lunes, 21 de mayo de 2012

Jot Down

"Tras meses de arduo trabajo lanzamos nuestro mensaje en la botella con un ambicioso propósito: que os divirtáis tanto como nosotros lo hemos hecho tramando Jot Down Magazine. Que disfrutéis contemplando el mundo desde nuestra perspectiva, que nos sigáis y, con ese gesto, ayudéis a no desestabilizar aún más la caja de la Seguridad Social ni la periodicidad con la que suministramos pan a nuestros hijos y langosta a nuestros gatos.

Creemos que es posible analizar con humor las cosas serias, abordar la cultura y el ocio desde otra perspectiva y departir con sus protagonistas de forma diferente. Poder decir lo que pensamos, no lo que nos dicen que pensemos; entretener sin ser superficiales, informar sin caer en una frialdad impersonal y, por supuesto, ¡hablar de sexo!

El siglo XXI es y será la era del caos cultural: la cantidad sustituye a la calidad y el dictado de las agencias sustituye al cultivo del propio criterio. Jot Down Magazine quiere huir de todo ello y llamar a las cosas por su nombre.

Hay método en nuestra locura."


Así comenzaba hace ya algo más de un año una revista internáutica lo suficientemente marciana como para enfrentarse al imperio del twit con articulos largos y densos, sin desdeñar temas (desde series de televisión imprescindibles a  recuperaciones de la memoria colectiva como el genial "El penalty de Eloy"), ni personajes (desde el Roto a González Pons, pasando por Faemino y Cansado, ahí es nada...), de manera que nos permiten bucear a través de los más diversos parajes e invitarnos al pensamiento calmado, al diálogo y a la crítica con fundamento.

A mi me lo recomendó mi buen amigo Galián, y la verdad es que al principio me acerqué con escepticismo, pero... ¡engancha!

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