Llevaba unos días echando de menos su columna en Público, que es lo primero que miro cuando lo compro, de semana en semana. Desde hace años, cuando apareció su nombre entre otros de gente con una perspectiva interesante alrededor del tema del conflicto vasco, empecé a seguirle, a veces más de cerca, a veces más de lejos. El caso es que prácticamente nunca me defraudaron sus píldoras de mirada crítica y honesta a la realidad, desde una postura clara y comprometida con la misma.
Hoy busco una nueva píldora y me encuentro con que murió hace 15 días... Me invade la típica sensación confusa que acompaña la desaparición de alguien que no has llegado a conocer pero que sin embargo se ha convertido en una referencia importante.
Y sin embargo, al visitar su blog, lo descubro más vivo que nunca, entre textos de gente afín y la recuperación de su palabra, que sigue tan viva como siempre. Habrá que seguir escuchándola...
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