. ¿Pero están dispuestos a las renuncias que eso supone?
Lo que me da más pena de todo esto es ver cómo una propuesta tan mediática y bien vendida como la de
Podemos invisibiliza otras que llevan tiempo siendo trabajadas desde una base que a mi, personalmente, me cuesta mucho menos localizar, que buscan desarrollar una nueva manera de hacer política con coherencia y honestidad, que se vuelcan en la construcción colectiva de maneras muy concretas. En mi opinión, por ejemplo, no ha habido un proceso de primarias (esa palabra fetiche del momento que ha servido para enmarcar prácticas tan diferentes) tan abierto y bien aterrizado como el de
EQUO, que además luego se engarzó con otros proyectos en torno a la
Primavera Europea. Todo ese esfuerzo se ha visto correspondido con votos suficientes para un diputado. La fuerza mediática de la propuesta de
Podemos, cinco. Esta visto que la imagen, la marca, vale más que mil esfuerzos colectivos.
Está claro que el reto es seguir avanzando en la construcción de alianzas entre un@s y otr@s. Entre quienes tienen toda una trayectoria histórica de militancia encarnada, como IU, quienes llevan tiempo construyendo una alternativa de confluencia desde la base, como EQUO, y quienes manejan con maestría el discurso y los medios de actualidad, como Podemos.
No sé si será posible, pero si creo que es lo deseable.
P.D. ¿Alguien sabe si en el proceso de formación de la coalición "Primavera Europea" se tuvo contacto con Podemos y cómo se situaron frente a esta propuesta? Con las ganas que mostraban de hacer con otros, me extrañó que no se situaran en esta línea.