Y entonces comienza la fiesta, y como reflejaron en el momento más emocionante del concierto, cantando "La hamaca", el tiempo empezó a discurrir entre idas y venidas de palabra e imagen, ocurrencias ingeniosas, sentimientos expresados con sencillez, la alegría infantil del crear y recrear jugando.
Todo un regalo, la verdad, realmente precioso.
Y como testimonio del arte compartido, esta tira de Liners.
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