miércoles, 13 de abril de 2011

Programación o Estrategia

De nuevo de vuelta con Morin y su libro  Introducción al pensamiento complejo (1 & 2), para rescatar su propuesta sobre la relación entre conocimiento y acción, y a cómo se posicionan en torno a ésta la estrategia y la programación. Lo cual es especialmente interesante en este mundo tan lleno de programas y más programas que diciendo querer conseguir objetivos loables (en términos de salud, igualdad, etc.) terminan encerrándose en sí mismos. Mientras que si nos dirigiéramos hacia esos mismos objetivos teniendo clara la noción de estrategia, como modo de avanzar permaneciendo siempre abiert@s a un diálogo con lo que la realidad nos vaya diciendo, quizás avanzaríamos más. O al menos seríamos más conscientes del punto en el que nos encontramos del camino hacia nuestro objetivo, y no ahogados dentro de un sistema "programado":


"La acción es estrategia. La palabra estrategia no designa a un programa predeterminado que baste aplicar ne variatur en el tiempo. La estrategia permite, a partir de una decisión inicial, imaginar un cierto numero de escenarios para la acciónescenarios que podrán ser modificados según las informaciones que nos lleguen en el curso de la acción y según los elementos aleatorios que sobrevendrán y perturbaran la acción.


La estrategia lucha contra el azar y busca a la información. Un ejercito envía exploradores, espías, para informarse, es decir, para eliminar la incertidumbre al máximo. Mas aun, la estrategia no se limita a luchar contra el azar, trata también de utilizarlo.


(...)


La estrategia saca ventaja del azar y, cuando se trata de estrategia con respecto a otro jugador, la buena estrategia utiliza los errores del adversario. En el fútbol, la estrategia consiste en utilizar las pelotas que el equipo adversario entrega involuntariamente. La construcción del juego se hace mediante la deconstruccion del juego del adversario y finalmente, la mejor estrategia - si se beneficia con alguna suerte - gana. El azar no es solamente el factor negativo a reducir en el dominio de la estrategia. Es tambien la suerte a ser aprovechada.


El problema de la accion debe tambien hacernos conscientes de las derivas y las bifurcaciones: situaciones iniciales muy vecinas pueden conducir a desvios irremediables. Asi fue que, cuando Martin Lutero inicio su movimiento, pensaba estar de acuerdo con la Iglesia, y queria simplemente reformar los abusos cometidos por el pasado en Alemania. Luego, a partir del momento en que debe ya sea renunciar, ya sea continuar, franquea un umbral y, de reformador, se vuelve contestatario. Una deriva implacable lo lleva - eso es lo que pasa en todo desvio – y lleva a la declaracion de guerra, a las tesis de Wittemberg (1517).


(...)


La accion supone complejidad, es decir, elementos aleatorios, azar, iniciativa, decision, conciencia de las derivas y de las transformaciones. La palabra estrategia se opone a la palabra programa. Para las secuencias que situan en un ambiente estable, conviene utilizar programas. El programa no obliga a estar vigilante. No obliga a innovar. Asi es que cuando nosotros nos sentamos al volante de nuestro coche, una parte de nuestra conducta esta programada. Si surge un embotellamiento inesperado, hace falta decidir si hay que cambiar el itinerario o no, si hay que violar el codigo: hace falta hacer uso de estrategias."


Frente a lo inesperado, que es inevitable, los programas se bloquean. Tienen su función, pero hay que ser conscientes también de sus limitaciones. 

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