En Público, hace unos días, apareció esta interesante reflexión de Vincenç Navarro:
Uno de los argumentos más utilizados en círculos progresistas para explicar la pobreza en el mundo ha sido el que presenta la pobreza de los países mal llamados pobres como resultado de la explotación que sufren por parte de los países ricos. Las poblaciones de los primeros están siendo explotadas por las poblaciones de los segundos. En tal argumento, se considera que el mayor conflicto en el mundo es el existente hoy entre los países del Norte (ricos) y los del Sur (pobres).
Tal postura olvida, sin embargo, que tanto en los países del Norte como en los del Sur hay clases sociales que tienen intereses distintos e incluso contrapuestos. Ignorar esta realidad conduce a una interpretación errónea de la situación en el mundo.
(...)
Esta falta de distinción entre Gobierno y deseo popular no ocurre al azar. Es parte de un proyecto de intentar legitimar los sistemas llamados democráticos, presentándolos como portavoces del sentir popular, aún cuando, en gran número de sistemas democráticos, el porcentaje de la población que ha votado al partido gobernante no es la mayoría de la población.
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