"Las desconsideraciones sobre la falta de argumentos, el atropellamiento en los debates o la falta de objetivos definidos puede (puede) que sean reales. Pero es interesante ver que los que esgrimen ese pretexto son muchos de los contribuyentes al expolio de palabras y espacios para hablarlas.
Los que argumentan el debate en términos de manipulación partidista, direcciones políticas o de la yenka (izquierda, derecha, delante, detrás) es que han perdido la capacidad de imaginar algo diferente. Hay cosas queor raro que nos parezcan – tendencias, clasificaciones, etiquetas, partidos – empezarán a desaparecer.
Total ¿Para qué va a servir todo esto? me preguntaba ayer una escéptica compañera (no me preguntaba, no, se contestaba sin haberselo llegado a preguntar ella misma).
No lo sé. Ni idea.
Pero miralos, míranos, en la calle, codeandonos, hablando, discutiendo, proponiendo, afilando las palabras como las más hermosas de todas las pinturas. La belleza de los cuerpos moviéndose hacia adelante. Haciéndonos todos juntos la misma pregunta."
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