sábado, 17 de diciembre de 2011

¿Qué es la política?

Comienza aquí una serie de fragmentos extraidos de "En defensa de la intolerancia", de Slavoj Žižek, un pensador tan polémico como interesante. Muchos de ellos hacen una relectura de Ranciere, otro que tal baila. Aunque son textos densos, tampoco se trata de comprenderlo todo, sino de ver cómo aportan algunos elementos que pueden ayudarnos a entender la tensión entre las instituciones supuestamente representativas y los movimientos y espacios que surgen reclamando otra manera de hacer las cosas. Según estos dos autores, la política es justamente la aparición de los excluidos demandando ser escuchados, tomar parte,  e incluso más allá, ser tomados como referencia, como representantes de todos, frente a los intentos de despolitización del sistema dominante. Vamos, que el debate que se generó sobre el 15m y si era apolítico o no termina invirtiéndose, de manera que este movimiento puede ser considerado como una ruptura, un acontecimiento de verdadera política, frente a la despolitización promovida por los grandes partidos y poderes.

Comencemos:

"El conflicto político, en suma, designa la tensión entre el cuerpo social estructurado, en el que cada parte tiene su sitio, y la "parte sin parte", que desajusta ese orden en nombre de un vacío principio de universalidad. (...) Esta identificación de la no-parte con el Todo, de la parte de la sociedad sin un verdadero lugar (o que rechaza la subordinación que le ha sido asignada), con el Universal, es el ademán elemental de la politización, que reaparece en todos los grandes acontecimientos democráticos, desde la Revolución francesa (cuando el Tercer Estado se proclamó idéntico a la nación, frente a la aristocracia y el clero), hasta la caída del socialismo europeo (cuando los "foros" disidentes se proclamaron representantes de toda la sociedad, frente a la nomenklatura del partido). En este sentido, "política" y "democracia" son sinónimos: el objetivo principal de la política antidemocrática es y siempre ha sido, por definición, la despolitización, es decir, la exigencia innegociable de que las cosas "vuelvan a la normalidad", que cada cual ocupe su lugar... La verdadera lucha política, como explica Ranciere contrastando a Habermas, no consiste en una discusión racional entre intereses múltiples, sino que es la lucha paralela por conseguir hacer oír la propia voz y que sea reconocida como la voz de un interlocutor legítimo. Cuando los "excluidos", ya sean demos griego u obreros polacos, protestan contra la élite dominante (aristocracia o nomenklatura), la  verdadera apuesta no está en las reivindicaciones explícitas (aumentos salariales, mejores condiciones de trabajo...), sino en el derecho fundamental a ser escuchados y reconocidos como iguales en la discusión. (En Polonia, la nomenklatura perdió el pulso cuando reconoció a Solidaridad como interlocutor legítimo.) Estas repentinas intrusiones de la verdadera política comprometen aquello que Ranciere llama el orden policial, el orden social preconstituido en el que cada parte tiene un sitio asignado."


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