No es lo mismo usar unas palabras que otras, y la elección de estas viene determinada por la visión que se tiene de lo que se quiere nombrar y al mismo tiempo determina al objeto nombrado.
Así, no es lo mismo que al que va al centro de salud se le llame paciente, usuario, persona o ciudadano. No tiene nada que ver una cosa con otra, y la palabra elegida dirá mucho de cómo se entiende la atención sanitaria.
Esto viene a colación de que esta mañana he descubierto que en el Metro de Madrid hemos dejado de ser viajeros, como se nos llamaba antes en los mensajes por megafonía, y nos hemos transformado en clientes. Como en el caso anterior, la elección de esta palabra nos indica por donde van los tiros en los "servicios públicos" madrileños: a funcionar cada vez más como empresas, a enfocarse cada vez más en la obtención de resultados y/o beneficios... En definitiva, a perder de vista su función de servicio y su carácter público.
Una pena, la verdad, ser tan sólo clientes...
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